05. No eres tú.

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A pesar de los intentos desesperados de la mujer por hacer que sus hijos no escucharán los gritos suplicantes de las demás mujeres, le fue imposible no hacer que el mayor de sus hijos entendiera todo y la mirara horrorizado con lágrimas suplicantes. Siendo el único despierto y consiente de la situación.

— Xiumin, esconde las orejitas de tu hermana y baja tu cabeza un poco más -se aferraba a su hijo menor en su brazo y de la mano a su otro hijo menor, el otro pequeño solo veía a su mami asustado.

Ella también lo estaba.

— ¡Nayeon, no te alejes mucho!  -le susurró alto un tanto histérica por la situación mientras veía desde su escondite como seguían corriendo asustados en medio de un complot.

— Mami, ya no quiero jugar al escondite, me duelen las piernas -hablo la niña que tenía sus ropas sucias y su trenza ya deshecha por el ajetreo y alboroto. 

— Cuando se vayan los hombres malos, podremos salir hermosa, espera un poco...

— Mamá -comenzó a hablar su hijo mayor viéndola con temor- ¿Esos hombres...? 

 — Son malos, Xiumin, no necesitas saber más -calló la mujer adulta causando que su hijo silenciara sus futuras palabras pero aún teniendo muchas miles de dudas.

Las botas negras de casquillo resonaban por el camino, sinónimo de que ellos seguían merodeando cerca. Desde su ligar pudieron ver a otra mujer escondida con su único hijo en sus brazos, ambas se miraron, con terror. 

— Mami -dijo apenas su hijo pequeño despierto.

Los pasos se detuvieron y ambas contuvieron la respiración de los nervios, ella haciendo señas a su hijo mayor para mantener silenciada a su hija y ella tapando la pequeña boca de su hijo. 

Escucharon un murmullo y después un click que alertó a todos.

Nuevos gritos se escucharon provenientes de la otra mujer que ellos habían visto y fue la señal para que ellos comenzarán a correr fuera de su sitio, en cuanto el hombre los logró visualizar ella siguió gritándoles a sus pequeños que corrieran y no se detuvieran. 

Al correr detrás de una esquina, le tendió a Soobin a su hija y le pidió que no detuvieran de seguir corriendo y que buscaran y buen sitio para esconderse.

Tres de sus hijos le obedecieron.

Más Jungkook le siguió y nadie pudo darse cuenta de eso.

Y su vida estuvo en riesgo de terminar por causa suya.

Su madre giró asustada cuando escuchó el gritó horrorizado de su hijo viendo como le golpeaban para llevársela a quien sabe donde, en ese descuido suyo, fue necesario para el hombre sacar su pistola y disparar justo en su pecho para inmovilizarla completamente. 

El pequeño gritó aun más asustado sin embargo, un hombre llegó a noquear al tipo que se iba acercando a él, en tanto ellos seguían forcejando, él le gritó que huyera pronto.

Jungkook sólo vio el cuerpo tirado de su madre en el suelo bañada en sangre y corriendo lejos dejándola sola, buscó impaciente a sus hermanos con lágrimas en sus ojos. 

Aterrado y sólo lloró por su madre.

Si tan sólo hubiera sido más grande, si tan sólo no hubiera hablado, si tan sólo ellos no hubieran huido...

— ¡No te vayas! -gritó asustado removiendose en la cama bañado en sudor.

Respiración errática y pulso latiendo al mil. Su pecho subía y bajaba frenético y llevó su mano a su frente, estaba ardiendo.

— Fue una pesadilla -susurró viendo al techo una vez que volvió a echarse a la cama.

Miró a lado de él revolviendo las sábanas con pereza y extrañando al cuerpo que hasta hace unas horas seguía junto a él en la cama.

Soobin se había quedado junto a él a ver una película luego de que ellos mismos dejarán a los compañeros de trabajo seguir con lo suyo bajo la tutela de Nayeon, que aunque seguía triste, estaba pendiente de cualquier movimiento entre ambos chicos.

Pasada la noche, los más jóvenes se durmieron juntos en la cama del mayor. Y los mayores se fueron a dormir una vez que hubieron terminado con eso.

Miró a la otra cama a su hermano dormir, seguía sin inmutarse ni temer de nada, claro que no era consciente de la pesadilla de su hermano y mucho menos entendería algo si no tuvo edad para saberlo.

Salió de su habitación yendo a la cocina por un poco de agua, seguía con mareos y se sentía febril aún; una ducha, quizás eso necesitaba.

— ¿Estás bien? -escuchó una cálida voz detrás suyo y se giró viendo al chico que le gustaba viéndole con preocupación- Te escuché gritar y pensé que algo andaba mal.

— Sólo fue un pesadilla, no ha sido nada -negó sin darle más detalles, no podía lidiar con el odio de Jin si este se enteraba de que era un cobarde y un asesino.

— ¿Estás seguro? Estas sudando -señaló su frente brillosa y acercándose a él logro tocar apenas un poco ya que el menor se había alejado de él- ¡Estás ardiendo Jungkook!

— Voy a ducharme, h-hace calor -mintió sintiendo su cara roja, no sabía si por Jin o la fiebre.

— Estamos a -3° -le miró extrañado pero asintió moviéndose rápido a buscar toallas y una bata para el menor.

— Yo puedo hacerlo...

— Lo que sea que te esté ocurriendo, estoy contigo. Ahora no sólo eres tú, somos los dos. Si estás enfermo, déjame cuidar de ti.

Lo tomó de la mano con cuidado y guiandolo al baño en silencio avanzaron en la mitad de la noche pensando cosas distintas.

A Jungkook se le estrujó el corazón por sentir que alguien más cuidará de él, sus hermanos se cuidaban sí, pero si algo malo ocurría ellos sabían que no iban a dejar de correr ellos mismos por sus vidas olvidándose de los otros.

Pero Seokjin no.

Él habría entrado a un campo de batalla por él aunque ambos murieran en el intento.

Y sólo por eso, Jungkook lloró.

Cuidaría de él, lo haría. Jamás dejaría que volviera a ocurrir algo como antes. No sería cobarde, ya no más.

Porque no le quitarían lo que más amaba ahora.




















Hola:D

Probablemente no entiendan este capítulo o quizás si, es bastante sencillo pero aún así, la explicación de Jungkook vendrá capítulos más adelante ;)

Y probablemente tengamos más de Kookjin bunny pronto ♡

Chao~

𝐌𝐲 𝐜𝐮𝐫𝐢𝐨𝐮𝐬 𝐛𝐮𝐧𝐧𝐲. ⁂ 𝐓𝐄𝐑𝐌𝐈𝐍𝐀𝐃𝐀.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora