ALAS GRISES.
Ya estaba acostumbrado a la represión de Lero Ro al caminar descuidadamente, su maestro, Jinsung Ha, ya lo había salvado incontables veces por su característica torpeza, pero ahora tenía una misión al otro lado del mundo, y a pesar de haberlo dejado a cargo de Karaka, este estaba viendo las noticias de la tierra, así que no estaba prestando atención al angelito de alas extraordinariamente grandes para su edad.
Le pesaban al caminar y provocaban caídas del que no podía levantarse solo, era una mera suerte que pudieran darle las nubes más esponjosas para que caminara o cayera sin destrozar su cara, pero este día en especial, Karaka estaba más interesado en el incremento de crímenes en la tierra, así que no se ocupó demasiado del caminante enano que había saltado de la nube para caminar un poco.
Bam no se fijó en el agujero que tenía la nube, el largo y rebelde cabello inundaba su cabeza y cara, impidiendo ver más allá de su propia naríz, y cayó por el precipicio, agitó sus alas sin tener mucho éxito, su maestro admiraba su forma de volar, pero el miedo era mayor en ese momento y no lograba elevarse de nuevo.
Karaka estaba demasiado lejos y absorto en las noticias como para haber escuchado su grito de auxilio, así que caería, se estrellaría contra el suelo de la tierra, y regresaría al cielo con doble aureola como venia sucediendo desde meses atrás.
Cerró los ojos listo para sentir su cuerpo rebotar y sus alas desaparecer por unos minutos antes de convertirse en una bola luminosa que regresaría al cielo y sería duramente reprendido por Karaka, pero en su lugar, se congeló en el aire.
- Tch... Eres el mismo tonto de siempre... ¿Cuántas veces has caído este mes? ¿Cuatro? ¿Cinco veces?
- Siete - respondió tímidamente.
- Nadie puede ser más torpe que ese angelito - habló un chico más grande que los "niños" que hablaban - puedes bajarlo, no hace daño.
- ¡Cállate Hachuling! - obediente a la orden, lo dejó en el suelo.
- Gracias, no ví un agujero en la nube y me caí.
- Nunca debes ver nada, corta esa mata de cabello esponjoso que tienes, siempre lo traes en la cara y te has caído muchas veces, ya me cansé de verte rebotar en el suelo antes de regresar a dónde vives.
- Tranquilo Khun, ese pequeño angelito no tiene la culpa de tu mal humor, además, eres tú quien viene siempre al mismo lugar, esperando a verlo caer y atraparlo para que no se embarre en el suelo, pero nunca lo hiciste - el azul más pequeño quedó con la cara colorada.
- ¡Cállate, es divertido verlo caer, por eso venía! ¡No porque quisiera atraparlo!
- ¡Ahhh! ¡Un ángel! ¡Miren eso! ¡Es un ángel! - una chica de cabello muy largo y negro, atado con un detalle enorme de color rojo, pareció muy emocionada al verlo - maldito azul ¿Porque no me dijiste que había un lindo angelito por aquí?
Bam se sorprendió cuando el de azul extendió unas alas negras y voló, huyendo de la mujer, que dejando la persecución, también dejó ver sus alas y voló al rededor del angel que temblaba junto con sus alas.
- Señor Khun... Gracias por salvarme.
- ¡Awww! Sabe hablar - la chica apretó las mejillas del angel y lo levantó en el aire - ¡Pero mira que alas! Yo no las tenía así a tu edad.
- ¡Señorita Yuri! ¡Déjelo en el suelo! ¡Es contra las reglas hablar con esas cosas blancas!
- ¡Ey, princesa loca! Deja a ese tonto en paz, yo lo ví primero - habló por fin quien lo salvó.
- Tch... Eres igual que tú hermano, pero está cosita hermosa es eso, simplemente hermoso - habló la mujer en dirección al menor de todos antes de mostrarle la lengua en un gesto infantil - tal vez deberías atarte el pelo cielo parece un poco pesado y difícil de controlar - tomó unos mechones del cabello de Bam y los examinó.
