14. Conejito de la luna.

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Jin miró con atención el mensaje que estaba escrito hacia segundos en el chat privado que compartía con su pequeño Jungkook. Sonrió encantado volviendo a meter su teléfono en el mandil de trabajo ignorando la mirada curiosa que el pálido a su lado le había dado.

Desde hacía días, su mejor amigo miraba su teléfono con atención para luego sonreír como un idiota y volver a guardar el teléfono el resto del día.

Preguntó un par de veces pero la respuesta siempre fue la misma: "lo entenderás luego".

¿Pero luego de que?

La hora de salida vino y antes de que Yoongi pudiera decirle a Jin que si caminaban juntos de vuelta a casa, éste ya había salido corriendo lejos a un lugar el cual el desconocía. Para el chico de cabello de color uva era otra de las pequeñas reuniones nocturnas que tenía con el hibrido que habían sido cambiadas del departamento a un parque cercano a su hogar el cual tenía una vista espectacular si subías a la colina y veías a través de los visores. 

En sus citas nocturnas había aprendido muchas cosas de Jungkook, así como él también aprendió de Jin.

Pero en esta ocasión, Jungkook tenía preparado para Jin una sorpresa con la que esperaba cambiaran muchas cosas para ellos. El pelinegro esperaba ansioso por la llegada del mayor mientras sostenía en su mano una pequeña flor con la que comenzaría a entregársela a Jin como obsequio. 

A lo lejos pudo ver al chico caminar en dirección suya y sus nervios aumentaron aun más. Estaba listo, solo necesitaba respirar hondo y contar hasta diez para conseguir la tranquilidad.

— ¡Jungkook! -saludó el otro alzando su brazo como saludo y sonriendo de manera adorable.

El hibrido solo tenía que esperar un poco más, solo un poco.

— Jin -susurró tomando en sus manos las mejillas del mayor acunando su rostro para darle un beso en los labios jugando después a juntar sus narices en un roce tierno.

Jin estaba acostumbrado a las muestras de afecto furtivas que Jungkook le brindaba, para él eran las mas sinceras que recibía en comparación a cuando eran vistos por todos y podía sentir a su pequeño conejito tensarse por su toque.

Juntos caminaron de nuevo hasta la colina y se detuvieron a apreciar por enésima vez la esplendida vista que les regalaba la ciudad, Jungkook estaba atento a cada palabra que salía de la boca de Jin. Miraba con atención cada fruncir de sus labios y como sus ojos se achicaban cuando sonreía; el fuerte golpe de emociones al sentir latir su corazón solo le confirmaba lo mucho que deseaba estar con él.

Y eso lo llenó de valor suficiente para levantarse y hacer que el mayor imitara su acción.

— ¿Pasa algo Kookie? -miro con atención las acciones del chico y soltó un pequeño grito cuando el chico se puso sobre una rodilla, su respiración de pronto se cortó y miro con asombro total al chico- Jung...

— Seokjin, estos años a tu lado han sido los maravillosos y sé cuanto dolor he llegado a causar pero te prometo que no dejaría que ni una sola lagrima más saliera de tus hermosos ojos. Puedo llegar a ser inmaduro, irrespetuoso o en algunas ocasiones muy irracional... -sonrió reflejando su tensión y sintiendo los calambres en sus piernas- Pero me gustaría que ahora.. - le entregó la rosa que había mantenido oculta y la levantó entre ambos- Jin, por favor acepta mis sentimientos, ¡acepta ser mi pareja por toda la vida!

El mayor se sentía feliz de ver todo el esfuerzo que el chico había puesto en eso, sonrió con felicidad y le levantó para abrazarle con amor y suspirar en sus brazos. Jungkook lo abrazó también sintiendo confusión por la acción de Jin, ¿eso quería decir que...?

— ¿Sabes Jungkook? -comenzó a decir el el mayor fundiéndose más en el abrazo- Existe una leyenda que habla acerca de tres pequeños animales -el mayor deshizo sin animo su abrazo y tomo la mano del joven para llevarlos juntos a tomar asiento a una de las banas que el parque poseía en donde la luz reflejaba el bello rostro de Jin de una manera en que Jungkook quedo embelesado- Eran un mono, un zorro y un hermoso conejito. 

Jin llevó su mano a los cabellos del menor en donde sintió el inicio de sus afelpadas orejitas. Sonrió con ternura y miró atento a los ojos de su novio.

— Un día un peregrino que pasaba cerca de ellos se encontraba cansado por su largo viaje y le pidió de favor a los tres pequeños animales para que pudieran conseguirle algo para comer -el chico explicaba serio teniendo la atención del pelinegro- El mono se subió a un árbol y recogió frutas, el zorro con su gran agilidad atrapó un ave, y el conejito a pesar de sus esfuerzos, volvió con las manos vacías.

Contempló como su hermoso híbrido fruncía levemente el ceño y con mas ánimos que antes se acercó para darle un pequeño beso.

— Eso no fue todo, el conejito al saber que no había traído nada con él, se sintió culpable. Entonces recogió ramas y hojas secas, encendió una fogata y se lanzó dentro para ofrecerse a sí mismo como alimento. El hombre se conmovió tanto que reveló su verdadera identidad. Era una deidad de gran poder que recogió los restos del conejito y los enterró en la luna como monumento a su gesto de solidaridad -con suavidad llevó una mano a la mejilla del menor y este se movió lentamente para recibir el toque seguro.

— ¿Qué más paso, Jin? -susurró encantado del momento y de la voz que le arrullaba en la noche.

— Con eso se ha dicho que los conejos son los guardianes predestinados de la luna y que siempre que la mires -alzó su mirada al cielo siendo seguido por el pelinegro que buscaba atento algo en el cielo- Verás al conejito cuidándola. 

— No logro ver nada Jinnie -el menor buscaba sin éxito al cielo y después se exaspero sintiéndose frustrado por no ver con claridad aquello que su novio le contaba.

El mayor sonrió y se levantó de la banca para alzar su mano en dirección a Jungkook y espero a que éste a tomara. Con las luces reflejándose en el mayor, Jungkook captó con obviedad la manera en la que Seokjin se había referido a si mismo siendo aquella hermosa luna de su historia.

Él con gusto sería el conejito de la luna en la vida de Jin.

— La Luna esta hermosa hoy -comentó el menor tomando la mano del chico de cabellos púrpuras  comenzando a caminar para regresar a su hogar.

Jin se detuvo unos segundos tratando de recordar aquella frase en algún sitio, no intentaba recordar que responder y por alguna razón eso lo frustró.

— ¿Jin? -el menor pudo ver en el chico un ceño fruncido y como apretaba en pequeños lapsos cortos su mano.

— ¡Estoy en paz! -soltó con alegría sonriendo y asustando un poco al híbrido que hizo visibles sus orejas con contorno blanco y mantuvo sus ojos abiertos- Lo siento Kookie, es solo...

Negó con su cabeza y tomo de las solapas del abrigo al menor acercando sus labios para besar al menor y aligerar el momento. Sintió las manos del chico ir a su cintura y rodearla con cariño.

Esto era lo que Jin buscaba y no sabía que necesitaba tanto.

— Te amo, ¿lo sabes? -dijo tan cerca de los labios del otro que le causó ligeras cosquillas- Te amo mucho Jungkookie.

— Te amo más Jinnie, no lo dudes y si te atreves a dudarlo me encargaré de que no vuelvas a dudarlo -sonrió con encanto volviendo a acercar su nariz a la del mayor y haciendo que ambos rieran.

— Me encantaría ver aquello...

𝐌𝐲 𝐜𝐮𝐫𝐢𝐨𝐮𝐬 𝐛𝐮𝐧𝐧𝐲. ⁂ 𝐓𝐄𝐑𝐌𝐈𝐍𝐀𝐃𝐀.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora