Capítulo 6. La Push

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Christine's POV

Me acerqué más a ver ese pequeño trozo de papel en blanco y negro que mostraba cómo claramente ahí dentro estaba creciendo un bebé. 

- El embarazo ronda la semana 10. - Explicaba Carlisle. - Todavía no podemos saber el sexo, pero lo importante es que por lo que se puede observar, los niveles de crecimiento son completamente normales. Solo queda seguir con los controles rutinarios y documentar todo lo posible. Por lo que sabemos, no ha ocurrido nada igual hasta este momento. - Todos nos mantuvimos en silencio, esperando a que Carlisle dijese algo más. - Probaré a darle a Renesmee las medicinas correspondientes para toda embarazada e iremos observando cómo se desarrolla, hay que ser positivos. 

Abracé a Seth y hundí mi cara en su cuello. Me sentía por primera vez tranquila desde que Renesmee nos había llamado mientras veíamos esa película. Apenas tuvimos tiempo para llevar a Roxy a un hotel para perros (sí, sé lo que estaréis pensando, pero por las prisas no podíamos traernos a Forks a mi viejita y ella se merecía lo mejor del mundo, así que, ¿qué menos que un hotel perruno donde iba a estar a gusto?. Además, contábamos con la tranquilidad de que todos los días nos enviaban fotos de ella, a la señorona no se la veía nada mal) y empacar corriendo algo de ropa, por lo que seguramente Seth ni hubiera avisado a su familia de que estábamos aquí. 

- Pues estupendo. Habrá que ir a celebrarlo, ¿no? - Preguntó Emmett, expectante. - Hace tiempo que no me zampo un buen puma. - Jasper lo secundó y acordaron ir todos a cazar en dos tandas. Con todo el revuelo, llevaban más tiempo sin cazar del que les gustaba, y eso se veía reflejado en sus ojos, ahora más oscuros que de costumbre.

- Seth, ¿qué te parece si tú y yo nos vamos a ver a tu madre y a tu hermana? - Quería darles un poco de intimidad a Renesmee y Jacob, que tendrían que hablar de sus cosas. Me volví hacia la susodicha, pues se me había ocurrido una idea. - Y tú y yo podemos ir a cenar esta noche si te apetece. Las dos solas. Tía y sobrina. - Le guiñé un ojo. - Y no te preocupes Jake, no habrá nada de alcohol ni chicos guapos. - El apelado bufó divertido, sabía cuánto me gustaba picarle. 

- Por mi genial Chris, la verdad es que hace un montón que no salgo. - Aplaudí emocionada, me gustaba hacer planes con ella. Obviamente también con el resto de los Cullen y con mi hermana, pero claro, es que ellos no comen comida humana. Nosotras no podíamos irnos a celebrar con ellos, así que lo haríamos las dos solas. 

Narrador omnisciente 

Y tal como habían acordado, Christine y Seth fueron a La Push. Mientras Leah y su marido James estaban trabajando en la tienda de Surf que tenían en la playa, Sue se encargaba de la pequeña Tala con mucho gusto. A pesar de ser invierno, la gente de los alrededores acudían a la playa a surfear por las olas tan buenas que solían haber; además de que ambos eran unos excelentísimos profesores de surf. Cuando llegaron a la casa de Sue y Charlie vieron que el coche de este último aún no estaba aparcado, por lo que supusieron que seguía trabajando. Sue se encontraba con Tala, sentadas en un rústico banco balancín de madera. La abuela le enseñaba a la niña la manta que estaba tejiendo. Ambas levantaron la cabeza cuando escucharon el sonido de las ruedas del coche y cuando la pequeña vio quienes se bajaban, salió corriendo hacia ellos, muy emocionada. 

Seth la levantó en sus brazos y le empezó a llenar la cara de besos. 

- TÍO, TÍO. HAZME EL AVIÓN. - pedía la niña emocionada. Seth, que se desvivía por su sobrina, hizo lo que le pedía sin dudarlo, a lo que Tala respondió con carcajadas. Mientras esto ocurría, Christine se había acercado a Sue y la había abrazado con ganas. Sue quería a su nuera con locura, sabía lo buena que era y lo mucho que quería a Seth. Gracias a ella, Seth había estudiado, madurado y finalmente, había salido del pueblo. No estaba en contra ni mucho menos de las costumbres de los Quileute, pero ella siempre había albergado que sus hijos salieran de La Reserva y vivieran su vida a pesar de las condiciones que la vida les había otorgado: la licantropía. A ella misma, en un pasado, le habría gustado haber tenido elección en cuanto a su futuro, y quizá, quién sabe, incluso haber cursado unos estudios superiores. Por eso se había alegrado tanto cuando Christine llegó a sus vidas. Primero, porque alejó a Seth de la relación tan tóxica que tenía con la chiquilla esa, aunque ahora, pensándolo en frío, sabía que eso no habría llegado mucho más lejos. Y segundo, porque le había hecho ver que él podía llegar a ser lo que él quisiera; a no conformarse, a ser ambicioso y mirar siempre muy alto. Y no se había equivocado, su hijo era nada más y nada menos que psicólogo clínico, y sabía de buena mano que era feliz. Por lo que cuando Christine la abrazó, ella le devolvió el abrazo con ganas. También debía admitir lo mucho que los echaba de menos, aunque fuera verlos sentados en el suelo del comedor rodeados de libros y tazas de café. 

Se separaron porque la pequeña ya estaba reclamando la atención de su tía política, la cual la cogió en brazos y le llenó la cara de besos. 

- Mamá, no sé cómo lo haces pero cada vez que te veo estás más guapa. - Seth envolvió a su madre en sus brazos, que le llegaba a la altura del pecho. 

- Hijo, es la sangre Quileute.

- Y el amor. - Le sonrió Seth, afirmando lo evidente. 

- Y el amor. - repitió su madre, sonrojada. Ella y Charlie llevaban años de relación pero quienes los conocían sabían que seguían comportándose como dos chiquillos enamorados en sus primeras citas. Y esa vitalidad se veía reflejada en su mirada y en su rostro iluminado.- Tú también estás guapísimo, cielo. Aunque te veo que has cogido unos kilitos que no te vienen nada mal porque estabas muy delgado. - 

- Sí, lo sé. Es lo que tiene estar sentado en un despacho. - Dijo, mientras observaba cómo su sobrina le contaba a Christine que estaba aprendiendo a colorear en la guardería, sentadas en las escaleras del porche. - Pero estoy muy contento y mi trabajo me gusta mucho. Charlie debe estar al llegar, ¿no? 

- Sí, ¿os quedaréis a cenar? - Le preguntó, mientras seguía tejiendo.

- Yo sí, Christine se va a cenar con Renesmee porque.... - lo pensó un momento y se dio cuenta de que decirle a su madre que estaba embarazada era algo que no le correspondía a él, por lo que decidió decirle una verdad a medias.- como hace tanto que no están las dos solas, pues van a aprovechar y se van a cenar las dos juntas. 

- Ah, pues me parece perfecto. Oye hijo, ¿cómo es que habéis venido tan pronto? No os esperábamos hasta dentro de dos o tres semanas, en Navidad. 

Otra encrucijada. No podía decirle el motivo real por lo que habían salido escopetados hacia Forks, respondiendo a la llamada de Nessie. - Teníamos un par de días libres y hemos hecho una escapada. ¿No te gusta que tu hijo esté aquí?- Bromeó, poniéndole la mano sobre los hombros y achuchándola. 

- Para nada, hijo. Me hace muy feliz teneros aquí. - Christine se acercó con la pequeña en brazos. Charlaron unos minutos más y decidieron ir a ver a Leah y James, después de eso, Seth acercaría a Christine a casa de los Cullen para su cena y él volvería a La Push, donde cenaría con su familia y se pasaría a ver al resto de las manadas. 




¡Hola! Aquí tenéis capítulo nuevo. Sé que no es demasiado interesante, que es cortito y no tiene apenas acción, pero son capítulos necesarios para explicar el desarrollo de los acontecimientos. Me temo que a esto no le queda demasiado :( 

Gracias por leer, por estar siempre aquí, por comentar y votar. En un mes tengo un examen muy muy importante para mí y al que le estoy dedicando el 100% de mi tiempo, pero intentaré actualizar lo antes posible. ¡Gracias! 

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⏰ Última actualización: May 04, 2021 ⏰

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I only see you [SethClearwater] 1ª y 2ª TEMPORADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora