08. Conejitos, ¡no!

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La cena estaba corriendo de maravilla, los hermanos estaban hablando sobre todo poniéndose al día entre ellos. Soojin les miraba emocionada porque debería ser la primera vez que les viera hablar así de rápido a todos juntos y dar pequeños saltitos dejando sus orejas peludas salir a la vista.

Para Jin eso no era nuevo, pero siempre era adorable verlos reunidos a todos y charlando como una verdadera familia.

— ¿No te parece algo lindo, Jin? -le dijo la chica una vez que ambos estaban recogiendo la mesa y los hermanos seguían su conversación desde la sala- Minseok es un poco reservado cuando estamos juntos, pero es muy cariñoso en estos momentos con sus hermanos. Me hace pensar en que estos chiquillos son su talón de aquiles.

— Son muy unidos. Quizás deberían visitarnos más seguido, los chicos extrañan a su hermano mayor y yo jamás podría ser su reemplazo -incluso pudo ver la sonrisa reprimida que Jungkook les mostraba a sus hermanos.

Seguía fingiendo ser el chico malo que decía ser pero él sabía que en el fondo toda esa fachada era una farsa para cuidar de los suyos.

— Hablando de familia, ¿has sabido de tu padre? -la mujer era muy cálida con sus palabras y comprendía la situación del pelinegro.

— Llamo hace unos días para informarme que su pareja esta esperando un bebé. Es algo que veía venir, es decir, papá tenía mucho amor aún que dar y yo era un hijo independiente -se alzó de hombros aún sosteniendo algunos platos llevándolos al fregadero para lavarlos.

— Serás el hermano mayor, Jinnie. ¿Cómo te hace sentir eso? -la mujer ayudó al chico secando los cubiertos y platos que le eran entregados.

— Estoy feliz por papá, pero siento más aún a los conejitos como mi familia de lo que podría ser mi hermanastro -las risas de los hermanos hicieron a ambos jóvenes sonreír con ternura.

Soobin les contaba a todos como había investigado acerca de la vieja jerarquía que utilizaban los híbridos y parejas de ese tipo, porque según mencionaba, él quería que su pareja fuera un híbrido que lo quisiera tanto como él lo haría.

Reacio a comprender el amor de humanos y reprochandole a Nayeon por como eran los hombres humanos con ella.

Pero entonces Jungkook se levantó llamando la atención de los presentes.

Jin sintio un escalofrío. Era la hora.

— Yo... tengo que decir algo -la voz ligeramente nerviosa de Jungkook no pasó desapercibida por nadie en la casa.

Todos de manera que estuvieran cómodos, se reunieron en la sala de la casa en la espera de que el híbrido de conejo pronunciara aquello que parecía tenerle en apuros.

Nayeon miraba con sus ojos enormes los puños apretados de su hermano y los pequeños temblores que había en ellos. Por primera vez, decidió omitir sus comentarios burlistas hacia él.

— Antes de decir cualquier cosa, quiero que sepan que sólo estoy dando la noticia, no espero que puedan aceptar mi decisión o que estén de acuerdo conmigo, pero estaría feliz de que me apoyaran -susurro aquello último dejando una sensación de inquietud en sus hermanos mayores.

Siendo Soobin el único hermano que sabía de lo que se trataba.

— Pero Kook, ¿ha pasado algo? ¿Estás bien? -su hermano mayor se levantó intentando buscar algo mal en su hermano menor, inevitablemente sus orejas estaban alzadas. Pero recibió una negación de Jungkook y una mirada tranquila.

— No sucede nada, yo estoy bien. Es solo... -relamio sus labios dejando que sus orejas apenas visibles se doblaran de preocupación- E-estoy saliendo con alguien.

La sala se inundó en silencio y después un par de brazos y un olor a miel lo apresaron contra ellos.

Nayeon y Soojin chillaban encantadas de la noticia y acunaban en sus pechos la cabeza y mejillas sonrojadas de Jungkook que educadamente trataba de quitarlas.

— ¿Tú sabías de esto, no es así? -el mayor susurraba al chiquillo que sonreía mostrando sus dientes de conejo y una mirada inocente.

— Puede ser, quizás, no lo sé -se encogió de hombros haciendo reír a Xiumin que removió su cabello gustoso.

Jin los miraba como si una película de navidad se estuviera proyectando frente a él, en parte debería estar celebrando con ellos para hacerse notar como un miembro de aquella escena pero sus piernas seguían negándose a moverse y sabía cuál era la razón.

— ¿Y... -comenzó hablando Soojin dejando por fin libre al chico que miraba hacia el suelo- ... quien es la afortunada?

Eso era lo que mantenía a Jin pegado a su lugar.

Por alguna razón, su estómago se revolvía de solo pensar que podía ser rechazado por su familia, porque los conejitos lo eran. Y le dolía el pecho al pensar en miradas de desprecio en los rostros de Xiumin y Soojin al negarse por llevar una relación extraña.

— Bueno... -sentia la mirada del chico en él. No había necesidad de que mirara arriba para comprobarlo.

Jin sintió más pánico aún cuando el silencio en la sala volvió a reinar y una exclamación de asombro salía de los labios de Nayeon al mismo tiempo que escuchaban el vidrio de un cristal romperse en el suelo.

Se arrepentía ahora de haber servido vino en su bonita y lujosa copa nueva para Xiumin.
































Tarde pero seguro xd la inspiración se me va horrible a veces pero cuando viene debo aprovechar en todo ^^ espero estar de vuelta más seguido en esta historia.

Nos vemosssssss♡

𝐌𝐲 𝐜𝐮𝐫𝐢𝐨𝐮𝐬 𝐛𝐮𝐧𝐧𝐲. ⁂ 𝐓𝐄𝐑𝐌𝐈𝐍𝐀𝐃𝐀.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora