Capítulo 9: La Cena...

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kokorytos lamento de verdad la demora, pero si viven en Venezuela sabrán que el CanTV  tiene días buenos y otros ...no tan buenos, así que la culpa por no haber actualizado a tiempo es de ellos .-. 

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     El atardecer había llegado y la mente de Karma solo se llenaba de dudas y pensamientos irreales, recetas e ingrediente, realmente le preocupaba la combinación de ciertos sabores con los de otros platos; ¿podían culpar lo? hacía años, que no prepara una cena hogareña, mucho menos algo tan importante como una cena de bienvenida, quizás no había sido buena idea meterse en la casa del pilar de la niebla, para preparar una cena a su regreso.

Tan concentrado estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta del leve ruido de la puerta principal de la casa, el pilar de la niebla había llegado temprano. Cansado y exhausto solo podía pensar en su rutina para relajarse; un baño caliente, preparar una cena que llegue su estómago lo suficiente para meditar un rato e ir a dormir pero grande fue su sorpresa al percibir el olor de comida llenar su hogar, un aire cálido que embriagaba los sentidos, como un recuerdo lejano de un ambiente familiar, pero aquello normalmente tenían un origen y una razón; solía ser él quien hacia la comida y quien provocaba ese olor tan cálido, en su casa; tomando el mango de su espada y listo para un ataque sorpresa, tomo la decisión de dirigirse al origen de ese delicioso aroma; realmente no le sorprendería encontrar a Tanjiro cocinando algo y con la estancia de su hogar llena de amigos, eso sería una agradable sorpresa... Pero al abrir la puerta con sigilo, solo pudo sorprenderse mucho más, al encontrar la imagen del chico que le gustaba, mordiéndose la uña del dedo pulgar, murmurando palabras llenas de nervios — ¿Y si no le gusta? ¿y si ya ceno afuera? quizá ...esto, no fue buena idea...

La mente de Karma estaba llena de inseguridades, ¡su pretendiente era un menor!, un joven de solo 14 años talentoso e inteligente pero un niño a fin de cuentas, quizás se había apresurado demasiado en sus acciones pero la muerta vivía sobre ellos y sino expresaba sus sentimientos adecuadamente ¡podía arrepentirse toda la vida!; las palabras del pilar resuenan en su cabeza, quizás solo era una promesa infantil y sin peso, Muichirou era un niño que había perdido a su familia... quizás ni siquiera sabía que era lo que realmente le estaba pidiendo o prometiendo cuando dijo que se casarían; quizás y solo quizás eran las palabras llenas de ilusión de un niño, quizás simplemente no debía de tomarlas tan enserio pero también quizás... solo era su mente jugando le una mala pasada —Aun estoy a tiempo de arrepentirme... —con un suspiro miro las hoyas cubiertas y desprendiendo unos cálidos aromas —Aun puedo recoger y limpiar este desastre, él no tiene porque enterrarse que estuve aquí, después de todo él no... —pero sus palabras fueron interrumpidas por una estela de cabellos negros y ojos azules; el pilar había entrado en la cocina dispuesto a confrontar al atrevido joven pero al escuchar sus palabras de arrepentimiento su cuerpo actuó por inercia; una de sus manos tomo con rapidez la estrecha cintura de Karma, mientras que su mano derecha se posicionaba en la mejilla del mayor, atrayendo con ella el rostro del contrario, uniendo sus labios; besando aquellos manjares de leve color rosa, robando el aliento de su pareja y sintiendo como su cuerpo se tensaba por el repentino contacto, al separarse; los ojos jades y aguamarina no podía dejar de verse, aun con la respiración vuelta jadeos erráticos del de ojos verdes.

     —Así que ahora, no solo interrumpes mis meditaciones, sino que también irrumpes en mi casa y usas mi cocina sin permiso, eso es un crimen ¿no lo sabías? —el pilar pudo observar, cómo el contrario se sonrojaba lleno de vergüenza, aquella imagen le causaba gracia, había atrapado al mayor con mucha facilidad.

Karma desvió la mirada completamente rojo, había olvidado que el pilar solía ser sarcástico y astuto pero no podía negar que escuchar esa risa, era lo que más aceleraba su corazón —Bueno, yo...es que yo, bueno... —sus palabras dejaban sus labios llenas de nervios, aquellos ojos azules lo miraban tan fijamente —Rengoku-san me dijo, que habías partido a una misión y que no volverías por un par de días, teníamos una cita planeada y yo... —se atreve a mirar, aquellas agua marinas tan encantadoras y silenciosas —Quería que tuvieras algo rico y caliente que cenar, sé que no eres una persona descuidada con su alimentación pero, por favor tómalo también como una muestra de agradecimiento... —vuelve desviar la mirada avergonzado —Por entrenarme y porque sé que te has estado esforzando duramente, para entrenar a los otros chicos también... —puedo sentir como su mano acaricia mi mejilla y haciendo que nuevamente lo mire a los ojos, no parece molesto —Lo lamento, no quería molestarte, ni causarte problemas.

Porque un para siempre, no es eterno Muzan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora