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—Buenos días solecito.

—Buenas madrugadas Ángel.

—¿Madrugada? ¿Qué hora es?

—Son la una de la madrugada Bella —sonrió un poco cansado.

—Dime por favor que te no te he despertado...

—No para nada Ángel. Apenas acaba de llegar al hotel de una entrevista.

—Luces estar muy cansado.

—Y lo estoy. Pero por suerte mañana en la mañana estaré de nuevo en Los Ángeles con unas cuantas semanas de disponibilidad para ti y para mi.

—Eso suena estupendo.

—Es estupendo Bella.

—Supongo que te hablaré después para que duermas por que estoy segura de que lo necesitas y mucho

—No cabe duda que eres un Ángel, te veré después una vez que esté en casa.

—Perfecto, ya te entregaré tu regalo mañana.

—Te dije que no tenías que hacerlo Bella.

—Pero quiero hacerlo Luke y te lo daré quieras o no.

—Te quiero —murmuró.

—También te quiero, descansa.

Me sonrió y finalizó el FaceTime dejé el móvil en la cama y me puse de pie para salir y ver cómo estaba Morgan, toque dos veces la puerta de la habitación y después se abrió y me encontré con Morgan con el cabello húmedo y con la ropa que tenía ayer y su bolso en la mano. Estaba por decirle algo pero ella me interrumpió.

—Gracias por haberme dejado quedarme aquí Isabella pero tengo que irme.

—No piensas desayunar algo.

—No gracias, aprecio lo que hiciste por mi ayer pero me iré.

—¿Estás segura? Podemos ir a desayunar a algún lugar si quieres...

—No en serio Isabella, tengo otras que hacer. Lamento haberte llamado anoche y ponerte en esta posición pero tengo que irme.

—Cómo tú quieras Morgan y sabes que puedes llamarme si necesitas cualquier cosa.

Ella asintió y pasó a mi lado no sin antes haber cerrado la puerta de la habitación, sus tacones se escuchaban mientras caminaba, escuché la puerta abrirse y dejes cerrarse. Me quede dos minutos ahí y entonteces regrese a mi habitación para darme una ducha y tomar mis cosas para ir a desayunar fuera.

—Buenos días señorita.

—Buenos días.

Le devolví el saludo a la chica que había llegado a mi mesa por mi orden, su rostro era demasiado simpático que me dio tanta ternura, le di mi orden y se fue, regreso ya con mi platillo y le agradecí por ello. No era muy fan de ir a restaurantes solas, de hecho, no me gusta hacer muchas cosas solas, me pone muy triste hacerlo, pero esta vez me he concentrado en otra cosa para olvidar que me encontraba sola.

Termine de desayunar pagué mi cuenta y después de eso me dirigí nuevamente a casa, a veces me ponía a pensar de lo aburrida y repetitiva que podía llegar a ser mi vida. La súper modelo Bella Campbell diciendo que su vida era aburrida, pero así es como me siento.

Dejé las llaves en la mesa de la sala y me acoste en el sofá, encendí el televisor estuve viendo programas por bastante tiempo hasta que mientras lo hacía cerré mis ojos y me dormí. Desperté cuando el sonido de la puerta se escuchó, de mala gana me levante del sofá y caminé hasta la puerta y sin preguntar de quién se trataba abrí la puerta. Por un pensé que quizás se podría tratar de algún extraño pero ese pensamiento desapareció cuando vi al rubio con el cabello desordenado, tenía una bolsa de McDonald's y una sonrisa.

—¿Está la señorita Bella Campbell? —le sonreí—. Supuse que no habías cenado así que traje unas hamburguesas.

—Supusiste muy bien —le di un abrazo corto para que después entrará—. Pensé que estarías aquí hasta mañana.

—Creo que los horarios no son muy lo nuestro, en corea era Lunes por la mañana cuando me hablaste y aquí aún es domingo.

—No puede ser —hice un rostro de asombro y Luke frunció su ceño divertido.

—¿Qué no puede ser?

—Vienes del futuro...

No pude contenerme y comencé a reír y a los pocos segundos el se unió a mi, su risa era tan contagiosa que hacía que riera aún más, me recordó a un episodio de una serie que había visto hace unos días mientras estaba en Corea.

—Por así decirlo.

—Y dime, ¿Qué cosas suceden en el futuro?

—No puedo decirte mucho, solo que los dos estaremos juntos.

—Eres tan tierno Luke —besé su mejilla—. Aunque quisiera saber más sobre el futuro que me espera creo que puede esperar más pero mi hambre ya no.

Sonrió y entonces ambos nos sentamos en el sofá para comer mientras veíamos la televisión, terminamos de comer dejamos los platos en la mesa y nos acomodamos en el sofá, él estaba abrazándome y me sentía demasiado bien estar así.

El tiempo había pasado demasiado rápido en un abrir y cerrar de ojos eran las 12:30 de la madrugada y los dos estábamos tan frescos como si fueran las ocho.

—Maldición Luke...—dejé el móvil en su lugar —. ¿Has visto la hora que es?

Él se frotó los ojos y esbozó una sonrisa ladeada y negó lentamente, en sus ojos podía ver que estaba agotado.

—Es mejor que te quedes, es demasiado tarde y estás demasiado cansado como para conducir hasta tu casa.

Se acercó y besó mi frente y después mis labios, se mantuvo en silencio durante unos segundo pero entonces su linda voz se escuchó.

—Gracias por preocuparte por mi Ángel.

—Vamos, te daré ropa para que te cambies y puedas dormir mucho mejor.

—Cómo tú digas Bella.

Le sonreí, apagué el televisor tomé mis cosas y después lo cogí de la mano para subir a mi habitación dónde lo hice esperar mientras iba por ropa de Taylor que en algunas ocasiones dejaba, regrese a la habitación le di la ropa y mientras él se vestía yo hacía lo mismo en el baño ya que me di una ducha.

Toque antes de entrar a la habitación y cuando entre Luke estaba tenido en la cama no se había puesto la camisa y estaba plenamente dormido, su respiración relajada al igual que todo su cuerpo, sonreí y con cuidado caminé por la habitación hasta llegar al otro lado de la cama y poder acostarme apague la última luz que estaba ahí y me acomodé a su lado.

—Buenas noches Luke...

Lonely Hearts | L.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora