CAPITULO TRECE

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CAPITULO EDITADO

Ana

Unas horas más tarde...

Llegamos a la mansión de mi "papá" observo que León esta acostado en el sofá de la sala, me aproximo hasta él.

Se ve tan hermoso dormido.

Me quedo embobada mirándolo, sacudo mi cabeza varias veces para concentrarme a lo que vine; despertarlo.

Presto atención que se abre la entrada principal pero no me importa porque solo vengo a buscar una cosa; León Romanov.

— Hija, hablemos un rato — suplica mi papá, suspiro porque mi paciencia no es eterna.

— ¿Qué quieres? —pregunto con un tono seco e irritada, mi hermano y mi mejor amigo entran en la sala, se sientan en los sofás individual y sacudo mi cabeza riendo porque se una gran pelea está por venir, me cruzo los brazos, miro fijamente a mi papá, está nervioso y lo puedo notar.

— Estas grande — dice con un tono bajo que logro escuchar.

— Yo también lo noté — hablo con sarcasmo. Escucho la risa de mi hermano y la queja también porque Edric le codea. Ellos dos me distraen, no puedo estar seria con los dos aquí, son un dolor de cabeza.

— Hernán ¿pueden ver si en la esquina está lloviendo? — cuestiono enojada e irritada. Ellos dos alzan la mano como signo de rendición y se quedan callados por su bien.

— ¿Ya te viste las heridas? — interrogo mi papá preocupado viendo las heridas, encojo los hombros.

— Estoy bien, no hace falta que te preocupes — murmuro con mucha tranquilidad. Mi papá se aproximó, pero retrocedo, él quiere un abrazo.

— Cada vez que besas mi cabeza, me abrazas o dice algo dulce es porque te vas a ir de nuevo, es mejor que mantengamos la distancia, es mejor que vuelva a mi ciudad ya que ahí tengo mi trabajo —hablo seria.

— El padre de León no quiere a su hijo cerca de sus hermanos y de él ¿qué harás? —pregunta interesado.

— Él es mi amigo, es parte de mi vida ahora, si tengo que acompañarlo, lo haré. No voy a permitir que esté solo, si Hernán quiere ser parte de tu vida que lo haga, pero es mejor que yo me aleje de ti — confieso. Mi padre hace una mueca.

— ¿Abandonarás a tu familia? — pregunta asombrado y ruedo los ojos ya que me quiere hacer sentir mal por ello. Es momento de encarar a mi papá por todo lo que ha hecho.

— Nunca fuiste mi familia, la única persona que estuvo a mi lado fue mi hermano menor. Tu nos abandonaste desde que mi mamá y mi abuela se fueron de nuestro lado — reclamo enojada. Mi padre baja la cabeza trata de acercarse a mí, pero retrocedo como las otras veces.

— Estuve ahí, Ana. Estuve todo el tiempo para ustedes — dice, pero niego con la cabeza por la mentira que acaba de inventar.

— Los guardaespaldas estuvieron ahí, no tu papá — es lo único que digo. Escucho que León se remueve y se despierta, los dos nos quedamos callados.

— Es mejor dejar estar charla para otro día — dice mi papá con pena y rompiendo el silencio, bufo fastidiada porque siempre hace eso.

— Otro día ya será tarde, otro día ya no estaré aquí —menciono y León me mira sin entender.

— ¿Qué pasa acá? — cuestiona León mientras se despierta. Él se levanta al verme, me examina sino estoy herida, pero se tensa al ver las marcas del cigarrillo.

— Solo hablamos, nos iremos hoy — explico a León.

— ¿Por qué? Esta casa es de tu padre, Ana. Podemos quedarnos aquí, tu padre no tiene ningún problema de eso — cuestiona confundido. Observo a León como si estuviera loco.

— Entonces yo me voy. No me quedaré ningún día más aquí — expreso con frialdad lo cual hace que León se dé cuenta de ello. S algo de la sala, trato de irme hacia la puerta principal, pero alguien me detiene.

— Suéltame —exijo entre dientes y miro que León me mira.

— Lo siento, pero no quiero que vayas sin mí, no quiero estar más separado de ti, me he aguantado desde el primer día que te vi en besarte y ahora es mi oportunidad — menciona. Me quedo muda y sin decir una palabra al sentir los labios de León sobre los míos.

¿Por qué mi enojo se esfumó al estar con él? ¿por qué no me puedo controlar? Tantas preguntas tengo, pero ya se las respuestas. Hace dos meses que conozco a León y siento que me gusta ¿es normal? Nos separamos los dos por falta de respiración y lo miró fijamente, los dos sonreímos y nos besamos de nuevo en los labios.

Vamos — dice, pero le observo confundida

— ¿Donde? —pregunto sin entender.

— Debemos descansar mañana podremos pensar con claridad todo — opina, me quedo pensando por unos segundos luego asiento con la cabeza.

Espero que entre nosotros salga todo bien entre nosotros y tomemos la decisión correcta.

El Heredero Perdido (# 2 PM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora