—¿Dominic, qué haces aquí? —pregunto mientras me acerco más, pero él solo me mira.
—Estaba preocupado, porque no contestaste mis mensajes, pero veo que... estabas ocupada —dice mirando detrás de mí y luego baja la mirada hacia mí —... no sé para qué hago esto...
—¿Qué te pasa? —le pregunto confundida.
Él no contesta y sigue mirando por detrás de mí, me giro para ver lo que él tanto observa, veo a Leo esperando aún dentro de su coche a que yo entre a casa.
Un gesto muy noble por su parte.
—¿Quién es él? —pregunta Dominic mirándome con el ceño fruncido y molesto.
—Alguien que conocí esta noche... —contesto mirándolo desconcertada.
Escucho una puerta de un coche abrirse y después, cerrarse.
—Claudia, ¿estás bien? —pregunta Leo viéndome preocupado —¿Lo conoces?
—Sí, es mi mejor amigo —digo mirándolo con una sonrisa —. Gracias por preocuparte, Leo.
—No tienes que darlas, ya te expliqué antes lo que puede ocurrir y...
—Te puedes marchar ya, no tienes por qué preocuparte —habla Dominic con molestia.
—¡Dominic! ¿Qué te pasa? —le vuelvo a preguntar pero solo tiene su mirada perdida en Leo, miro hacia Leo y niego ante esta tontería —. Leo, te agradezco mucho que estés preocupado, pero como puedes ver tengo que lidiar con este señor de aquí y te aseguro que no me hará nada, puedes marcharte sin preocuparte... —le doy una sonrisa sincera, él también sonríe de vuelta.
Se acerca para darme un abrazo, que correspondo sin problemas.
—¿Segura? —susurra en mi oído, apretándome más.
—Sí... —contesto totalmente segura.
Se va separando poco a poco y deja un beso en mi mejilla casi cerca de mis labios. Se da la vuelta para marcharse a su coche, lo observo detenidamente, sintiendo una agradable sensación con respecto a él.
Sonrío un poco y me despido con la mano cuando veo que enciende su coche marchándose. Me giro completamente hacia Dominic quien me ve con una ceja enarcada y los brazos cruzados.
—Dominic, estoy cansada, no tengo ahora la mente para discutir, así que hazme el favor de marcharte a casa, que no quiero lidiar con este intento tuyo de celos o lo que sea... —hablo molesta y le doy una sonrisa fingida.
—No estoy celoso... —contesta tras unos segundos —¿Por qué debería sentirme celoso? Estás disfrutando de tu soltería, así como yo lo he hecho también... sólo estaba preocupado... eso es todo.
Me callo unos segundos procesando la información, mi cabeza no da para más y el alcohol no está ayudando demasiado.
—Bien, vete a casa y mañana hablamos. Ahora lo único que quiero es dormir y como bien has dicho, intentar disfrutar de mi soltería —respondo en un tono despreocupado.
—Bien, nos vemos mañana —se marcha hacia su coche aparcado en la casa de enfrente y se sube sin decirme más nada.
Me quedo de pie en la puerta de mi casa, pensado sobre este raro momento. Su pregunta sigue rodando por mi cabeza.
"¿Por qué debería sentirme celoso?"
• • •
Me gustaría decir que me despierto por la suave brisa del sol, pero no es así, en primer lugar, me despierto porque mamá ha decidido empezar a gritar como si estuviéramos en un mercadillo, en estos momentos realmente echo de menos mi ático y espero que las obras acaben pronto.
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TEACH ME © ✔
Roman d'amour[+18] Claudia Amery era una chica que siempre estaba enfrascada en la lectura y a sus veintidós años, nunca había tenido una relación con nadie, según ella, porque ningún ser llegaba a los pies de sus amores literarios. Tras haber terminado la unive...