INSEGURIDAD 🕯

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KIRISHIMA

Había pasado una semana desde que pude liberar a Izuku de Tomura y ese maldito club nocturno. Desde que era mío y mi abogado buscaba a su gemelo, mi amado peliverde estaba a mi lado. Relajado, y lo que era más importante, adicto a mí.

Él era experto en la cocina, echo que me asombró. Con Izuku ya no era necesario pedirle al cocinero de mi familia que me llevara el almuerzo a casa.

Tenerlo a mi lado conmigo era tocar el cielo con las manos. Su sonrisa, su dulzura, su amor me hacía sentir que valía la pena seguir vivo.

Desgustar los manjares que Izuku me hacía, mientras nos acariciabamos y reíamos me resultaba fascinante. Me gustaba que mi amado peliverde se siente en mis piernas, así podía acariciarlo mientras comía.

Luego lavamos todo dejando la cocina impecable, para acabar en la habitación ya que "uma  pequeña siesta" nos venía de maravilla.

Había apagado el timbre, desconecté el teléfono fijo y puse en vibrador nuestros celulares. Queríamos estar tranquilos y aislados de todos y de todo. 

Nos conectabamos a internet solo para enviar los trabajos de la facultad.  El deseo de estar solos y juntos nos complacía sobremanera. Además él junto a mí era aquel tierno y dulce muchacho que tanto amaba.

Deseaba que fuese así siempre pero era conciente de que aquello distaba mucho de ser una realidad.

En la cama totalmente desnudos me dediqué a acariciar a mi amado peliverde con extrema lentitud. Había trabajado bastante en la cocina, ahora tenía que relajarse y descansar.

Qué fácil resultaba olvidarse del mundo con Izuku a mi lado. Lo que necesitabamos lo solicitabamos por internet recibiendo los productos a domicilio. Izuku se ocupaba del pago de las boletas y servicios con mis tarjetas por internet.

En verdad era muy hábil con esas cosas. De echo era él quien enviaba nuestros trabajos por internet a los profesores y participaba en los foros por los dos.

Cuando lo elogié sobre sus habilidades ví su dolor reflejarse en su rostro. Inmediatente supe por qué. Sus antigüos dueños le pusieron tutores para instruirlo en esas y demás cosas útiles, pero por cada error que cometía era despedazado vivo. Le mutilaban alguna parte del cuerpo como castigo.

Sin embargo su don le permitía curarse en cuestión de segundos. No obstante los dolores le duraban días. Por tal razón solía esmerarse a la hora de aprender y hacer las cosas para que le salgan bien a la primera vez.

Recuerdo que lo abracé y le juré que jamás le haría eso, que a mí lado él podía equivocarse cuántas veces sean necesarias. Él me abrazó y lloró amargamente.

Ahora, mientras lo acariciaba aquello invadió mi mente provocandome una gran angustia. Lo amaba tanto que me dolía el alma conocer su dolor.

Izuku sunjetó mi mentón con dulzura, nuestras miradas se fundieron en una sola. Él sabía perfectamente lo que estaba pensando. Nuestra telepatía le mostró aquello que se hubo cruzado por mi mente. Además él me conocía tan bien como yo a él.

— Eijiro, mi amor. No tienes por qué sufrir por mi dolor.
Como respuesta lo abracé y besé con amor intenso. No quería lastimarlo, repentinamente lo acaricié como si de un cristal se tratara.

— Te amo Izuku, no podría soportar perderte mi amor. Me asusta la sola idea.
— ¿Por eso me abrazas con tanta fuerza cuando duermes? ¿Temes despertar solo?

— Si, me aterra la sola idea mi amor.
— Si tan solo leerías en mi mente de forma completa sabrías que nunca podría alejarme de tí. No solo te amo Eijiro, sino que también te necesito.

Lo abracé suavemente. Solo deseaba su amor y por alguna razón no me sentía muy seguro de haberlo conseguido. Quizás se deba a que estaba experimentando una necesidad que el dinero no puede comprar.

De buena gana nos encerraría en mi departamento y tiraría la llave. Con Izuku a mi lado no sentía necesidad del mundo exterior. Internet era más que suficiente.

Sabía que él pensaba igual que yo, pero una poderosa parte suya no quería eso. Deseaba irse de mi lado, eso podía sentirlo. Aunque él me decía que me amaba, sabía que su estadía a mi lado era momentánea debido al paradero de su maldito gemelo.

Eso me descorazonaba a más no poder. Bastaba una sola, tan solo una sola llamada de Deku para que mi amado Izuku me abandone para siempre. Por tal razón aprovechaba para vivir a pleno éste amor mientras dure.

Que más quisera yo que fuese eterno. Daría todo por Izuku, daría mi fortuna, mi apellido, lo entregaría todo con tal de tener su amor verdadero junto a su lealtad.

Mientras besaba cada sector de su cuerpo pensaba aquello. Intentar retenerlo a mi lado era como querer retener el río entre las manos. Imposible de lograr.

Y eso que hasta había pensado pedirle que se case conmigo. Estaba dispuesto a enfrentar a mis padres y a mi maldita familia por él. A liberarlo de su esclavitud dandole una nueva identidad. Pero me asustaba la sola idea de escuchar su negativa.

Lo abracé con ternura ¿qué podía hacer para retenerte a mi lado Izuku? ¿Cómo podía hacerte entender que eres mi mundo y sin tí solo sería un cascarón vacío y sin vida?

Izuku colocó sus manos sobre mis mejillas mientras me miraba asombrado.
— Kirishima ¿acaso no lo entiendes mi amor? En éstos momemtos no me importa Deku ni nadie, solo deseo saber si está vivo o muerto. Nada más. Ya no soy el mismo de antes mi amor.

Él me abrazó con dulzura y yo cerré mis ojos para aspirar su aroma mientras lo rodeaba con mis brazos.

"Tanto te amo que por tí daría la vida Izuku. Me duele el alma saber que existe una pequeña posibilidad de perderte mi amor".

"Kirishima, no pienses eso. ¿Por qué no confías en mí?"

"Porque desperté solo cuando se suponía que te quedarías conmigo. Ya pasó antes"

"No amor, en esa ocasión aún era prisionero de Tomura. Debía volver a él y obedecer sus órdenes o....me destrozaría como lo hizo después. Si, pude recordarlo todo. Ahora es diferente. Tú sabes la verdad de mí y me salvaste".

Él empezaba a mover las piernas bajo de mi cuerpo mientras se aferraba a mí con fuerza. Yo lo rodeaba con mis brazos acariciando su espalda y sus nalgas.

—Nunca antes había experimentado éste maravilloso sentimiento Izuku.

— Por eso te sientes inseguro mi amor. Tranquilo, aquí estoy a tu lado. En cuanto a mi hermano, tú me ayudas con eso....

— ¿Qué harás cuando tengas noticias suyas? Más aún ¿qué harías si te llegase a llamar? ¿Salir corriendo como esa otra vez abandonandome?

— No mi amor — respondió él con lágrimas en sus ojos. Realmente le dolía saber cómo dudaba de su persona y me odié a mi mismo por hacerlo llorar — Nunca volvería a hacer eso. Yo...yo te contaría todo y te....te pediría que vengas conmigo...Kirishima....

— Perdón mi amor, perdoname. No llores por favor. — Tomé un pañuelo y sequé sus lágrimas.
— Por favor amor, confía en mí. Así como yo confío en tí.

Como única respuesta lo abracé con fuerza respirando entrecortado. Nos besamos con pasión intensa mientras acariciaba sus suaves nalgas logrando que se empiece a excitar y mueva sus piernas con desesperación.

Fuera era de noche y se había desatado una fuerte tormenta.

ERES MI HEROE  (KIRIIZU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora