12. Mosquitos.

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— Perdón, siento llegar tarde Yoongi -un sudado y agitado Seokjin se presentaba delante de el en el restaurante a la tarde siguiente- Tuve algunos problemas para llevar a Soobin a ese nuevo sitio que me pidió y tarde mas tiempo del que necesitaba, pero estoy aquí. 

 — Uh-hum. Hoy es un día tranquilo, puedes ir a cambiar tu ropa 

Su amigo asintió rápidamente y corrió al interior del local dejando a Yoongi con una sonrisa cómplice y esperando el momento adecuado para hablar con su amigo sobre su salida de ayer.

Tenia que contarle lo sucedido.

Dejo su relajada postura y se apresuro a abrir el local antes de que su padre llegara y le reprendiera por no hacer su trabajo. 

Para cuando su progenitor llego, ellos ya se encontraban preparando y sirviendo el desayuno a varios clientes de entrada edad que acudían allí. El continuo con la preparación de los alimentos mientras Yoongi se ajustaba el bonito mandil negro en la cintura para servir los pedidos.

El resto del día, sin embargo no fue lo que creyó.

Esperaba que cuando los clientes disminuyeran podría volver a sentarse en una silla y contarle a su amigo Jin lo bien que le había ido la tarde anterior junto al chico que sonrisa brillante, mientras el seguía despachando a los últimos clientes que aun permanecían. 

Pero entrada la noche, la multitud de gente inundo las mesas del local y no pudieron parar en toda la noche. Ni siquiera pudieron tener su tiempo libre de manera calmada como en otras ocasiones.

Y cuando el turno termino, se dejo caer desparramado en la silla del local deseando dormir todo el día hasta que ya no pudiera soportar permanecer en su cama un minuto mas. 

— Siento como una manada de elefantes me hubiera pasado por encima mas de tres veces

Seokjin rio dejando escapar un quejido lastimero por flexionar sus brazos.

— Vamos, solo di que estas tan echo mierda como yo el día de hoy -el chico le lanzo su mandil en el rostro y ambos rieron juntos esta vez.

— Bien lo admito, me siento como la mierda -se dejo caer en una silla a su lado ambos siendo espectadores de como el padre de Yoongi hacia las cuentas del día esta vez, cuando no se disponía a retirarse antes para arreglar asuntos del local, el se hacia responsable de lo ingresos del sitio.

No era necesario que ambos permanecieran allí con el, pero  Yoongi se negaba a irse sin su padre y Jin simplemente se sentía mas seguro si los miraba a ambos cerrar el local e irse a su casa. 

— Oye, tengo algo que quiero decirte. ¿Crees poder recibirme en tu casa hoy? -pensó en el chico conejo y volvió a sonreír como un lobo a una oveja.

Hoy era buen día para jugar con el.

— Oh si, es probable que los chicos no estén en casa cuando lleguemos. Pero me asegurare de decirles que... -fue interrumpido por la mano de Yoongi que negaba en el aire.

— No es necesario, solo me basta con que me escuches y puede ser de camino a tu casa. 

— De acuerdo, pero sabes que siempre tendrás un lugar en mi casa -le sonrió levantándose siendo seguido por el rubio de inmediato.

— Y en tu cama, ¿verdad? -extrañaría ser el causante de los sonrojos del pelinegro pero sabia de ante mano que ya no era el principal causante de estos.

Sin prestarle atención a la mirada revuelta de su padre por haber escuchado ese comentario, terminaron los deberes pendientes en el local y Yoongi junto a Jin vieron marcharse a su padre y jefe.

No era de esperar que su padre actuara de esa manera, el nunca había aceptado del todo las diferentes preferencias de Yoongi en cuanto a sus parejas pero le debería ser ya costumbre escuchar las insinuaciones de ese tipo hacia Seokjin, que de hecho ahora, ya n volvería a escuchar. 

Al menos no tan descaradas.

— Bien, ¿Qué ibas a decirme Yoongi? -caminando juntos hacia la casa del más alto, luego de un silencio pacífico entre ambos, Jin recordó las palabras de su amigo antes.

— Oh, cierto. ¿Recuerdas a Hoseok? El chico de las flores del puesto frente al nuestro -las manos en sus bolsillos seguían tan heladas como hace unos momentos- Ayer fui a su casa y comimos juntos.

— Uhh -Jin sonrió e hizo movimientos graciosos para Yoongi- Así que tuvieron una cita. ¡Mi mejor amigo por fin será atado!

— No fue una cita, yo ya llevaba la comida porque antes había venido a tu casa -medito las palabras dichas y alzó una ceja- Oye a mi nadie me tiene amarrado.

— ¿Viniste a casa? ¿Porqué no llamaste?

Lo pensó como dos segundos antes de soltar lo que había querido decir desde la mañana que lo vio quitarse el abrigo.

— Cuando fui parecías estar indispuesto lidiando con los mosquitos de tu edificio -ante la confusión del alto, señaló con su dedo pálido al cuello cubierto de Jin- Al parecer te atacaron bastante anoche.

El precio de su rostro totalmente rojo era mayor a todas las veces que le había visto sonrojado por sus palabras, definitivamente tendría que jugar con eso más tarde.

Y jugar con la pequeña garrapata que se pagaba todo el tiempo a Jin.

Que le perdonarán, pero se divertiria en grande.

𝐌𝐲 𝐜𝐮𝐫𝐢𝐨𝐮𝐬 𝐛𝐮𝐧𝐧𝐲. ⁂ 𝐓𝐄𝐑𝐌𝐈𝐍𝐀𝐃𝐀.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora