I N S T I N T O

Tener 18

La mañana del sábado fue bastante pausada o al menos eso decidí, no me paré de la cama hasta ya pasada las doce del medio día. Agradecía tanto que mi madre y Dorothy me dejaran dormir.
Como siempre parecía una leona y la mitad de mi almohada estaba babeada, no sé se porque tengo que dormir con la boca abierta, tendría que utilizar algo de tape para mantenerla en su lugar. Haciendo pucheros camine al baño y me lave los dientes, me bañe rápidamente, tenia un proyecto el cual debía terminar.
Pero había algo en mi cabeza que no me dejaba en paz, y era aquel regalo, aún no lo había abierto así que casi volé hacia mi cartera y en eso mi dedo pequeño se encontró con la esquina de la cama y bailaron muy bien salsa, porque Joder! Cuanto dolía.

Dure algunos minutos invocando a todos los demonios existentes y luego proclamándole a Dios perdón. Luego de eso con más calma busque el regalo.
Era una cajita curiosa de color rojo con un hermoso lazo negro.
Estaba algo nerviosa, es que la verdad no me lo imaginaba escogiendo algo para mi, aunque no se porque debo pensar que él mismo lo escogió cuando bien podía encargarlo por internet o pedirle a cualquiera de sus empleadas.

Con mis dedos nerviosos deshice el lazo y abrí la caja.

Lo amé!
Les juro por Dios que lo amé!
Diosssss!
Era hermoso de cualquier forma que lo vieras.
Era una pulsera dorada con piedras rojas muy brillantes.
De inmediato me lo puse y no podía dejar de mirar mi mano izquierda, se veía tan precioso y más al lado del reloj que me regalaron.
No pude esperar para agradecerle así que le escribí por ws.

Fue demasiado. Gracias de verdad, me encanto muchísimo.
Liv-

Y esa fue la historia de como Damián me dejo en visto.
Mi humor cambio al instante, ósea que tan difícil podía ser coger el estupido celular que obviamente tenía en la mano, porque su en línea lo delataba y ponerme aunque sea un estupido ok.

Porque eres así Damián!!! Porque???

Pero al mirar mi mano volví a sonreír, aquel brazalete era perfecto, al menos para mi.

Lo siguiente del día fue bastante aburrido, tareas, tareas y más tareas. Tenía que ponerme al día con algunas cositas pues la época de los parciales se acercaba y aún soñaba con una beca para la universidad.
Que estudiar? No lo sé!
Estoy ida y es algo que me preocupa, ósea para mi nivel intelectual ya debería tener una carrera bastante definida, pero la realidad era otra. Era un asco!
El domingo pasó de la misma forma, solo tareas aunque no me podía quejar había avanzado bastante.

Me emocionaba que llegara el lunes , aunque aún seguía enojada con Damián estaba loca por verlo.
La escuela fue bien no muy grata pero bien. A las dos de la tarde ya iba de camino a mi lugar de trabajo.
Me había puesto unos pantalones largos con algunos rotos y una camiseta, además de mis fieles vans. Mi cabello estaba igual que mi vida, hecho un desastre así que no me afané y lo dejé suelto.
Mucha gente me miraba y era capaz de asustar algunos niños por mi increíble cabellera.
Al llegar al club estaba ese estado de calma tan reconocido por mi, saludé a Cielo que iba subiendo bastante rápido, al parecer llegaba tarde al ensayo. Me había alejado del Pool dance porque no quería más problemas con Damián ya estaba bastante bueno de eso.

Subí a la oficina o al menos iba por el pasillo que llegaba a la oficina y me encontré con una joven, un poco menuda pero extremadamente bella.
Su pelo castaño le llegaba justo debajo de los hombros y luego estaban esos ojos, ojos no! Ojazos! Eran verde esmeralda, brillantes!
Me había quedado fascinada la verdad.
-Estás aquí preciosa- Esa voz!
Y la llamo preciosa justo frente a mi.
-Si amor, estuve a punto de preguntarle a esta chica por ti- le sonrió la chica.
Tenía dientes perfectos.
-ash si! Es mi empleada, me ayuda aquí y limpia el apartamento, Living Amador- dispusó con naturalidad.