—Es una lástima —aquellas palabras salieron de los labios del rey demonio, mientras mis manos temblaban y mis ojos trataba de aguantar las lágrimas de rabia; aquella inesperada reunión se daba lugar 15 años después de que Rui logró volverse una luna mengua, 15 años en los que ambos nos habíamos vuelto madre e hijo, 15 años en los que ambos fuimos felices; pero un cazador lo arruino todo.
Aquella tarde Rui y yo nos encontrábamos en la montaña, mi pequeño cazada y asesinaba a todos esos estúpidos cazadores y aldeanos, mientras que yo comenzaba a cantar para poder callar los gritos de esas personas mientras mis ojos se fijaban en la luna —Madre, tenemos un problema... — la voz de mi pequeño detuvo mi canto, mientras miraba sus ojos con duda.
— ¿Qué pasa mi niño? —dije mientras rodeaba su cuerpo con mis brazos sintiendo como el demonio se acurruca entre ellos.
—Se me escapó uno....un cazador —mi risa llenó el lugar, de que podría importar un estúpido humano vivo.
—Jajaja, eso no importa mi amor, ya eliminamos a todos los intrusos —digo con calma, después de todo era solo un humano, un simple humano, una insignificante vida, un insecto que debía de servir únicamente como alimento; alguien que había logrado escapar de la montaña de mi pequeño con vida, yo realmente no le di importancia, pero la noticia con los días llego a losoídos de Muzan y este realmente enfureció, convocando a cada luna superior a una reunión obligandonos a todos a mirar con duda a mi pequeño demonio que se encontraba al frente del rey, hincado con respeto como siempre que Muzan lo llamaba; pero grande su mi sorpresa al ver como el rey cacheteo el rostro de mi pequeño, la rabia me cegó y las lágrimas llenaron mis ojos, pero —¿Qué rayos le pasa? —me preguntaba a mí mismo, con horro al ver nuevamente como Muzan levanta la mano dispuesto a volver a pegarle —Pero ¿Por qué? ¡Rui no había hecho nada malo! —un nudo se formó en mi garganta.
— ¿Cómo pudiste dejar que uno de ellos escapara? —mis manos se vuelven puños y Kokushibo coloca una de sus mano sobre mi espalda tratando de que me calme —Pensé que había sido muy claro, !cuando te dije que te hicieras cargo de la zona, Rui¡ —mi niño miraba el suelo temblando y sosteniendo su mejilla que se recuperaba del golpe con rapidez, pero la tensión y la sensación seguían en ella —Realmente me has decepcionado...Rui —el menor se encoge en su lugar, sintiendo por instinto que su señor volverá a pegarle.
— ¡Detente! —las manos de Kokushibo no lograron detenerme, ni siquiera lograron sujetarme cuando me escurrí de ellas y corrí directo a Muzan colocándome frente a Rui, protegiendo al menor con mi cuerpo — ¡Por favor Muzan! ¡Para, para¡ !es solo un niño! —mis ojos, llenos de lágrimas, mi cuerpo temblando pero firme tratando de que el mayor no pudiera seguir lastimando lo; pero pude verlo en su rostro.
El rey mostró sorpresa por la reacción de la muñeca, pero nublado por la rabia y la frustración lo fulmina con la mirada.
— ¿Qué es lo que crees, que haces? Karma —mire con temor aquellos ojos rojos que tanta amada, la furia estaba escrita en ellos.
—Es un niño Muzan, por favor, ¡todos cometemos errores! —mis súplicas temblaba pero por nada del mundo dejaría que Muzan lastimara a mi pequeño.
— ¡Tú! ¿lo estás defendiendo? —una pregunta o una exclamación, solo me negaba a mover me de ese lugar — ¡Lo estás protegiendo! —mi cuerpo tiembla ante su voz y mis ojos tratan de mantenerse fijos en los suyos, retando lo — ¡Yo no permito "errores" Karma!
— ¡Fue solo un descuido, no volverá a pasar! —grito desesperado, puedo sentir la mirada de Rui sobre mi espalda —Por favor, ya no lo castigues, es solo un niño —sigo tratando de argumentar algo que logre calmar la furia del rey.
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Porque un para siempre, no es eterno Muzan.
RandomLas aventuras carnales de Karma, dios del equilibrio. Volumen 1: Kimetsu No Yaiba. -Solo la luna es testigo de lo que me hiciste, Muzan. Solo ella, sabe todo lo que di, por ti. Ella, sabe todo lo que sufrí. Ella, sabe la verdad. La balanza se mueve...