ERES MI HEROE (KIRIIZU)

INESPERADO 🕯

KIRISHIMA

Al día siguiente me desperté más tarde que de costumbre. Izuku no estaba a mi lado pero la puerta se abrió en esos momentos y él entraba trayendo el desayuno.

Al verme me sonrió felíz, mientras colocaba las tazas y demás cosas en la mesa de mi habitación. De un salto dejé la cama para abrazarlo por detrás. Aproveché que no tenía nada en sus manos para sujetarlo y alejarlo del desayuno.

Deseaba desayunarlo a él, en verdad Izuku me volvía insaciable. Nunca fuí así hasta que apareció él en mi vida. Lo besé con pasión mientras acaricaba su cuerpo. En verdad no podía sacarle las manos de encima.

— Kirishima — susurró él —  El desayuno se enfría....mi amor....
— Dime que me amas o te encenderé otra vez Izuku.
— No....no me hagas eso....no lo resisto....
— Tarde.
—¡Kirishima!

Me senté en uno de los sillones y lo senté en mis piernas sin posibilidad de escape. Estaba considerando seriamente la idea de tenerlo encerrado en mi departamento. Me excitaba mucho con solo pensarlo.

— ¿Puedo sentarme en el sillón?
— No Izuku, aquí estás bien.
Sabia que estaba incomodo y para ser honesto me encantaba tenerlo así. Mis manos acariciaban su torax y su entrepierna.

Prácticamente lo obligué a desayunar excitado porque empezaba a masajear suavemente su miembro que reaccionaba rápidamente ante mi roce. Él comenzaba a mover las piernas pero sabia que no le permitiría salir de mi ragazo.

Fue el mejor desayuno que tuve en años. No podía parar de reír y besarlo. Lo amaba tanto que no se cómo viví lejo de éste excitante peliverde.

— Basta Kirishima — apenas respiraba él — Ah....ya basta...mi amor....ay dios....me tengo que ir y no sé cómo haré....ah....
— Equivocado mi amor — dije repentinamente — Tú de aquí no te irás. No te dejaré salir.

Fuí intensificando mis caricicas, logrando así volverlo un adicto a mí. Lo haría respirar mi propio aire. Izuku tendrá la mejor de las adicciones. La del deseo.

—No puedes....hacerme ésto...ay por dios....ya deja de excitarme....me tengo que...que...ir...ah...ah...
— Hablo en serio Izuku, no irás a ningún lado. Vivirás aquí conmigo.
— ¿Eh? P-Pero....¿por qué?

Él sujetó mi muñeca para detenerme, sin embargo lo amenacé con atarlo a la cama si volvía a hacer eso. Fue cuando colocó sus brazos a los costados, pero movía con mayor intensidad las piernas a medida que se movía en mi regazo, loco por la pasión y el deseo.

—Grrrrrr Kirishima ¡Basta por dios! —su miembro se había endurecido y ahora empezaba a humedecerse. Sonreí complacido. Era tan maleable que sentía que podía hacer cualquier cosa con su delicioso cuerpo —Mi amor....por dios basta....no es....gracioso....ah...ay dios mío....No...no aguanto más...
Ah....ay....ay dios mío....ah...

Cada vez que intentaba rozar mi muñeca repetía mi amenaza con intenso placer. Sin dejar de cariciar su miembro, lo sujeté con mi otro brazo presionando su cuerpo contra el mío, para besarlo con infinita pasión.

Él me rodeó el cuello con sus brazos respondiendo mis besos con otros más intensos y voraces. Era fuego puro.

Gimió en mis labios y aproveché para sujetarlo en mis brazos y llevarlo a mi cama. Allí volvimos a amarnos con mayor intensidad aún.

Al acabar caí en un profundo sueño tan placentero que temí que todo ésto no fuese una realidad sino un producto de mi alocada mente.

Cuando volví a despertar estaba solo. La mesa de mi habitación permanecía limpia. Fruncí el ceño ¿qué pasó con Izuku?

Al levamtarme ví su nota sobre la mesa.

Kirishima

No se qué me pasó anoche y ésta mañana. Te aseguro que no soy así. Y me avergüenza imaginarme que podrías creer cualquier cosa de mí.
En cuanto a tu generosa propuesta de vivir contigo, me emocionó. Pero no puedo aceptar. No me conoces, no sabes quién soy en realidad y me asusta imaginar tu decepción si llegases a descubrirlo.
No soy de tu mundo, será mejor que busques a alguien que realmente te merezca perteneciendo a tu misma clase social.
Gracias por brindarme unos momentos de maravilloso amor, aunque haya sido una sola noche.  Yo te amo Eijiro, y aunque no lo creas ya te conocía de antes. Pero es comprensible que no me recuerdes. Y no estoy hablando de la universidad que por cierto dejaré de ir por  cuestiones personales.
Te amo y siempre serás mi amor platónico.

Izuku

Guardé la nota pero sentía tanta furia e impotencia que me era imposible protestar. Apenas respiraba.  Miré desde mi ventana al jardín, fuera nevaba.
— Me importa muy poco lo que creas Izuku, te encontraré, como sea lo haré. Y te encerraré en mi departamento. Es en serio.

De la furia dí un golpe a la pared. Mi rostro estaba tan rojo como mis cabellos.