Capítulo 16

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—Irina Lacroix —digo mirando a la rubia que tengo enfrente.

Si en las fotos que Dominic me mostró de ella, me parecía preciosa, rectifico porque esta chica es bastante atractiva. Sus pecas destacan en todo su rostro sobre su piel bronceada, unos labios bastante regordetes se fruncen al verme y su frente se arruga.

—¿Quién eres? —pregunta marcando su acento francés.

—Soy Claudia Amery... seguro Dominic te habrá hablado de mí —le digo con una sonrisa, pero ella hace una mueca con su labio y me mira de arriba abajo.

—No conozco ninguna Claudia, menos Dominic, mon fiancé...

—Sí, lo hace... soy su mejor amiga, Claudia... seguro me habrá mencionado —Ella niega

Belle, ¿Quién es? —dice Dominic acercándose a la puerta.

Lo miro detenidamente, observando las ojeras bajo sus ojos y el desorden que hay en su pelo, sigue en pijama aun cuando es bastante tarde. Él me mira sorprendido.

—Claudia... ¿Qué haces aquí? —me pregunta mirándome.

Qui est-elle? —dice Irina en francés observando a Dominic.

—¿Recuerdas a Claudia? Mi amiga del instituto... es ella —dice mirándola.

Así que me mentiste cuando dijiste que ella sabía lo nuestro...

—Sí, esa soy yo... —digo elevando el mentón sin dejarme intimidar aun cuando la situación me está doliendo.

—Ah, sí... la recuerdo —suelta en un tono extraño, mientras me sigue mirando, detallándome.

—¿Podemos hablar, Dominic? —le pregunto, pero él no me mira y se pasa una mano por el pelo, desordenándolo aún más.

—Claudia, ahora mismo, no es un buen momento... perdona —dice mirándome con cansancio, me fijo en su aspecto es bastante deplorable.

No parece él... algo le ha pasado.

—¿Qué te pasa? ¿Estás bien? —pregunto preocupada mirándolo.

La francesa sigue manteniéndose a un lado de la puerta, así que paso de ella y me dirijo a Dominic, veo sus ojos rojizos, ha llorado, sí, lo ha hecho.

—Dominic... ¿qué ha pasado? —vuelvo a preguntarle, él suelta un suspiro.

—Lo siento, Claudia... pero esto no puedo contártelo —me dice mirando hacia otro punto.

—No, no, dímelo... sabes que puedes confiar en mí —digo suplicándole aunque me vea patética al hacerlo.

—Lo siento... no puedo —se aparta cuando intento tocarlo y va a sentarte al sofá tapándose la cara con las manos.

—Pero...

—Ya lo has escuchado, no quiere contártelo... —habla Irina a mis espaldas — puedes irte, querida... ¡ah! Y de paso llévate esas cosas tuyas que tienes en su armario...

—No te entrometas... —suelto con dureza.

—O ¿qué? ¿le pedirás a Dominic que me rompa el corazón? —abro mi boca incrédula sin poder creer lo que ha dicho, ella suelta una risa maliciosa —. No te sorprendas, querida... él mismo me lo contó todo... —dice remarcando la última palabra —, solo eres una niñata con ideas fantasiosas, pues no, querida... vuelve al jodido mundo real.

Empiezo a negar sin poder creerme lo que me está diciendo.

—No, no puede ser... ¿Se lo contaste, Dominic? —él no me mira, sigue tapando su cara con las manos, tiene los hombros caídos.

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