II.II

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Jihoon observó al koala por largos segundos, era adorable, un pequeño animal de peluche que podría adornar un poco su cuarto y que desentonaría en el de Hoshi que estaba rodeado de tigres. Lo puso sobre su teclado y esperó a que Hoshi regresara a su habitación. Por las tardes estaba solo, así que no había problema con que Hoshi entrara de vez en vez y pasaran tiempo juntos, al final nadie podría verlos.

Hoshi entró a la habitación y cerró la puerta detrás suyo para lanzarse a la cama de Jihoon, rebotó una vez y tomó por la espalda al más bajo arrastrándolo para recostarse juntos. Jihoon no se resistió, despues de todo le gustaba estar en su cama sin pensar en tareas o deberes, o en ocultarse para que nadie viera que tenía un novio en lugar de una novia. Sintió los brazos de Hoshi abrazarlo y giró para verlo. Las luces neones le daban una iluminación morada a su rostro, aparte de eso todo estaba oscuro ya que mantenía su única ventana bajo una cortina oscura.

—¿te imaginas tener una casa propia?— preguntó Hoshi acariciando el rostro de Jihoon con los dedos. —Un lugar tranquilo donde podamos estar juntos.

—Supongo.— murmuró en respuesta.

Hoshi le sonrió golpeando su frente con cariño, sus pequeños ojos formando las características manecillas del reloj marcando las 10 10. Era lindo, y aunque la primera vez que pensó en ello se sintió realmente extraño ahora contemplaba mejor la idea de que pudiera pensar en ese tipo de cosas. Si Hoshi fuera una chica ¿algo sería distinto? ¿Jihoon lo trataría mejor? Quizás. Quizás no. Solo sabía que si Hoshi o él fuera una chica no tendría que ocultarse tan insistentemente.

—¿Cómo se llamará nuestro bebé koala?— Preguntó Hoshi contra su espalda y Jihoon suspiró. —Todos mis tigres tienen nombres.

—Koala.— Respondió casi sin interés. —¿necesita un nombre? Él solo es uno, tú tienes muchos tigres.

—Entonces solo se llamará Ko. ¿verdad pequeño Ko? ¿te gusta el nombre?— Hoshi se apartó preguntándole al Koala. Obviamente no recibió respuesta. —¡Le encanta el nombre!

Sonrió sin girarse o mirar. Aunque quisiera negarlo le gustaba esa actitud infantil, tan inocente que le era difícil creer que era de un casi adulto. ¿Hoshi siempre sería así? Porque no le molestaba la idea, era distinto a Jihoon quien tenía que actuar como sus padres, porque era lo que ellos esperaban de él. Hoshi podía actuar como quisiera, porque su madre era una señora tan amable que amaría a su hijo independientemente de cómo este fuera o se comportara.

—Ko...— murmuró mirando al muñeco. —¿no necesita un amigo?

—¿ah? ¿un amigo?

Asintió.

—Estará solo mientras estamos en clases, creo que necesita un compañero o va a deprimirse.— Suspiró dándose la vuelta para abrazar a Hoshi. —Busquémosle uno mañana.

—¿ah?— Hoshi tardó en entender. —¡¿quieres que salgamos juntos mañana?— Tan solo pudo asentir y ocultar su sonrisa.


Parásito [SoonHoon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora