CAPITULO TRES

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CAPITULO EDITADO

Ana

Día siguiente...

Me levanto de la cama y voy directamente a ducharme como todas las mañanas también me cepillo mi cabello y mis dientes, me pongo mi uniforme del hospital y salgo de mi habitación tratando de no hacer ningún tipo de ruido ya que el hombre desconocido está acostado en el sofá.

Parece estar dormido.

Camino en silencio hacia la cocina para preparar el desayuno para los tres cuando termino empiezo a lavar todo lo que ensucie y pongo todo en su lugar mientras tomo mi café negro.

Observo la hora de la pared, voy a llegar justo a tiempo al trabajo.

— ¿Dónde vas? — pregunta una voz detrás de mí, me hace sobresaltar del lugar donde estoy y llevo mi mano en el pecho, me doy cuenta de que el café negro se vuelca en mi uniforme y maldigo.

— Gracias, tengo que cambiarme de nuevo — agradezco con enojo al hombre, me voy a la habitación de nuevo.

— ¿Dónde vas? — repite la pregunta el hombre.

— Me voy al trabajo, es lo que hacen las personas, necesito cambiarme de ropa. Ahora sal de mi habitación porque si no me cambio rápido, llegaré tarde al trabajo — respondo, me obedece y cierro la puerta en su cara, me acerco al ropero y saco un nuevo uniforme, al terminar de hacerlo, abro de nuevo la puerta, observo al hombre parado frente mío.

— ¿Qué pasa? — cuestiono.

— Necesito irme de aquí — repite de nuevo esas palabras. Ruedo los ojos irritada.

— Mira, estas herido y ayer despertaste. Deberías reposar por unos días luego puedes ser libre — expreso mientras agarro mi bolsón y sigo mi camino hasta la puerta, pero el me detiene sujetando mi brazo.

— Lo sé, pero conmigo aquí estas en peligro — dice.

— Sigues herido. No salgas a ningún lado o se te abrirá la herida — repito mis palabras y lo escucho bufar.

— No puedo esperar mucho tiempo. Tengo que irme mañana — habla y suspiro, me doy vuelta para encararlo.

— ¿Sabes qué? Entonces vete, no estaré atajándote. Se me hace tarde para ir al trabajo — comento con una voz dura, me zafo de su agarre y abro la puerta para salir de la casa.

Minutos más tarde...

Llegue justo a tiempo al hospital tengo mucha suerte de que mi casa esté un poco cerca de ahí. Me voy a mi casillero para dejar mis cosas y ir a la recepción de enfermeras con rapidez.

— Ana, que suerte que llegas — dice mi mejor amiga.

— ¿Qué pasa? — pregunto.

Tienes mucho trabajo hoy debes atender tres habitaciones las 103, 104 y 110 - habla mostrándome las carpetas de cuidados.

Muchas gracias, iré a revisarlos — informo.

— Espera, me tienes que contar algunas cosas — me recuerda.

— Pensaré, si te cuento — murmuro en un tono bajo y me alejo con mucha rapidez antes de que ella se queje y me persiga.

Unas horas más tarde...

Me dieron más habitaciones para atender e inspeccionar a los pacientes su presión, temperatura y ayudarles en lo que se puede, también me hicieron inspeccionar algunos pacientes en urgencias. Asistí en algunas cirugías para ayudar a los cirujanos lo normal de siempre. Observo mi reloj y está siendo la hora de salida lo cual me alivia porque estoy muy cansada.

— ¿Qué pasa? — pregunta mi jefa.

— No es nada — contesto y asiente.

— Puedes ir a casa, Ana. Estas libre por hoy — menciona y me asombro por su relajada acción.

— Pero...— no termino la frase por la mirada de advertencia que hace.

— Estas libre por hoy, ándate antes de que cambie de opinión — proclama asiento varias veces, voy hasta mi casillero para sacar mis cosas cuando lo hago, me encamino hasta la salida del hospital para irme a mi destino.

Minutos más tarde...

Llego a la casa después de caminar unos minutos, abro la puerta y escucho dos risas masculinas. Observo que mi hermano está riendo con el hombre desconocido. Ellos dos me miran, pero los ignoro completamente ya que estoy cansada.

— ¿Quieres cenar? — interroga el hombre, pero le observo sería y mi hermano se pone pálido.

— Ella está cansada, déjala — habla nervioso y el desconocido asiente. Cierro la puerta de mi habitación y entro enseguida a mi baño para tomar una relajante ducha también pensar en todo lo que está sucediendo en mi casa cuando termino de ducharme, me pongo mi pijama y entro a la cama para descansar un poco comienzo a cerrar mis ojos y caigo en los brazos de Morfeo.

El Heredero Perdido (# 2 PM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora