ERES MI HEROE (KIRIIZU)

PRÓLOGO 🕯

KIRISHIMA

Mi vida siempre se hubo desarrollado sin penas ni glorias. Tenía todo lo que el dinero podía comprar. Nunca me faltó nada. Mis padres me fomentaron mis múltiples caprichos. Pero siempre sentí que me faltaba algo.

Mi mejor amigo, Todoroki, solía decirme que carecía de emoción y quizás tenga razón. Pero lo cierto es que desconocía qué era aquello que me faltaba.

A diferencia de mi amigo, yo siempre fuí sincero con mis padres sobre mi tendencia y ellos me apoyaron hasta en eso. No debería quejarme, lo sé. Pero....siempre hay un pero en mi aburrida vida.

Así como Shoto era mi mejor amigo y por él sería capaz de hacer cualquier cosa, su hermana melliza Fuyumi era mi peor pesadilla. Una verdadera pesada que nunca respetó mi decisión de no gustarme las mujeres.

En verdad me irrita bastante su sola presencia. Aquello era lo más emocionante que de vez en cuando solía vivir. Además de estudiar medicina en la universidad, carrera que en verdad me apasionaba.

Pero en éstos últimos días estuve ayudando a mi amigo Shoto en su problema amoroso con Katsuki quien estaba aprisiomado por el posesivo de Iida Tenya.

Menos mal que eso salió bien pudiendo casarse. Nunca antes había sido testigo de tantos problemas en cuanto al amor como lo que ellos pasaron. Ahora estaban en su bien merecida luna de miel.

Me alegro por ambos, Katsuki es amigo mío también y pude ver cómo padeció. Ahora será felí, junto a Shoto quien lo ama con locura.

En cuanto a mí, aún sigo pensando en cierto peliverde que conocí hace unos días en la universidad. Recuerdo esa tarde muy bien.

Estaba en una de las clases más aburridas de la carrera cuando él llegó y se sentó a mi lado.
- ¿Cómo te llamas? - le pregunté.
- Izuku Midorilla - me respondió.

Tenía una aura un tanto peculiar que me hubo cautivado. Acabada la clase lo invité por un café. Así estuvimos conversando un rato, tiempo suficiente como para que mi interés hacia él crezca más aún.

Cuando se marchó me propuse conquistarlo. Supe que cohincidiamos en varias materias para mi felicidad. Por tal razón se me hizo costumbre buscarlo cada vez que entraba al salón y sentarme a su lado.

De a poco él fue soltandose mas conmigo aunque tenía sus reservas. La pasabamos muy bien en la universidad, en las clases, en la biblioteca donde soliamos ir seguido.

Izuku era un excelente alumno y lo demostraba día a día. No tenía dudas de que sería un gran médico. De echo había aprobado varios trabajos gracias a él. No me dá vergüenza decirlo.

Y lo que me extrañaba más aún era saber que él no pertenecía a nuestra clase social. Era como Katsuki. Aquello me sonó a predestinación. Quizás sea por eso que me fijé más aún en su persona.

No obstante Izuku era todo un misterio para mí, porque nunca decía nada de su vida, su familia ni donde vivía. Había conseguido tener su número de celular luego de tanto insistir.

Ese misterio que lo envolvía era lo que me mantenía interesado en su persona, además de sentirme relajado y contento a su lado. Su sonrisa era tan contagiosa que muchas veces sin ganas me arrancaba alegres carcajadas.

Esa tarde saliamos del salón de clase conversando alegremente cuando su celular sonó. Tras contestar pude ver que empalidecía. Cortó y me.dijo:
- Lo siento Eijiro, no podré ir a tomar ese trago contigo hoy. Debo irme, es urgente.
- Puedo ayudarte....
- No pero gracias.

Sin decir más se fue perdiendose en la multitud. No lo volví a ver en una semana completa. Y cuando regresó a la universidad era alguien diferente, más taciturno y triste. Aquello no me cuadró pero no me quedaría con la intriga.