Entro a su oficina y me dejó caer en la silla, ella de inmediato levanta la vista y me sigue con su mirada, está hablando por teléfono ojeando un par de carpetas, me dirige una mirada reprobatoria a la que no le doy importancia mientras juego con mis pies a la espera.
Me estoy aburriendo.
Le hago una seña para que se apresure pero lo único que consigo es que me dirija una mirada entornada, sin embargo cuando los minutos comienzan a pasar y yo sigo aquí esperando me levanto abruptamente para salir y de inmediato corta el celular.
Sonrió antes de que me llame.
—¿Qué es tan importante para que tú estés tan apresurado he interrumpas una importante llamada? —inquiere con tono seriamente molesto.
— Ya, relájate —suspiro, sus vibras negativas me producen jaqueca y se lo hago saber en cada ocasión—. Tengo noticias de nuestros experimentos.
Saco la carpeta de mí chaqueta y juego con ella en mis manos, sus ojos están pegados y ansiosos por saber lo que hay dentro pero tal vez se decepcione, al igual que yo cuando lo supe, pues tampoco es la gran cosa pero toda información y ventaja sobre ellos nos sirve y hasta ahora nosotros llevamos la delantera.
—¡Dámela! —pide con impaciencia ya que no ve que tengo intención de dársela.
— Antes tengo noticias buenas y malas que no están exactamente en esta carpeta —señalo golpeando la misma.
—¿Qué tienes para decirme? Anda ¡Sueltalo ya! —grita impaciente.
— Ah, ah —le paro— no con ese tono, sabes que quien manda aquí soy yo.
— No te me vengas con aires de grandecito porque aquí tu podrás ser respetado pero no exijas más de lo que das niño, aún estoy viva y yo sigo mandando aquí —se levanta furiosa golpeando su escritorio.
Ni siquiera me inmutó por la mirada amenazante que me dirige, ella está por hablar pero unos golpes en la puerta le hacen quedarse con las palabras en la boca.
—¡Pasa! —grita con furia.
— Am... E-ellas ya están...están listas —nos informa su asistente que se encuentra en la puerta—. Los solicitan e-en la sala.
— Bien, ya es hora —se pone de pie acomodando su bata y yo de inmediato salgo de allí emocionado.
Caminamos por el largo y blanco pasillo hasta llegar al ventanal dónde, antes de entrar, se puede ver y controlar todo desde allí.
— Se-señor hay...
— Shhh cállate niña —la silencio de inmediato—. No quiero perderme nada del mayor logro de mí vida, del trabajo de mí vida.
— Pe-pero señor...
Dejo de escucharla y entro por la puerta abandonando a mí acompañante y a su molesta asistontatartamuda cuando veo entrar a las enfermeras con mis chicas.
Tomo la bata y la carpeta que me tiende una de ellas dónde están todos los nombres de todas mis chicas, quienes me harán muy feliz si todo sale con lo planeado.
Veo la lista donde están los nombres de cada chica de los grupos élite, voy pasando alrededor de ellas viendo sus números y verificando que todo esté tal cual lo pedí y ordené.
Todo está perfectamente bien hasta que llego al grupo que más problemas me ha causado en todos estos años.
—¿Dónde están las demás? —inquiero, giro hacia las enfermeras que retroceden, al ver solo a las hermanas Rinaldi—¿Por qué solo están ellas dos?
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Perfecto Desastre
Teen FictionIsabella Williams, una chica lista y perceptiva. Estratega y ágil por naturaleza. Es reservada y demasiado seria para una adolescente de 15. Ella tiene secretos que guardar y un trabajo que hacer. Su vida cambia al salir del orfanato, todo marcha bi...