CUENTOS DE OTRAS DIMENSIONES

EL CIERRE DE LA CRISÁLIDA

EL CIERRE DE LAS CRISÁLIDAS

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<<Brillará como las estrellas radiantes que originaron el universo, pero esta será efímera, ya que atravesará el cielo con sus flameantes destellos emitiendo un silbido sobrecogedor que anunciará el final de nuestros días>>

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Me ha hablado, le he escuchado en sueños

Su voz atronadora me ha sobrecogido

No fue un grito, no fue el silencio, fue un silbido

Es el rey que reclama el mundo con imparable empeño

Te pedimos que ignores las profecías, de ellas no somos dueños

Deja que las devore la inclemente boca del olvido

Ya que los humanos ante ti estamos más que perdidos

Ya que tú fuiste creador, ya que fuimos tu diseño

Dios del mal, eterno torturador de lo físico

Apacigua tus impulsos y acepta nuestra clemencia

Nada podemos hacer desde el mundo onírico

Y nada podremos hacer ante tu presencia

Sigue viajando por otras dimensiones, por lo metafísico

Y no dictes con nosotros una sentencia

Ya que la vida pasará a estar en estado crítico

Y nosotros no podremos satisfacerte con frecuencia

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En los albores de la humanidad se precipitó contra la tierra un extraño objeto de colores brillantes, de tonos amarillentos y anaranjados que cegaban los ojos de los primeros hombres que contemplaban el espectáculo con inmensa incredulidad. Los hombres, armados con defensas primitivas se acercaron para conocer lo que estaba sucediendo enfrente de sus ojos. Se acercaron temerosos, pudieron apreciar que de aquel extraño objeto emergió un ser enorme, con una altura que rozaría los tres metros, de piel desollada, sangrante, su sangre iba cogiendo un color cobrizo debido al contacto con la atmósfera terrestre. Este ser, de nombre Sideth intentó comunicarse con los humanos por medio de un idioma extraño que jamás hemos podido oir por la tierra. Estos, cegados por el pánico y aún sabiendo que nada podían hacer contra él, ya que las leyendas y los poemas que los antiguos narraban y que explicaban que sería el fin cuando Sideth apareciera sobre la tierra, le atacaron... fue el mayor error que pudieron cometer los humanos, ya que la ira de Sideth se cernió contra ellos. Sideth, poseía una fuerza comparable a la de un dios enfurecido, una magia semejante al mayor mago que el lector pueda imaginar o conocer. Sideth los desarmó con un simple gesto y de seguido los paralizó. Se acercó a ellos y con sus terribles manos los empezó a desollar. Durante numerosas horas solo se escuchaban gritos de incalculable dolor. Sideth empezó a fabricar una crisálida con las pieles arrancadas, pero aun no se encerró en ella, si no que, empezó a realizar un extraño símbolo con los cuerpos de los humanos, semejante a una espiral. Los colocó empalados boca abajo, de seguido entonó una especie de cántico religioso que recordaría a un canto gregoriano pero, con tonos impronunciables. Cuando finalizó la canción se puso en posición fetal encima de la crisálida y esta se cerró.

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A principios de la década del 2020 el gobierno francés hizo un extraño descubrimiento sobre el valle de Vezere, documentaron que vieron una extraña crisálida forjada con cuerpos humanos y no sabían exactamente de qué tiempo databa. Estuvieron realizando numerosos estudios durante largas semanas hasta que de la crisálida emergió un ser voluptuoso, de varios metros de altura, con pelaje semejante al de un murciélago, carente de alas, pero que podía levitar con un extraño poder telequinético. Uno de nuestros expertos pensó que se trataba de Sideth, un extraño dios antiguo que adoraban en la prehistoria y, que este, se había transformado en una nueva forma que destruiría a la humanidad en su totalidad. A los pocos instantes de que este ser despertara, empezó a realizar extraños cantos que ensordecían a los oídos de los soldados franceses, pero no lo suficientemente devastadores como para que les impidiera atacar. Abatieron a este ser con su armamento, pero no sabemos si le quitamos la vida, ya que no posee corazón, tiene un sistema nervioso muy diferente a cualquier cosa que podamos llegar a ver sobre la tierra. El gobierno francés decidió conservar el cuerpo en unas instalaciones secretas, pero, para su sorpresa, el cuerpo ha desaparecido y no hayan su paradero.

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De la noche a la mañana aparecieron numerosas ciudades completamente destruidas alrededor del globo, de tal modo, que no quedaron ni las cenizas de estas. Madrid desapareció por completo, lo mismo pasó con Milán, Pekín o Nueva Delhi entre muchas otras. Todo fue obra de la nueva transformación de Sideth, que, mediante su ira logró destruir y extinguir por completo a la humanidad si dejar un resquicio de esta. Luego, viendo satisfechos sus actos de destrucción masiva, emprendió un viaje hacia el espacio donde viajaría sin rumbo hasta hallar otro planeta rebosante de vida y atacarlo hasta su desaparición. La vida de Sideth acabará con su última transformación que ocurrirá en el final del tiempo.