Parásito [SoonHoon]

IV.V

Despues de días tan extraños lo más normal era ver a Minghao y Jun bailar en el club, Hoshi los observaba a su lado y dictaba un par de errores o nuevas ideas que aparecían en cada momento, Jihoon solo era un espectador. Lo mejor para él era estar aburrido, porque de esa manera podía evitar los horribles recuerdos que tenía de Suni y Dino.

—¡Ah!— Jun se detuvo dejándose caer. —¡Olvide que tengo examen a esta hora! ¿No quiero reprobar!

—Entonces ve.— Dijo Minghao deteniéndose para tomar agua.

—Pero Dino aun no ha llegado... llevo días sin verlo.— Jun suspiró con fuerza rodando en el suelo. —Desde que esa chica de voleibol lo besó se ha vuelto un maleducado.

—¿Qué?— Preguntó Woozi con curiosidad.

—Una chica solo se acercó a él y lo besó.— Explicó Minghao. —Le dije que eso era un tipo de acoso pero no le importó, estuvo presumiéndolo unos días hasta que comenzó a actuar extraño.

—Las chicas del voleibol se volvieron tan raras, ellas antes eran amables.— Suspiró Jun. —Ahora quieren besar lo que sea que se les cruce. — El chico dio dos vueltas antes de sentarse. —Aunque creo que es algo de deportistas, los de atletismo también quisieron besarme ¡Tuve que esconderme!

Jihoon alzó las cejas. No era normal ese tipo de comportamiento ¿verdad? Aunque fuera verano y muchas especies comenzaran a reproducirse eso no aplicaba para los seres humanos, estos se reproducían en cualquier temporada del año. Miró a Hoshi y este se encogió en hombros como si tampoco comprendiera, y cuando su mirada cayó sobre Minghao este hizo lo mismo pero con menos importancia.

—¿crees que las chicas de voleibol me quieran besar?— Bromeó Hoshi, y aunque Jihoon en serio intentó reírse no lo logró. —Era una broma.

—Ellas se ven raras, no quieres un beso de ellas.— Se quejó Jun poniéndose de pie. —tampoco los de atletismo. Ellos son demasiado rápidos, si tienes que huir mejor trépate a un árbol.

Jun recogió sus cosas al igual que Minghao, Hoshi hizo lo mismo, al parecer habían dado por concluida la pequeñísima actividad. Y Dino no apareció en todo ese tiempo, pero si apareció justo en la puerta cuando Jun tuvo que salir, y este casi lo rodeó por reflejo. Por alguna razón nadie dijo nada.

—¡Acabó nuestro tiempo!— Anunció Hoshi. —Nos vemos en una semana, cuando regreses de tu viaje familiar.

Dino tan solo asintió, de nuevo sin decir nada. Cuando Jihoon pasó a su lado el escalofrió que le recorrió no era normal. No le sorprendía que Jun hubiera huido.