VEINTISEIS

282 19 8
                                    

Al día siguiente no quise ni levantarme de la cama.

- Vamos, perezosa- me dijo Naoki, que se estaba poniendo la bata.

- No quiero, quedémonos aquí- dije, tapándome hasta la cabeza con las sábanas.

- Vamos, que tenemos que visitar la isla- me quitó las sábanas.

- No- le cogí de la bata y lo coloqué encima de mí.

- ¿No tuviste suficiente con lo de anoche?

- No- le besé y lo tiré a mi lado.

- Anda, vamos- me dijo, abrazándome.

- Aaaahh- me quejé mientras me levantaba de la cama, desganada.


Pasamos el día visitando la isla. 

Naoki se ponía muy serio cuando le tomaba de la mano en público.

- ¿Cuándo te vas a acostumbrar? Soy tu esposa.

- Es raro.

- Pues vete haciendo a la idea.

- Es raro todo, antes no podíamos ni vernos y ahora vamos de la mano por la calle.

- Es lo que tiene estar casados. Anda, vamos- tiré de él.


Por la tarde nos hicimos unas fotos de boda preciosas, con unos vestidos fabulosos y en una iglesia de cristal hermosa.

- Me dan ganas de volver a casarme- dije.

- ¿No ha sido bastante una boda?

- No, claro que no, hay que aprovechar ahora antes de que nos hagamos viejos y no queramos ni vernos otra vez.

- Baka.

Cuando volvimos al hotel, nos encontramos con la parejita desastrosa.

- Ale-chan, arigato- me dijo Takumi- si no me llegas a decir que fuera a la habitación, no habría sabido qué clase de mujer era...esta.

- ¿Fuiste tú?- Marina me miró con odio.

- Oye, no te pongas chula, muñeca, que eras tú la que estaba zorreando con mi marido. Sé que estás acostumbrada a que todo el mundo te dore la píldora, pero te has equivocado de personas.

- Tú...

- ¿Os vais?- preguntó Naoki.

- Sí, vamos a Tokio y allí firmaremos los papeles del divorcio, no pienso seguir casado con alguien así.

- Me alegro, Takumi, te mereces a alguien mejor en tu vida- le di un abrazo- aquí tienes mi número, por si quieres quedar algún día.

- No te acerques a mi marido- Marina agarró mi muñeca.

- Te he dicho que te has equivocado- le di un bofetón- lárgate, no quiero verte más.


Naoki se despidió del muchacho y salieron con las maletas y con la odiosa esa llorando.

- Me da pena, es un buen chico- dijo Naoki.

- Ya dará con alguien que sepa quererlo- le abracé- como yo te quiero a ti.

- Esta etapa melosa me da miedo.

- Estamos en nuestra luna de miel, ya verás cuando lleguemos a casa- me reí- prepárate.

La semana terminó y volvimos a Tokio.

Vino a por nosotros el secretario del señor Irie.

- Kanamori-san, ¿no ha llegado mi familia aún?

ODIO AMARTE...AMO ODIARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora