Capítulo 1: Muzan Kibutsuji...

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Dedicado a Evelyn.B.  

     Pueden que ustedes no lo entienda pero por amor se hacen grandes locuras, quizás la diosa del Amor tenía razón al decirme que no soy alguien que está dispuesto a perder y a aprender; quizás hace mucho que debí de tomar su consejo y dejar de enamorarme de la humanidad, pero decirlo y cumplirlo no van de la mano.

Fue hace mucho años, muchos antes de la era Edo, en un pueblo olvidad por los dioses, en donde todo era tranquilidad, una grave enfermedad fue desatada matando a todos los niños y bebés que nacieran o llegaran a esas tierras; Vita dios de la vida se percató de aquel detalle, llorando por la muerte de tantos inocentes mando a su propio hijo a nacer entre ellos, demostrarle a la humanidad que los dioses no los habían abandonado.

En esa aldea nací, fui la bendición de los dioses para una aldea infértil, feliz llene a mi pueblo de bendiciones pues ese era mi don, podía recordar con facilidad mi misión dentro de este mundo pues era un dios entre ellos pero la humanidad es muy fácil de corromper, la muerte destruyo mi paraíso, el pecado contaminaba mi alrededor, mi cuerpo joven y mi mente inexperta solo le rogaba a los dioses sus protección; mi vida llego a manos de una noble familia, quienes me adoptaron como servidumbre, era un esclavo y dentro de aquella casa encontré el amor, entre sangre, sacrificios y muerte, ahora tengo que reparar mi error...

   Soy el dios del equilibrio después de todo...


     —Por favor, se los ruego, escuchen mi petición —aquella mañana me encontraba arrodillado frente al patrón de los cazadores de demonios, su mirada tenue y su sonrisa tranquila me provocaban incertidumbre en el corazón —Por favor, se los suplico...

     —Escucharemos, por favor se breve, te escuchamos —a pesar de que Ubayashiki, no lo podía ver directamente, podía sentir que frente a él había algo de gran poder pero las palabras del joven fueron interrumpidas por uno de los pilares.

     —No creo que sea prudente escucharla mi señor, no sabemos qué es lo que ella pretenda —el tono suave del pilar de la roca se hizo presente, provocando un suspiro de parte de Karma.

     —Por favor lo único que pido es protección para mí y para mi hijo, a cambio... —mi mirada regreso al suelo, decir aquellas palabras me dolían, pero tenía que hacerlo para que ellos confiaran en mi —Pudo entregar los nombres y ubicaciones de las lunas superiores —a pesar de que una lagrima recorría mi rostro, es demasiado tarde para arrepentirme de mi decisión, por amor hacemos locura me recordé.

     Podía sentir la mirada de los pilares, del patrón y de alguno que otro ayudante, todo fue calma por varios segundos, hasta que el pilar del viento reacción, actuó con rapidez tomando mi cuerpo por los bordes de aquel quimono negro adornado por un hilos grises en algún tipo de patrón de hojas, el agarre provoco que lo mirara a los ojos, la ira pura irradiaba de aquellas puertas del alma —¡No digas mentiras! eso es imposible —sus palabras salieron como el gruñido de un perro rabioso, mientras que yo solo podía derramar lágrimas, al ver en aquellos ojos todo el sufrimiento por él cual ese joven había tenido que pasar, mis ojos esmeralda por un momento se opacaron, dolía estar consiente de todo el sufrimiento que había causado.

     —Suelta me, por favor...—susurra aquellas palabras, simplemente no podía seguir mirándolo, había tantas almas de niños inocentes perdidas por mi culpa.

     —Sanemi por favor —con aquellas palabras suaves del patrón, el chico me soltó de inmediato como si aquella simple tela quemara sus manos, pude escuchar cómo se disculpaba y regresaba a su lugar.

Porque un para siempre, no es eterno Muzan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora