La Peregrina

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LA PEREGRINA

CAPÍTULO 1: LA LLEGADA AL APARTAMENTO

La familia Morandé decidió realizar sus amadas vacaciones en el norte de España, en la provincia de Galicia donde alquilaron un precioso apartamento frente al mar en un pueblo cerca de Finisterre, la casera que se llamaba Amable les dio la bienvenida e incluso les ayudó con el equipaje, el piso tenía bastante luz y era bastante acogedor, Annette se sintió como en casa, los niños, Dean y Noel se sintieron un poco atemorizados porque en su cuarto había un cristo oxidado en la pared y no les gustaba en absoluto, pidieron a Orson, su padre, que lo quitara, cosa que hizo con gusto. Después de que la señora Amable se fuera del piso después de varias horas de cháchara que supusieron todo un agotamiento para el matrimonio, decidieron dar una vuelta por la playa ya que la tenían a apenas 30 metros de distancia del apartamento y aunque era tarde pasearon descalzos por la orilla aun sabiendo que el agua gallega estaba congelada.

-¿Qué os parece si mañana vamos todos a la catedral de Santiago?- preguntó Orson.

-¡Sí! Yo quiero ver el botafumeiro- comentó Noel.

-Pues deberemos de despertarnos temprano, al toque del clarinete os despertaré mañana.

Los chicos rieron y al fondo divisaron un chiringuito

-Papá, ¿Nos compras un helado?- preguntaron los niños

-Venga, que yo también quiero uno.

Orson pagó y se marcharon hacia el piso porque aún no habían desecho las maletas y tenían que cocinar algo para la cena.

Entraron en el piso, Dean fue rápidamente hacia el televisor para ver los deportes. Noel se fue a una ventana para ver el mar, Orson se fue a la cocina para preparar la cena y Annette deshizo las maletas. Noel puedo apreciar a lo lejos como saltaban los delfines y lo gritó a pleno pulmón.

-¡Mamá! ¡Papá! ¡Corred! ¡Venid enseguida!

La familia acudió a la llamada del pequeño y pudieron apreciar juntos aquél atardecer observando a los delfines. Después de aquello se sentaron en la cocina y cenaron, vieron un rato la tele y cogieron fuerzas para el día de mañana.

CAPÍTULO 2: COMPOSTELA

Alrededor de las 08:00 de la mañana Orson entró en la habitación de los pequeños imitando con sus manos y su voz a un clarinete de guerra, los niños se mosquearon un poco y le empezaron a arrojar cojines al padre, a lo cual, este respondió levantando las persianas de par en par para que les diera el sol de la mañana en la cara:

-A despertarse se ha dicho- anduvo hacia ellos dándoles palmadas en las espaldas- Ale, ale, despertaros, que mamá os está esperando para desayunar.

-¿Y tú?- preguntó Dean.

-Yo ya he desayunado, no te preocupes hijo.

Los hermanos corrieron hacia la cocina y se sorprendieron al ver una montaña de churros que les esperaba. Se pusieron las botas nada más sentarse a la mesa.

-Buenos días a vosotros también- dijo Annette con un tono irónico.

-Buenos días mamá- dijeron casi al unísono.

-¿Os hace ilusión visitar la catedral?
-Yo estoy deseando verla, dicen que dentro están los restos del apóstol Santiago- dijo Noel.

-No creo que eso sea cierto- replicó su hermano.

-Sea cierto o no nos lo pasaremos estupendamente.

Entonces terminaron de cenar a una velocidad bastante vertiginosa, se lavaron los dientes, se vistieron y se lanzaron a la aventura.

Caminaron por toda la ciudad de Compostela viendo tiendas de todo tipo, de estilo medieval, librerías, tiendas de recuerdos... y ese era el verdadero turismo para Noel, el poder pararse a cada escaparate para poder apreciar los productos que vendían aunque nunca compraran nada, sus padres siempre le decían:

-Estamos aquí para visitar una catedral, no para ver libros y conchas en las tiendas.

Poca atención prestaba a las palabras de sus padres. Caminaron hasta llegar a la Praza do Obradoiro donde estaba erguida la Catedral. Toda la familia la contempló maravillada, la sacaron fotos y hablaban de ella. Entraron y pudieron apreciar con detalle los tres estilos de la catedral: románico, gótico y barroco. Y aunque por dentro hubiera numerosos andamios por algunas reformas que estarían realizando no le quitaba ni un ápice de belleza. Pasaron horas y horas mirando cada detalle de la catedral hasta que les entró un hambre voraz a todos por igual:

-¿Nos vamos al McDonalds? Dijo el padre.

Todos asintieron con la cabeza y se marcharon de allí.

CAPÍTULO 3: LA IGLESIA

Se jartaron de comer y se jactaron de decir:

-Las hamburguesas del McDonald's son insuperables, aunque prefiero los helados del Burguer King.

-Siempre dices lo mismo papá- Dijo Dean.

-Lo sé, lo sé... bueno ¿nos vamos o qué?

-Venga, que aun llegamos a tiempo para ver el partido de fútbol.

Se levantaron del lugar y se marcharon en el coche rumbo al apartamento, entonces pasaron por un pequeño pueblo, de una belleza enorme, en el cual vieron una iglesia bastante pequeña.

-¿Y si nos paramos a ver la iglesia?- preguntó Orson.

-Puede estar bien- contestó Annettte.

Se desviaron del camino y aparcaron allí. La iglesia estaba cerrada, pero el camposanto que quedaba a su izquierda estaba abierto, los padres y Dean fueron a ver el cementerio, en cambio Noel fue corriendo hacia la puerta de la iglesia y observó por la vitrina, de seguido soltó un horrible grito de terror.

-¿¡Qué pasa!? ¿¡a que vienen esos gritos!?- preguntó el padre.

-¡Hay una señora ahorcada dentro!

Orson fue corriendo a observar por la vitrina... y efectivamente allí se encontraba una mujer joven ahorcada, se podía apreciar desde la entrada su piel blanca como la nieve y su cara morada por la asfixia.

-Meteos en el coche Annette, voy a llamar a la policía.

Rápido cogió el teléfono y explicó todo lo sucedido, dijo la dirección donde se encontraban y rápido acudió la policía con una ambulancia.

-Era una peregrina

Escuchaba la familia desde el coche.

-A veces pasa, en algunos pueblos ya ha ocurrido, es muy desagradable, pero lo mejor que podéis hacer es marcharos y que no la vea el niño.

Cosa que fue demasiado tarde. El padre se montó en el coche y al marcharse vieron todos como retiraban el cuerpo sin vida de la joven.

-¡Pero esperad que hay niños!- decía el policía.

Pero ya fue demasiado tarde, toda la familia la vio y se marcharon aterrados al apartamento, sin expresar sus pensamientos, sin poder creer lo que había ocurrido.

CUENTOS DE OTRAS DIMENSIONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora