Ino y Sai prácticamente se movían mucho más rápido, el vehículo era muy eficiente pero necesitaban descansar mucho más. Sai se encontraba prácticamente en su límite y la carrera se le tornaba borrosa en varias ocasiones. Las heridas del joven no mejoraban e Ino comenzaba a preocuparse.
Puso sus manos en el pecho del joven.
—No te preocupes. Yo estaré aquí para lo que necesites—.
— Sin comida ni agua no duraremos mucho— Dijo entrecortamente el joven a duras penas.
—Conozco un lugar donde podemos descansar, pero antes de llegar a el deberíamos buscar algo de comida. Si mal no recuerdo hay un súper cerca— Saco el móvil y busco su posición rápidamente, la carga era menor de cincuenta por ciento debía ahorrarla ya que podía servirle más adelante. Señaló su posición y con el dedo índice trazo un camino desde su posición hasta el destino deseado.
—¿Quieres ir a un bosque?—.
—Exacto—.
—Estás loca que vamos a encontrar ahí, necesitamos un refugió donde pueda recomponer mis fuerzas— Levantó la ceja intentando buscarle al menos algo de lógica a las palabras de la rubia, no parecía estar tomándole el pelo sus ojos estaban más claros que nunca se encontraba completamente decidida.
—Confía en mí—Tomó las manos de Sai y agachó la cabeza.—Te prometo que no te arrepentirás— Repitió la rubia.
El pelinegro asintió y cambio el rumbo del carro a el lugar indicado por Ino. Debían aprovechar la luz del día para poder avanzar lo máximo que pudieran, en las condiciones actuales de Sai no era muy seguro andar de noche.
[***]La noche comenzaba a caer y no se podía ver casi nada en la carrera, Sai pegó el pie en el freno y se lanzó encima del timón. Comenzaba a sentir el peso del día y no se sentía nada bien.
— Es todo por hoy— Dijo Sai intentando conservar el aliento.
— Me parece bien— Sonrió Ino ayudándolo a apoyar su espalda en el asiento. Sabía que Sai estaba muy agotado así que lo mejor era que descansará, así que con toda la paciencia del mundo espero a que se durmiera y salió. Cerró suavemente la puerta del carro y echo a correr a dos manzanas de allí había un centro comercial si podía conseguir algunos víveres o lo que fuera sus posibilidades de sobrevivir serían mucho mayores.
Caminaba lentamente con sumo cuidado colándose entre los edificios, con los ojos bien alerta. Sus manos comenzaron a temblar al igual que los pies. » Tonta Ino estás jugando a ser una super heroína. ¡Despierta!. Esto es la vida real«. Sintió un ruido algo se arrastraba pero no podía verlo, se escondió detrás de un pequeño muro y abrazo sus piernas.» Esta vez nadie vendrá a salvarte. Regresa«. Su sentido común le gritaba con todas sus fuerzas que abandonará su loca idea suicida. Abrió sus manos y descargo todo su miedo con una buena bofetada en sus cachetes, dejando la marca roja de sus dedos.
— No te rindas. Si no lo haces tú, entonces. ¿Quién lo hará entonces?— Murmuró.
Su pecho se estrechó armándose de valor y salto el muro, quizás no era lo suficientemente fuerte como para pelear contra ellos pero podía evadirlos. Quedó sorprendida con la libertad que podía correr es como si en otra vida fuese una kunoichi que va de árbol en árbol a grandes velocidades desafiando el tiempo. Logró llegar al lugar deseado y corrió tan rápido como pudo hasta entrar un callejón que estaba justo al lado del super. Quería estar completamente segura que no había enemigos en el interior, todo parecía despejado por lo menos por la parte de afuera.
Mira a sus espaldas y nada volvió a danzar entre las sombras de un lado al otro y justo antes de entrar vió en unos escombros un perro. Tenía una apariencia muy parecida a la de un lobo, completamente blanco con grandes ojos azules. Al parecer su pierna había sido atrapada por los escombros y no podía escapar ya era demasiado tarde para él. Sabía que decidía llevárselo podía ser un suicidio y echo a correr.
— ¡Mierda!— No pudo evitar quejarse y mordió sus labios dando marchar a tras, el perro la vió y sus ojos brillaron si estuviese viendo a Dios frente a él. Quitó todos los escombros de sus patas y el perro comenzó a ladrar, le hizo varias señas con el dedo y puso su mano en la cabeza del animal.
— Cállate, por favor. Nos meteras en un apuro— Tomó el perro con ambas manos y echo a correr nuevamente ya no podía moverse tan rápido mucho menos con un animal tan grande y pesado. Volvió al callejón y lo acostó cerca de la pared en un pequeño hueco.
— Espérame aquí. Estaré de vuelta en unos minutos—.
Corrió hacia el supermercado y los paso de la chica resonaban por todo el lugar. Algo se incómodo dentro del centro comercial parecía desesperado la chica intentó aumentar la velocidad pero los individuos huyeron al bosque. Se paró un momento para recuperar el aliento.
— Creó que nunca había corrido tanto en mi vida—.
Entró al súper y había un desorden inmenso había saqueado las latas en conserva y las zona de los helados. Sintió un movimiento al final del pasillo seguro el responsable aún estaba ahí, se acercó lentamente.
— Hay alguien ahí— Habla bastante bajo sintió una serie de movimientos violentos como intentando liberarse de algo. Justamente llegó al fin del pasillo y miró había un zombie amarrado que se destrozaba con los alambres y miró en otra dirección. Tomó varios bolsos y los lleno de latas que quedaban, tomó carne de los refrigerados, además de jugos y por último cargo con el botiquín de primeros auxilios. Un olor familiar llegó a su nariz y quedó pensativa, a su cabeza "Sakura"; aunque era imposible que ella estuviera aquí. Justo a la salida del supermercado había un carrito de compras algo ruidoso pero perfecto para lo que quería. Echo todas las cosas en la sección de arriba y agrego más hasta lograr un peso aceptable, corrió hasta el callejón y cargo el perro poniéndolo en la parte de abajo.
Ino corría por los caminos más intrincados los más alejado de las carreteras posibles lo peor que le podría pasar ahora era un contacto con un zombie y con una manada mucho peor. Sus pies estaban completamente agotados y después de varios minutos vió el vehículo de policía el alivio se reflejó en su mira.
Abrió la parte trasera de coche y echo todo en el interior, sus bolsillos estaban llenos de comida cargo a su amigo el perro y lo metió en el asiento trasero del carro. Entró ella justo al lado de Sai y suspiró este aún dormía como una loca y Ino comenzaba a ver borroso.
— Mierda, ahora no por favor— comenzó a perder su visión, mordió su dedo fuertemente para intentar mantenerse consciente. Sus esfuerzos fueron en vano calló rendida en el asiento. Sai abrió los ojos y vio el estado de la chica, la acomodó en asiento le quitó los zapatos llenos de polvo y suciedad. La acosto en sus piernas y paso la mano por su cabeza.
— No te preocupes todo estará bien— murmuró Sai, estiró su mano varias veces para coger su chaqueta que estaba en la parte trasera y no lograba encontrarla, acarició algo peludo y se dió la vuelta. —¿Qué carajos es esto?— Vió el gran perro sentado en el asiento trasero y las mejillas de Ino tan coloradas que podían explotar y sonrió.
— Me preguntó qué cosas habrás echo—.
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Disculpen la demora, aquí les traigo un nuevo capítulo espero y les guste. Ya saben disculpen si hay algún error ortográfico, disfrútenlo tanto como yo lo hago al escribirlo y nos leemos en la próxima actualización. Pondré información en mi perfil acerca de que día actualizaré cada historia para no volverme loco.
Sin más que decir nos vemos la próxima semana....
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HunterZ
FanfictionTres jóvenes de 16 años Naruto, Sasuke, Sakura y un agente de las fuerzas especiales Kakashi Hatake intentando sobrevivir aun hecho catastrófico que ha llevado casi al punto de la extinsión de la humanidad. Guiados por un sueño reflejado en un peque...