"You know you make me feel loved, make me feel like I'm home"
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Noviembre del 2017
—¿Cómo sabes que estas enamorado? —Harry casi se ahoga con su bebida y después de toser un par de veces me miró incrédulo, como si mi pregunta fuera del otro mundo.
—¿Cómo? —dejó el vaso frente a él para cruzarse de piernas y echar su cuerpo hacia atrás intentando retomar la compostura.
—Si ¿cómo se si estoy enamorado? —repetí en un tono pausado.
—Lo has estado antes, ya deberías de saber —parecía no comprender mi problema y puse los ojos en blanco.
—Por eso lo digo, esto no se parece a lo que he sentido antes —me sentí idiota al admitirlo.
—Bueno, si te gusta... —frunció el ceño buscando las palabras—. Y no solo físicamente, si te gusta su forma de pensar, las cosas que demuestra, como se porta con las personas y a solas. Si estar con ella te reconforta, si te aporta y tú le aportas, si sientes que solo tienes ojos para ella y que de un momento a otro todo es sobre ella, sin que lo intente.
—Estoy jodido —intenté disipar el ambiente, me miraba a la espera de que abriera la boca y dijera de quien hablaba.
—Seguramente ya lo sabes, pero aún no quieres admitirlo —aseguró—. Si sientes celos, si quieres estar junto a ella todo el tiempo posible y hacerla feliz.
—Ya entendí, gracias —tomé la cerveza frente a mí y le di un trago.
—¿Quién es? —arrugué mi nariz, queriendo restar importancia al asunto—. ¿La conozco? —negué—. Por favor no seas un idiota.
—Tarde —medio bromee, medio acepte mis estupideces.
—Espero que hagas las cosas bien y que nos la presentes en su momento —asentí.
El clima era lo suficientemente agradable para haber decidido quedarnos en el patio de su casa, sentados alrededor de una mesa y a la espera de que la comida que habíamos pedido llegara en cualquier momento.
—¿Qué harás con eso? —pregunté cuando había fijado su mirada en el celular.
—No lo sé —se encogió de hombros—. Lo he estado pensando, pero no estoy cien por ciento seguro.
[...]
A ella le gusta tentarme, jugar a ser la inocente y dejarme como estúpido. Tal vez debería molestarme que cada que parece que ambos estamos dispuestos se da la media vuelta y sigue como si nada pasara.
Le gusta tenerme detrás de ella y por muy idiota que me haga ver, me gusta estarlo intentando ganarme un maldito beso.
—Suerte —hizo un mohín mientras le entregaba la bolsa.
