OCHO.

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Pasaron las semanas y todo seguía igual. Por muy bien que hubiese estado con Naoki aquel día, nuestras peleas no cesaban.

-¡¿Cuantas veces tengo que decirte que les digas a tus amigas que no me pregunten por nuestra relación?!- me gritaba.

Desde que la gente se enteró de que vivíamos juntos, millones de rumores habías invadido la escuela.

-¿¡Y a mi que me cuentas?! ¡Esas niñatas no son amigas mías, díselo tú!- le gritaba yo como repuesta.

Así era un día tras otro.

El curso pasó rápido y llegaron los exámenes finales. Me maté a estudiar pero, como siempre, era un terrible desastre en las matemáticas.

-Naoki, ayudame en esto, por favor- le pedí un día que me rendí.
-¿Acaso eres estúpida?
-¿Quieres que te pegue?- le dije, enfadada- solo es un tema, no te pido demasiado.
-You're a nightmare for me- suspiró.
- Você é um cara arrogante, vaidoso e estúpido que ninguém não resistir e eu ainda tenho que suportar- le dije en portugués.
-¿Qué?
-Eres un arrogante, vanidoso y estúpido que no soporta nadie y aún así me tengo que aguantar- le traduje.
-Me has vuelto a ganar.
-Pues ya sabes. Ayudame con esto- le puse el libro de matemáticas sobre la mesa y en dos minutos me dejó los ejercicios hechos con sus respectivas explicaciones- ¿ves como no era tan difícil?
-¿Ni un mísero agradecimiento?
-Gracias- le dije en español antes de salir por la puerta.

Una semana antes de los exámenes, toda mi clase andaba decaía. No serían capaces de llegar a graduarse con ese nivel.

-Ale...te necesitamos- dijo Satomi.
-¿A mi?
-Por favor...danos clases- pidió Jinko.
-Yo...no se enseñar.

Toda la clase empezó a suplicarme y no pude negarme.

-Kin-chan, ¿vienes?- dije a la salida.
-Me niego a pisar la casa de ese Irie Naoki.
-Tú mismo- y dicho esto, dirigí a todos a casa.

Nos tiramos tres horas explicando solo un asignatura. Cuando llegó la noche, habíamos visto todo menos las matemáticas. Yo estaba realmente exhausta y no sabía como explicarles aquello.

-Onii-chan lo explicará- dijo la señora Irie, empujando a Naoki.
-¡¿Por qué yo?!- se quejó.
-Llevas horas mirando y a ti se te da bien.
-Pero...
-Naoki...por favor- le pedí, indignada con esas palabras.

Suspiró y se puso manos a la obra.
Tras dos largas horas, terminamos y todos se fueron a casa, muy agradecidos.

-Eres bueno- le dije.
-Tengo paciencia.
-Naoki...¿qué vas a hacer en el futuro?
-No lo se...no se ni si quiero ir a la universidad.
-No vayas si no quieres. No lo hagas por tus padres, hazlo por ti.
-¿Tú lo sabes ya?
-Sí. Siempre he querido estudiar psicología y psiquiatría.
-¿Y vas a irte?
-No lo se...la beca solo era de un año...por ahora me centraré en los exámenes de final de curso. Quiero graduarme.
-Pues mucha suerte.

La semana pasó y llegaron los exámenes. Fue duro, pero creo que todos pudimos con ellos...o casi todos. Kin-chan fracasó y empezó a trabajar en el restaurante del señor Aihara. No dejaba de decir que se iba a convertir en un gran chef y que sería mi esposo.

-Que bien se está sin exámenes- dije.
-Mañana tienen la prueba de acceso los de la universidad de Tokyo- dijo Satomi.
-Espero que Naoki la haga...-dije en bajo.
-¿Y si mañana vamos a comer fuera? Invito yo- dijo Jinko.
-Hecho.

El día siguiente llegó. Naoki salió hacia la universidad y yo le seguí porque había quedado con las chicas cerca de allí.

-¿Por qué me sigues?
-Como si no tuviera mas que hacer- dije- eh, mucha suerte.
-Como si la necesitara- se adelantó y cruzó un paso de cebra.
De repente, vi un coche acelerando mucho y demasiado cerca de Naoki.
-¡Naoki!- y sin pensarlo, corrí, empujé al muchacho y sentí un fuerte impacto contra mi cuerpo.
-¡Ale!- oí a lo lejos una voz. Luego sentí que alguien me agarraba mientras poco a poco perdía la consciencia.

ODIO AMARTE...AMO ODIARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora