Recuerdos Perdidos

Capítulo 9. ENTREGA

"Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.

Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido".

(Pablo Neruda. Poema #20)

ooOOoo

Estaba dividida entre su razón y el olvido. Muchas de las nuevas memorias, significaban más recuerdos de sentimientos tan profundos y tempestuosos como las lluvias y los mares. Sentimientos que a pesar de su trascendencia había olvidado.

La pregunta ahora era, ¿debía continuar?, ¿estaba preparada para aceptar, lo que sabía que podría observar?

La respuesta era simple. Sí. Por supuesto que si, necesitaba saber, sentir de nuevo. Los últimos meses eran una mezcla de vacío y de una lucha constante por encajar en un lugar que parecía ajeno a ella misma, aún rodeada por la gente por la que estaba.

Así que continuó con el siguiente frasco. Era de una forma redonda, en cierto punto le recordaba a los frascos de los perfumes muggles que tanto le gustaban a su hermana Eva; en la base aterciopelada de la caja que resguardaban los frasquitos había una pequeña nota, con una fecha de caligrafía femenina.

Tomó el pedacito de pergamino y leyó la nota.

"Si no estás preparada para el contenido de este frasco, pasa al siguiente."

La fecha correspondía unos meses después al frasco anterior, a la navidad de ese año.

Su corazón se aceleró por la expectación, sin importarle, necesitaba ese recuerdo, ver esa memoria; no importaba el contenido, necesitaba observar parte de su vida pasada.

Colocó la nota en su lugar, tomó el curioso frasco, giró el tapón y se vio envuelta en la densa niebla púrpura, transportándola a su nuevo destino.

Cuando la niebla desapareció pudo observar a la persona que parecía estar esperando impacientemente a alguien.

Juliana estaba apoyada en la pared de un corredor, la arquitectura del lugar era del estilo de Hogwarts, había estado ahí, un par de meses atrás, era uno de los corredores secretos que atravesaban las cocinas de la escuela, nunca había llegado hasta el final de el, consciente de que la Juliana del recuerdo la llevaría más allá de lo que conocía.

Se veía nerviosa, acomodó su cabello que estaba sobre sus hombros que había arreglado más que en los recuerdos anteriores, observó su reloj que estaba guardado en la pequeña bolsa de su pantalón, repitiendo sus movimientos revolviendo de nuevo su cabello.

Acomodó nerviosamente su ropa, jugando con el cuello de su suéter color negro. Después de un suspiro volvió a observar su reloj y con un pequeño gruñidito, que a Valentina hizo sonreír, se apoyo de nuevo en la pared cruzando sus brazos.

Una puerta se abrió, dejando pasar a algo que Valentina no pudo distinguir, que iluminó de pronto el rostro de Juliana, más no podía ver qué o quién era.

-Pensé que no vendrías... - Dijo al vacío.

Pero una risita se escuchó en el pasillo, risa que Valentina reconoció como suya.

Es un movimiento Valentina dejó caer la capa de invisibilidad, Juliana parecía hipnotizada por la presencia de ella. Valentina también se había arreglado para la velada, notaba el empeño en su ropa y en el ligero maquillaje. Su atención regreso a la capa, preguntándose de donde había sacado tal artefacto, desconociendo su contacto con algo tan único. Las capas de invisibilidad eran algo preciado y poco común, presentes en la fábulas y lo cuentos infantiles del mundo mágico.