Estaba muy molesta porque Damián ni siquiera me había mirada ni cuando estaba en casa hablando con mi madre ni cuando íbamos de camino.
No hable ni él tampoco.
Llegamos en breve al restaurante. Era muy elegante y acogedor, con manteles en tonos pasteles y floreros con lirios. Se respiraba tranquilidad en el ambiente.
Al parecer llegamos primero que la persona con quien almorzariamos.
El mesero nos llevó a la mesa que estaba reservada para nosotros.
Tenía cuatro sillas. Me senté al lado de Damián.
-Por fin cediste-
-Es usted mi jefe, es mi trabajo vestir acorde- argumente.
El sólo asintió.
Pronto llegó una pareja de viejos o personas mayores como diría Damián.
El hombre bajo de estatura y un poco gordo, pero una presencia atemorizante, se le notaba el dinero por encima de la ropa, ese porte de rico lo llevaba marcado en la frente, debía de tener algunos 70 años, mientras que la señora era delgada, llevaba un bonito conjunto rosa y un sombrero que no podía ocultar la lana blanca que le llegaba a la cintura en una linda trenza.
Damián enseguida se paró e hice lo mismo. No sabía muy bien el protocolo de los negocios pero intentaba seguir a mi jefe.
-Don Julio, un placer verlo- Le saludó de manera afectuosa.
-Lo mismo digo joven Damián, le presentó a Gloria mi esposa-
Damián toma la mano de la señora con bastante delicadeza y la besa.
-Rendido a sus pies mi señora-Dice de manera galante.
Casi se me sale una carcajada pero la mantuve, entendía que eran personas de otros tiempos y muy educadas.
-Living Amador mi asistente personal- me presenta Damián.
Le sonrió a la pareja y ellos se ríen entre ellos con cierta complicidad.
Y yo solo pensaba que lindo amor.
Todos tomamos asientos y enseguida se nos fue entregado el menú.
-Espero que no le moleste que haya traído a mi esposa, es que ella quería saber más acerca del joven que nos quiere comprar el concesionario.-
-Por supuesto que no Don Julio, me parece una excelente idea- -Espero pasar la prueba Señora Gloria-
-Esta trabajando en ello- dijo con picardía la anciana.
Cada quien pidió el plato que les pareció. Yo pedí una ensalada del César porque era lo único que conocía del menú, las demás tenían nombres algo raros y en otro idioma así que las descarte.
Entonces se empezó a hablar de negocios.
-Sabe el concesionario ha estado en la familia desde antes que yo naciera. He decidido venderlo porque no tuvimos hijos y no existe una persona confiable que prosiga con la tradición- Habló el señor.
-Lo comprendo a La perfección señor y si me lo vende, le prometo continuar con su legado-
Me olvidé de contarles que guapo estaba Damián enfundado en un traje. Era impresionante como aquella tela se ajustaba a su tamaño, su pelo amarrado en una coleta y esa barba incipiente me incitaba a morder su menton. Su corbata azul era la combinación perfecta para su traje gris.
-Estaba de acuerdo en venderselo, pero mi esposa tiene razon en algo y es acerca de su juventud. Nunca había escuchado su nombre en esta área de los negocios.-
-Me quiero estrenar en ello señor, y creo que con su empresa lo haría por la puerta grande-
-Eso lo sé. Pero es joven, tiene familia? Prometida? Algo que conlleve una verdadera responsabilidad?. No me lo tome a mal pero quiero asegurarme de que tiene bien arraigados los valores familiares- continúa el hombre.
Me pareció muy exagerado todo esto. Era un negocio, usted paga y yo recibo, así de simple era para mi. Pero al parecer al Don no le importaba tanto el dinero, sino mas bien el destino que tendría su empresa.
Y obviamente Damián dictaba todo lo contrario a ser un hombre con responsabilidades.
-Entiendo su punto. Permítame explicarle, no puedo ocultar el hecho de que soy joven sin embargo eso no dicta mi visión en los negocios. Soy un hombre de familia me encargo de ayudar a mis padres y mis hermanas, quienes me han criado en un ambiente de unidad familiar y aún estoy convenciendo a la mujer de mi Vida de Que soy el hombre de la suya-
Cada palabra, cada frase sonó tan segura que casi lo dude. Si no lo conociera le habría creído cada una de las estupideses que acababa de decir.
El viejo lo miro un segundo detenidamente y Damián no movio ni un dedo.
-Siendo así, no creo que sea problema que cenemos en su casa para de esa forma cerrar el negocio junto a su familia, sería agradable conocerlos- Esta vez habló la señora.
Sonreí para mi.
Ahora si Damiansito que vas a inventar?**
Me quedé mirándole el rostro en busca de alguna señal de que aquella propuesta le haya causado algún efecto.
-Claro que no lo habra. Solo necesito algunos días para preparar todo. Vivimos un poco lejos.- continuo Damián.
La comida fue servida. Me concentre en la estúpida ensalada mientras veía el bistec que Damián comía con tanta elegancia.
-Y usted jovencita desde cuando trabaja con Damian?-Preguntó la señora..Gloria creo.
-Hace sólo algunas semanas-
-Es usted muy joven para trabajar en un discoteca-
-La necesidad no tiene edad. Le agradezco mucho al señor Fettro que me haya aceptado en su equipo- mencioné. No se porque pero tenía ganas de hacer que Damián quedará bien frente a esos viejos quisquillosos.
La señora se limitó a sonreír y luego volteó su mirada hacia Damián.
-Piensa tener hijos jovencito?-
-No lo he pensado, pero supongo que si, me agradaría tener 4 niños correteando en casa- Mencionó.
A este hombre le deberían de dar un jodido Oscar, al mejor actor.
Damián con hijos?! Jajajaja.
-Nosotros deseamos un hijo con toda nuestras fuerzas, pero somos estériles de ambos lados- Decía la señora con tristeza
-Que pena-Y esa fui yo.
Todos me miraron en la mesa.
-Es que se ve que lo desearon mucho y tanta gente maltratando a sus niños- Dije para salir del paso.
-Así es cariño, por eso hay que pensarlo muy bien antes de tener un hijo- mencionó el hombre.
La reunión paso en hablar de familia, compromisos familiares y demas. Al momento de irnos la señora se apartó un poco y me tomo del brazo.
-Buena suerte hija. Así empezamos mi esposo y yo. Con esas miraditas-Finalizó para marcharse.
Al centrarnos al carro. Damián suspiro.
-Esto estará más difícil de lo que pensé- Comentó.
-Ya lo creo. Quiero ver como harás la cena con tus padres- le dije.
El me miró.
-Sólo se necesitan padres no es necesario que sean los míos- Sonrió antes de arrancar.
-Los piensas engañar?- Pregunté.
No lo pensé tan cruel.
-Se vale todo en los negocios. Invertire hasta el último peso que tengo en ello. Si no funciona...-
-Estas seguro en invertirlo todo en eso, conoces acerca del negocio?- Pregunté.
-El que no arriesga no gana. Además sólo se que con eso de vender autos se produce dinero- Dijo antes de arrancar el auto.
Pasamos por una heladería y le pedí que se detuviera.
-En serio Living?- pregunto quejándose.
-Que??!!! La gente normal come helados a veces- Le dije antes de desmontarme.
El estaba sacando la cartera.
-Yo me lo compro- le dije.
El rodó los ojos y continúe con mi camino a la heladería.
Para mí sorpresa me encontré con Jonathan. Corri a abrazarlo al ver que me abría los brazos.
-Living que bueno verte fuera de aquel lugar, espero y continúen nuestros planes de hoy en la noche- mencionó.
Sonreí.
-Claro que si Jon- le dije mientras ordenaba dos helados. Le llevaria uno a Damián aunque no se lo mereciera.
-Y que raro que no estás en Intenso, crei que el personal administrativo entraba más temprano-
-Así es. Sólo que acabó de salir de una reunión con mi jefe- Le dije.
El hizo un gesto poco alegre.
-Fettro es un patán. Aún no puedo creer como te trató-
-No te preocupes estoy acostumbrada a sus majaderías- suspire.
Recibi los helados y me despedí con rapidez no sin antes confirmarle una vez más nuestra salida.
Cuando me monté note que Damián estaba enojado.
-Hablando con ese tipo de nuevo?-
-Para que pregunta si ya lo sabe- contesté.
-Living como te lo digo no te quiero ver con ese hombre.... Y antes de que digas algo estamos en horario de trabajo-
Y así fue como me quedé con la palabra en la boca.
Le entregue el helado sin mirarlo.
El soltó una carcajada y cogió el helado de chocolate.
Yo me concentre en el mío.
-De que es el tuyo?- preguntó.
-Fresa natural- comente.
-Es mi sabor favorito- continuo mirando mi helado.
-Quiere un poco?- le dije brindandole del helado.
-Si- dijo y dejó su helado en el medio de los dos asientos.
Y enredó su mano entre mi cuello y mi cabello y me beso.
Me sorprendió un poco pero rápido me deje llevar. Su boca fría con sabor a chocolate me hizo querer explorar su boca.
Sentí como mordia mis labios despacio.
Sentí como su mano se aferraba a mi nuca pegándome aún más a él.
Mis manos descansaban en su pecho.
Mientras los besos y mordidas eran los protagonistas.
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I N S T I N T O
RomanceLiving quería darle todo a su novio pero este no estaba dispuesto a tocarla antes de su mayoría de edad, sin embargo Living encuentra un club INTENSO, un club donde viviria su mejor y peor momento.