Mi primer trabajo.

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Estaba tocando la puerta del sitio que arruinó mi vida. Sí! Estaba en INTENSO pero no para divertirme ni nada parecido vine en busca de trabajo.
Aquella misma mujer la de vestida de negro me llevo de nuevo a la oficina del jefe. Sólo camine tras ella, todo se veía tan normal así sin gente, eran las 3 de la tarde.
-Pase- Me dijo la mujer y así lo hice.
Damián estaba sumido en una taza de café, me pareció extraño ya que tenía los dientes muy blancos.
-Que haces aquí?- Me dijo sin mediante ni educación tal y como el es.
-Hola ..Como estas ? Si muy bien , gracias y tu?..- parafrasee con sarcasmo.
-Sabes que no eres bienvenida aquí, que diablos quieres?- añadió una vez más.
-Necesito trabajo!- le dije.
-Y que haces aquí ? No te daría trabajo nunca- dijo mirándome directamente.
No me sorprendí, me lo esperaba.
-Eso pensé, pero quizás cambiarias de idea si te dijera que puedo ir a la corte y decir que me violaste aún soy menor- le dije sonriendo maliciosamente.
El dejó su café a un lado y me miró  de arriba abajo. Luego sonrió de medio lado y eso fue muy sexi!.
-Pero que muchacha está! Se te olvida que tengo algo que firmaste, tu documentación falsa y demás cosas, creo que la que terminaría en la cárcel de menores sería usted señorita-
-Aún sigo pensando que eres el idiota más grande de el mundo- le dijo molesta.
-Dicen que soy algo grande, mido más o menos 1,90- dijo con sarcasmo. -Además no te viole, recuerdo que me bailaste aquella noche, no creo que se le haga eso a un violador o si?- dijo levantando una ceja escondiendo su estúpida sonrisa.
No hable sólo lo mire con todo mi desprecio y di media vuelta dispuesta a marcharme.
-Aunque no te quiero cerca, estoy dispuesto a ofrecerte un trabajo, sin embargo no lo hago porque te lo merezca sino más bien por tu madre- Me dijo esta vez serio.
La cara se me iluminó con el signo de dinero. Voltee y me senté.
-Me hace falta alguien que limpie mi apartamento tres veces a la semana, la remuneración es buena, aceptas?- preguntó con rapidez.
-Estaba pensando trabajar aquí en el club como mesera ?- le dije.
Su mirada se oscurecio.
-Estas loca! No te quiero metida en eso ya ves el problema que causaste. Esta limpiar mi apartamento decidete aceptas o no?-
-Acepto! Cuando empiezo?- pregunte. No debía estar tan sucio era un solo hombre, no debía ser difícil.
-Ahora mismo- dijo. Enseguida descorgo el teléfono de la oficina hablo con alguien en creo que alemán y enseguida se aprecio aquella mujer, me atrevería a decir que su asistente personal.
-Siguela, te llevará al apartamento- dijo. Me paré y seguí a la mujer.
Ella cruzo hasta el ascensor y bajamos al segundo piso, no lo había visto, sólo el primero y la azotea y claro la habitación donde todo había ocurrido. Atravesamos algunas puertas de cristal y luego llegamos hasta una de madera fina, ella entró una especie de llave y abrió.
En efecto era un apartamento con todas sus letras, tenía una gran sala con un sofá negro en leader en forma de L, una mesa de cristal con un adorno algo excéntrico ,la típica plasma, una cocina no tan pequeña que tenía una barra que servía de desayunador.
La mujer me miró.
-Señorita Amador, aquí puede encontrar las asignaciones que debe hacer. La dejó sola, vendré por usted a la 7 de la noche- Me dijo entregandome una nota y se marchó cerrando la puerta.
Sonreí. Tenía tiempo para escarbar, aunque odiaba a Damián por lo que me había hecho me atraia el hilo misterioso que lo rodeaba, simplemente no podía comprender que tuviera un club de sexo, que sus padres se lo permitieran?! Debían de ser unos corruptos igual que él.
Abrí la nota para leer rápidamente.
-Despolvar, barrer y limpiar el piso.
-lavar las toallas, sábanas y ropa sucia.
-Preparar cena: junto a la estufa está el menú de hoy.
-Todo está bajo llave, si veo que algo a sido forzado quedas automáticamente despedida sin derecho a liquidacion.

                                D.F
Suspire. Al parecer me conoce un poco, y sabía que husmearia un poco. Entre a la habitación comenzaría por ahí.
Sólo la cama estaba deshecha lo demás se veía en correcto orden, El espaldar de su cama era negro de esos que se usan hoy en día, las sábanas totalmente blancas, se sentían muy suave. La arregle y pase al baño, sólo había uno y estaba en su habitación, al parecer no recibía visitas aquí.
Lo limpie aunque no se veía sucio. Barri y trapee todo, puse la ropa a lavar, había especificaciones al lado de la lavadora.
(Agua caliente, tibia , sin detergente o con...) En fin, era ropa cara así que espero no haber dañado ninguna.
Ahora tenía que preparar la cena. Sabía cocinar pero no era experta espero y no sea algo que no sepa dominar.
Para mí suerte el menú era bastante basico, un pure de  papas con algo de pescado, me puse manos a la obra, vi algunos limones e hice un jugo no para él sino para mi, sin embargo sobró un poco y se lo puse igual.
La hora de irme llegó rápido, estaba cansada, sólo quería llegar y abrazar a mi madre.
La señorita de traje negro llegó.
Podría buscarle un sobrenombre pero prefería preguntárselo, si ya que nos íbamos a ver constantemente.
-Como te llamas?- le pregunté. Ella me miró recelosa pero aún así respondió.
-Cristina- dijo sin más.
Asenti.
-Un gusto Cris- le dije extendiendo mi mano.
Ella la apretó sólo un segundo.
-Cristina no Cris- dijo sin sonreír.
-Ok Cristina- le dije.
No le gusta la confianza. Ok.
Me dirigió a la salida y me entregó un sobre amarillo. De seguro era otro comentario de Damián.
Lo abrí y para mi sorpresa era dinero con un papel.
Incentivo. Vuelve pasado mañana a la misma hora.
Sonreí. Dije que estaba cansada se me acaba de olvidar.
Casi corrí al hospital, para mi sospresa mi madre estaba dormiendo.
Tranquila me acomode en mi banca de siempre. No tenía hambre sólo estaba un poco cansada, tanto que me dormi.

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