VEINTICUATRO

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Mis padres llegarían el día de antes de la boda, así que tendría que ayudarnos la señora Irie con todo.

- Naoki, a las tres tenemos la cita para escoger el menú, procura llegar un poco antes del trabajo- le dije, mientras pasaba a limpio la lista de invitados.

- Oe, de esas cosas se engargan las mujeres.

Me levanté, me acerqué a él y le tiré de la oreja.

- Por si no te has dado cuenta, en una boda se casan dos personas, no una, ¿entiendes?

- Pero los hombres...

- A mi no me vengas con tus cosas de macho alfa. Si vamos a ser un matrimonio, vamos a hacer las cosas bien. Yo no voy a ser la chacha de nadie, ¿de acuerdo? O los dos o ninguno.

- Está bien, está bien- suspiró-. Intentaré estar en casa a las dos.

- Bien.

- ¿No me vas a dar las gracias?

- Vuelvo y te repito que esto no es un favor que me estés haciendo, esto es una cosa de los dos. Vamos a tener que trabajar ese machismo absurdo.

- Cuando os caséis, mamá tendrá que enseñarte las labores de la casa y, visto lo poco que te gusta madrugar...lo tendrás difícil si le quieres preparar el desayuno a mi hermano todos los días- dijo Yuuki.

Yo lo miré y me eché a reir.

- ¿Qué te hace tanta gracia?

- ¿Tu hermano es sordo?

- No.

- ¿Tu hermano es cojo?

- No.

- ¿Tu hermano es manco?

- No.

- Entonces no veo ningún problema en que escuche el despertador, se levante de la cama, mueva el culo hasta la cocina y se prepare él su desayuno.

- Pero, cuando una mujer se casa...

- ¡Basta ya! ¿Estamos en la Edad Media o qué?- miré a Naoki-. Si quieres una japonesa que te limpie hasta los mocos, está a tiempo de cancelar todo esto pero, no pienses que yo voy a ser tu criada. Yo también estudio, ¿sabes? Si un día te hago el desayuno, será porque me apetece, no porque sea mi obligación, y lo mismo podrías hacer tú.

- Ale-chan...- la señora Irie me abrazó-, qué decidida eres.

- Oba-san, no deberías de mal acostumbrarlos así. Está bien que no trabajes y que tengas más tiempo, pero si yo trabajo igual que ellos, no es justo que piensen que por estar casada tenga que ser la doncella de nadie.

- Tienes razón, Ale-chan, pero ya sabes que somos muy tradicionales.

- Te vas a casar con un japonés, ¿qué esperabas?- me dijo Naoki mientras se levantaba de la mesa para irse a trabajar.

- ¿Eso es lo que esperas de nuestro matrimonio? ¿Para eso fuiste al aeropuerto? ¿Para tener una criada gratis?

La cara se me fue poniendo roja de rabia.

- Oe- me agarró de la cintura y me acercó a él-, estoy de broma. Yo no quiero que seas una esposa tradicional, yo quiero que seas tú misma.

- Baka- seguía molesta.

- Volveré a tiempo para ir a ver lo del menú, no te preocupes.

Suspiré y me senté en el sofá.

ODIO AMARTE...AMO ODIARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora