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Taehyung observó como la habitación se cerró a media noche, cuando las luces se apagaron y los sonidos a través de las paredes se hicieron más y más presentes. Se escabulló por los pasillos de la casa hasta llegar a la pequeña habitación donde dormía su hermano. Lo admiró. El reflejo de la luna decoraba su tierno semblante, durmiente mientras que su cuerpo se tendía en la cuna bajo los colgantes de pajaritos. Se acercó tímidamente al cuerpo inmóvil y, como todas las noches, depositó un casto beso en su frente.

Finalmente, su silueta se desvaneció a través del pasillo.











El día recién comenzaba, los llantos del pequeño Jungkook se hacían presentes y el aroma del desayuno inundaba el olfato de Taehyung. Miraba el techo recostado sobre su cama, parpadeó un par de veces y a pesar del cansancio y la calidez del día, se levantó de un brinco.

Se había preparado inconscientemente al ruido fuera de su habitación, pesos acercándose peligrosamente a su persona y con el humor por el suelo, aunque no le extrañaba, porque no conocía más expresión que esa. Dejó escapar un suspiro, casi ahogado, silencioso, y miró atentamente a su padre, quien cargaba al pequeño bebé entre sus brazos.

— ¿Irás a la escuela hoy o planeas quedarte ahí tendido igual que siempre? —le dijo, serio. Taehyung rodó los ojos y guardó silencio—¡Responde!

— Jungkook está durmiendo, lo puedes despertar con tus gritos innecesarios —le dijo, tranquilo, demasiado para el gusto del adulto.

— Te estoy haciendo una maldita pregunta, Taehyung, y no quiero que vuelvas a mencionar a el nombre de mi hijo de tus asquerosos labios.

— Es mi hermano —aclaró, fríamente, evitando la furiosa mirada de su padre sobre él—y me preocupo por él, más que tú, obviamente.

— Eres asqueroso —bramó.

— ¿Viniste a decírmelo?

— En realidad... Hoy vendrá una nueva criada y necesito de tu colaboración. No salgas de tu habitación cuando ella esté aquí.

Había perdido la cuenta del número de criadas que llegaban a cuidar de JungKook. Algunas eran más persistentes, otras más dóciles, pero al final todas abandonaban el trabajo, en parte quizás por su culpa y en parte también por Jungkook.

— Ah, y no quiero que te acerques a Jungkook —agregó.

Eso era imposible.

Jungkook era el pequeño ángel de la casa, rozaba los tres y era algo inquieto a veces. Cumplía con traer la felicidad a sus padres y, por consecuencia, también a Taehyung, a pesar de que su cercanía se viera interrumpida la mayor parte del tiempo. Sin embargo, aquello también provocó que el castaño quedara en segundo plano para los señores Kim. Culpaban su carácter, sus respuestas y sus manías algo retorcidas. Justificaban su aislamiento como una forma de salvación.

La relación entre la familia Kim se rompió en un pestañeo, o quizás siempre lo estuvo. Taehyung comenzó a distanciarse y nadie, salvo él, parecía notarlo, fue como si su existencia nunca hubiera importado y lo prefería de esa forma o habría sido complicado lidiar con una situación diferente.

Para el señor Kim, Taehyung era un problema que había que resolver lo antes posible y pronto la señora Kim se convenció de que efectivamente así era. Era una cariño hipócrita, por distintos motivos del pasado y que actualmente persistían en sus vidas. Jungkook era

Todo comenzó esa noche. Taehyung despertó pasadas las doce y caminó hasta la habitación del menor, como todas las veces. Conocía cada detalle de su pequeño rostro, su gusto por las aves y los peces. Nada fue diferente a otra ocasión, su rutina iba perfectamente equilibrada, quizás por la excepción de que era el cumpleaños de su hermano y quiso llevarle un pequeño regalo. Caminó sobre la suave alfombra del pasillo hasta llegar a la habitación del azabache, giró la perilla y con delicadeza abrió la puerta. El pequeño chilló y se movió entusiasmado. Se despertó y se paró sobre la pequeña cuna, curioso y ansioso por el espectáculo que haría su hermano para entretenerlo, como hacía siempre. Sin embargo, esta vez Taehyung no venía con un espectáculo, más bien venía con algo material sobre sus manos.

Monster ( vkook ) - Primera TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora