You and me

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"I can promise it, I can guarantee, that at the end of the road I see you with me"

"I can promise it, I can guarantee, that at the end of the road I see you with me"

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Marzo del 2018

Sabíamos que no era un cuento de hadas, sabíamos que era inevitable tener una que otra discusión y antes las habíamos tenido, pero no era igual discutir a la distancia que frente a frente.

El sentimiento era distinto, más intenso y duro, no podía ver la expresión en su rostro, notar lo que sus ojos me decían a gritos, lo que decían y su boca no, me tenía que limitar a lo que su voz y palabras expresaban haciendo todo más difícil.

—Deja de ser un idiota —el cansancio en su voz junto al enojo y una pizca de tristeza eran notables.

—No —sentencie y la escuche suspirar—. No soy un idiota por sentir celos.

—No hay razón para que tengas celos —repitió.

—Si las hay —fruncí los labios—. Él está ahí Amelia, podrías dejarme y elegirlo a él, yo estoy aquí, sin verte desde hace tres semanas.

—¿Y eso qué? te espero Niall, lo sabes —bajó el tono de su voz.

—Estoy celoso, no lo quiero en nuestra casa, no quiero que estes en la suya, no lo quiero cerca de ti.

—¿Y qué hago? ¿dejar el trabajo a medias solo porque tienes celos? —ironizó y por alguna razón me enojo más.

—¿Es necesario que pasen horas juntos? —resopló y quise besarla.

—No hagas esto —pidió y quise ceder, realmente lo quise.

—No soy nadie para decirte que debes hacer, al final de cuentas tampoco debes esperar que yo te deje o no hacer algo.

—Lo sé, pero debemos encontrar la manera de que esto funcione, de hablar. —la volví a escuchar suspirar—. Debes confiar en mí.

—Confío en ti, no confío en él.

—No confías en mi si crees que te dejaré por alguien más solo por la distancia —sus palabras me dolieron y no supe que decir ante ello—. No lo haces y no te he dado razones así que piénsalo, regresaré a clases.

Colgó y apreté la mandíbula sin saber hacia quien sentía más coraje, si hacia Oliver por seguir buscando a mi novia o hacia mí por ser tan idiota.

—Uy, esa cara —Tara entro a los pocos segundos y la mire mal—. ¿Qué paso?

No pude evitarlo y solté todo, desde el principio, desde que ella no me había dicho que se juntaron una tarde en el departamento hasta que resultaba que era más extenso de lo que esperaban y debían seguir reuniéndose, solo ellos dos.

—No seas un imbécil —levante una ceja—. Pídele disculpas y aguántate los celos.

—¿Los celos se aguantan? —la cara de horror ante mi confusión pudo causarme gracias.

Before we fall; n.h.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora