Capítulo 2. OLVIDO

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4 meses después.

Era 31 de octubre y Valentina se dirigía al gran salón para el festín de All Hollows Eve, la decoración del castillo era majestuosa como cada año en Hogwarts el Colegio de Magia y Hechicería.

Llevaba prisa, la estaban esperando, se había retrasado llevando a su habitación la última edición del libro de hechizos de Miranda Goshawk, el cual pasó la tarde en la sala común leyendo. La sala común de Slytherin tenía unos sillones cómodos y una chimenea, era su lugar favorito para leer, era de sus actividades preferidas y Hogwarts tenía un gran acervo bibliográfico. A pesar de recordar cada parte de su vida o al menos las que consideraba más importante, le gustaba confirmar que la información aún estaba ahí segura en su mente.

Caminó por los pasillos que al igual que el gran salón estaban decorados para la ocasión, grandes calabazas floraban iluminando con su luz interior el pasillo, murciélagos, tarántulas y escobas flotantes se podían encontrar a lo largo del castillo.

Le faltaba el último tramo de las escaleras, cuando una silueta conocida se dirigía a la salida del colegio.

-¡Juliana! - Gritó sin pensar. La chica se detuvo de pronto al escuchar su nombre, Valentina subió deprisa los últimos peldaños de las escaleras. Juliana giró para observar a Valentina, quien la veía con una gran sonrisa.

-Hola Val. - Su voz era linda, un poco ronca y pausada. La forma en que decía su nombre era diferente a como todos lo hacían, le gustaba.

-¿Qué haces aquí? - La pregunta tomó por sorpresa a Juliana. Quien lucía incómoda y su confusión provocó una calidez en Valentina, había leído tanto las últimas semanas de Juliana Valdés, que ninguno documento se asemejaba a la realidad.

-Ehh...uhm... yo... uhm vine a ver a la profesora, digo... a la Directora McGonagall -

-¿Regresarás? - Sin pensarlo colocó su mano en el antebrazo de Juliana sorprendiendo a ambas, Juliana observó la mano de Valentina en su brazo y después esos ojos azules que la veían con calidez y felicidad.

Mientras que Juliana la observaba con tristeza y melancolía, por alguna razón Valentina quería borrar esas emociones de sus bonitos ojos marrones.

-No. - apenas susurró Juliana.

La negativa invadió de un extraño sentimiento de desilusión a Valentina. No sabía la razón pero una parte de ella quería a Juliana en Hogwarts. Probablemente era la soledad que se sentía en el castillo, lo vacías que estaban las mesas de comedor y las aulas de clase, por los pocos alumnos matriculados ese año. Muchos habían perdido la vida en la batalla y otros había decido no regresar como Juliana.

Su padre creía en el proceso de reconstrucción de la sociedad y del colegio, era una de las razones por las que Valentina y él decidieron que la menor de los Carvajal debía de poner el ejemplo al regresar a Hogwarts, Evangelina quería enviarla a Ilvermorny o a Beauxbatons, por suerte su papá se negó.

Valentina solo había visto a Juliana un par de veces después de despertar del "accidente", odiaba que lo llamaran de esa forma, porque lo sucedido no había sido ningún accidente, sin embargo, no podía contradecir al no recordar nada de la batalla, para ella ese día era como si no hubiera existido.

En los últimos meses había escuchado tanto de Juliana que una parte de Valentina deseaba conocerla mejor, después de todo habían sido compañeras de casa y por lo que sabía habían compartido habitación con el resto de sus compañeros por seis años.

Juliana había sido algo más que solo su compañera de casa, cuando a su regreso al nuevo año escolar las pocas personas que regresaron, le preguntaban constantemente por ella, ¿Dónde estaba?, ¿qué hacia ahora?, ¿por qué no había regresado? ¿porqué si ella estaba en Hogwarts no estaba Juliana?, al darse cuenta que no tenía ninguna respuesta o que Juliana seguía siendo un vacío en sus recuerdos, las personas comenzaron a evitar el tema.

Recuerdos PerdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora