25. Volver a casa

2.3K 238 67
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sentía que todo me daba vueltas, que mi cuerpo atravesaba miles de capas invisibles

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sentía que todo me daba vueltas, que mi cuerpo atravesaba miles de capas invisibles. El vómito luchaba por salir y estrellarse en la cara de mi hermano, quién me sujetaba fuerte de la mano tratando de evitar que me llegase a soltar y terminar en cualquier línea del tiempo.

En cierta parte me sentía drogada.

Mi cuerpo cayó encima de la de Cinco, este soltó un quejido al sentir el impacto que tuvieron nuestros cuerpos.

—Quítate de encima de mí. —murmuró entre dientes.

Me levanté un poco mareada y sonreí al ver a mi hermano frente nuestro pero había pasado mucho tiempo y ahora él parecía mi hermano mayor.

—¡Eight! —unos brazos me rodearon con entusiasmo —. Te extrañé mucho.

—Y yo a ti, Klaus. Extrañé mucho a mi mejor amigo.

—Oh vaya, ahora parezco ser tu hermano mayor —dijo Klaus al ver que aún conservaba el cuerpo de una niña de catorce años —. Lo bueno es que creciste un poco desde la última vez que te vimos.

—Sí, pero cronológicamente soy mayor que todos ustedes. —Klaus me miró confundido, a lo que negué con la cabeza mientras me reía. Este salió de su trance de confusión.

—Okey, me explicarás después, preferiblemente no pero bueno. Vamos, tengo mucho que contarte y de seguro tú también a mí.

—Créeme que sí, Klaus. —murmuré recordando a Avonlea.

❪...❫

Había tomado una ducha caliente antes de bajar a comer algo; me moría de hambre.

Me había costado un poco convencer a Klaus de que antes debía de tomar un baño y ya después le contaba todo. El pobre se encontraba un poco emocionado ante mi llegada, pero debía de comprender que no me iba a pasar el resto del día con olor a rata muerta. A la final accedió y decidió esperarme en la cocina mientras me preparaba un sándwich de tocino.

Yo simplemente espero que no queme la cocina.

Al salir de la ducha me dirigí a mi armario con la esperanza de que al menos tuviera una muda de ropa —que no fuese uniforme—, ¡Maravillosa sorpresa!

𝐅𝐎𝐑 𝐘𝐎𝐔,    anne with an e¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora