Capítulo 24

32 7 0
                                    


En el hospital, Albert conversa con Marcelo por teléfono...


     —Como oyes hermano, por poco y asesinan a Bertha. Mario vino personalmente a contármelo hace media hora.


     —¿Quién o quienes fueron?


     —No lo sabemos. Pero eso fue ayer por la noche poco antes que cierren las oficinas del bufete.


     —Que bueno que fuera a esa hora, sino hubiesemos tenido problemas mayores, y de repente hubiesen muertes que lamentar...


     —A lo mejor. Pero sólo estaba Bertha.


     —¿Bertita esta bien?


     —Mira, si ella no hubiese estado comiendo anoche. No hubiese contado con suerte. Se salvó porque confundieron la mancha de ketchup en su pecho con sangre. Y bueno se pasearon con ella muerta de miedo fingiendo estar muerta, pero cuando le pase un poco el susto creo que a lo mejor podría darnos algunos detalles acerca de las personas que ingresaron al bufete, despues de todo sólo ella estuvo allí comiendo antes de ir a su casa, pues planeaba quedarse a terminar algunos documentos para el día siguiente.


     —Entonces eso quiere decir que no sabemos aún quien o quienes entraron al bufete, ¿cierto?


     —No. Sólo sabemos que se trató de tres personas.


     —Mmm, ¿que personas podrían haberse atrevido a ingresar al bufete, y para qué? la verdad no entiendo bien cual es el móvil de todo ese alboroto gestado. ¿Y a esa hora?. Si la idea era hacer daño, la hora propicia era en pleno horario de atención... ¿Estaría implicada en esa locura Leticia?


     —Eso pensamos.


     —Mmm...


     —Lo cierto es que esos tres hombres te buscan para matarte.


     —¿Matarme?


     —Es extraño. Realmente muy extraño todo lo que sucedió pero sí, sabemos que te buscaban para matarte...


     —Bueno, gracias Marcelo, permaneceré aquí con los chicos. No me he movido porque si lo hago podrían seguirme, y mientras no lo haga Silvio y Clemente podrán recuperarse de las heridas de bala. Espero que en el transcurso de mañana o pasado Clemente pueda moverse para ir a casa. Aquí hay médicos y enfermaros que pueden atenderlos e inyectarles las medicinas. 


     —Por otro lado te debo de decir que llamaron al teléfono de aquí. El fijo. Preguntando por tu mujer. La querían citar fuera de casa con el pretexto de encontrarse con su hermano.


     —¿De qué mierda hablas, ella no tiene hermanos?


ÁNGEL O DEMONIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora