VII.I

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Cuando despertó estaba en un lugar distinto, el atardecer era lo único que le daba algo de luz ya que las luces del edificio permanecían apagadas. Se incorporó lo suficiente sintiendo el dolor en su nuca y llevó una mano hasta ella para masajear un poco. Se había desmayado ¿Por cuánto tiempo? Ya era tarde. Recordó de golpe a Hoshi y lo que había pasado comenzando a mirar alrededor, su corazón latió con miedo mientras intentaba ponerse de pie.

Estaba en un aula de clases, la puerta cerrada y las ventanas dejando entrar algo de viento sintiéndose frio. ¿Cómo había llegado hasta ese lugar? Dejó de pensar en ello y solo se dedicó a buscar a su novio sintiéndose preocupado...si escapó, si lo dejó ahí y despues se fue...¿Hoshi siquiera seguía con vida? ¿si quiera seguía siendo su Hoshi?.

—¿estás bien?— Escuchó la voz de Hoshi y giró hacia la esquina del aula. Hoshi estaba ahí, sentado abrazando sus rodillas como un niño pequeño, viéndose débil y frágil. —Yo...no quiero acercarme, te lastime.

—Ven aquí...— Pidió con la voz cansada. —Hoshi...

—Bebí tanta agua como pude.— Aclaró Hoshi. —Pero no estoy seguro...si te lastimo de nuevo...no quiero lastimarte, Jihoon.

Extendió su brazo hacia él y Hoshi tan solo se movió, él gateó hasta Jihoon como un pequeño animal y al estar cerca lo abrazó. Hoshi se sentía mucho más débil que antes, su voz, sus ojos, todo en él era frágil como si fuera a romperse. Jihoon lo atrapó acariciando su espalda y se quedó ahí por varios segundos sin querer levantarse o moverse. Tan solo lo abrazaba.

—No la vomitaste...¿verdad?— Le preguntó consolándolo. Hoshi había comenzado a sollozar. Hoshi negó. —Está bien...buscaremos otra manera.

—Me siento muy mal, Hoonie...creo que voy a mo...

—Cállate.— Lo interrumpió.

Hoshi siguió llorando por un rato más. Jihoon tan solo pudo abrazarlo, sintiéndose inútil y miedoso. Quería ayudarlo, quería sacar el parasito y solo salvar a Hoshi, quería que lo escupiera como Dino lo hizo y tan solo...volver a casa. Volver a casa estaba bien, volver con Ko y lulú y tocar su teclado hasta que amaneciera. Observó el sol durante ese tiempo, como la luz se iba apagando mientras que ellos esperaban a lo que fuera que iba a pasar. Jihoon abrazó con más fuerza a Hoshi mientras que su corazón latía, y solo esperó.

—Lo que dije antes...— Balbuceó Hoshi. —Es mentira, si me gustas, me gustas mucho...y esa noche tú me hiciste un favor a mí, yo realmente...

—Lo sé.— Murmuró. —...De nada.— bromeó, aunque no le sacó ni una sonrisa.

La luz del atardecer ya había llegado a ellos.

—Aquí fue...— Lloriqueó Hoshi. —En este salón escuché tu poema...Fue cuando me enamore de ti. ¿lo recuerdas?

Jihoon asintió mirando hacia enfrente. Recordaba haberse parado frente a toda la clase para leer un vergonzoso poema. Para ese entonces ya conocía a Hoshi, ya lo había visto bailar...despues de todo fue tres semanas despues de la audición para el club de baile.

—Lo recuerdo.— Murmuró.

Hoshi siguió llorando. Dio un par de arcadas como si fuera a vomitar y Jihoon sintió su corazón latir con fuerza, con la esperanza de que aquel parasito saliera por fin. Hoshi lo abrazó pidiendo consuelo mientras lloraba y Jihoon le correspondió.

Todo estaría bien. Era lo único que pedía en ese momento.

"Por favor..."

Hoshi vomitó sobre su espalda. Y estaba bien, Jihoon no estaba molesto. Lo apartó un poco para buscar el parasito sobre la bilis y el agua, era transparente ya que al parecer no había ingerido nada más. Incluso sacudió su espalda buscándolo, miró el suelo, la boca de Hoshi, su uniforme...y...

—No esta...— Dijo sin poder encontrarla. Miró a Hoshi y ambos se quedaron en silencio.

—Está aquí.— Hoshi señaló su clavícula con una sonrisa lastimosa. El pequeño bulto se movió con rapidez perdiéndose en su hombro. —No salió.

Jihoon no pudo evitar las lágrimas que cayeron de sus ojos. Ni siquiera pudo hablar.

Había fallado.

Parásito [SoonHoon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora