Capítulo 13. DECISIÓN

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Las horas habían pasado, donde cada minuto, cada segundo, hacían martillar a su corazón por la espera de ella. El largo de la uña de su pulgar casi había desaparecido de tanto morderlo. Estaba ansiosa y un poco nerviosa, quizás tenía más nervios que ansiedad.

Los Carvajal hablaban, reían y comían a su alrededor, pero ella no notaba nada. El desayuno acabó, dejando recorrer el tiempo, para que entrara la hora de la comida. Los regalos y las pláticas de sobre mesa no terminaron en ningún momento, la familia hacía un esfuerzo por continuar la conversación como si la ausencia de Valentina fuera normal.

La nieve cayó en las afueras de la mansión, cubriéndola de una capa blanca que se extendía por todo el exterior. Durante el día, se necesitó más leña para la chimenea y más temas de conversación, sin embargo, Juliana permanecía estoica a las emociones y a los intentos de una amena plática en la cuál intentaban incluirla.

Tenía su mente, su corazón y su alma en un solo punto.

Valentina.

La opresión en su pecho no la dejaba respirar. Los últimos meses habían sido un infierno, se sentía sola y desesperada. Sus sueños, sus anhelos, sus deseos se habían perdido. Desde su llegada a Hogwarts nunca había estado sin ella, dormí sin su cuerpo a su lado abrazándola al suyo o sin sentir su calor en su espalda , en ese pequeño nido en que Valentina solía envolverla, hacían imposible conciliar el sueño, dejándola con largas noches de insomnio o noches plagadas de alcohol.

Las primeras semanas a pesar del dolor de saberla herida, perdida y tratándose de recuperar, se había convencido que era lo mejor. Día con día trató de mantener su promesa, la promesa de alejarse, de dejarla vivir su vida fuera del peligro que ella representaba para que fuera feliz, dandole la oportunidad de volver a empezar sin ella y su constante presencia. Solo quería que Valentina fuera feliz.

Muchas veces había pensado durante las primeras semanas buscarla y explicarle, tratar de hacerla recordar, pero después de las platicas con los sanadores, había luchado contra ese deseo desesperado. En esa misma desesperación había buscado médicos muggles que habían expresado lo mismo que los sanadores. Esperar, que poco a poco los recuerdos llegarían o simplemente no lo harían nunca, que siguiera adelante con su vida. Pero, ¿cómo seguir viviendo si su vida entera era ella?.

Tristemente, los recuerdos llegaron, uno a uno y Juliana siguió esperando. Valentina había recordado a su familia, a sus amigos, a los maestros, algunas pociones y hasta minimidades estúpidas, pero a ella nunca la recordó. Y eso dolía, dolía mucho.

Renata y Mateo le hicieron un comentario que ella no escuchó, estaba pedida en sus recuerdos. La ironía casi la hace sonreír, sin embargo, el dolor la comía por dentro.

Quería atravesar el lugar y subir con ella, a esa habitación que había sido testigo de su amor y que guardaba secretos preciados para ellas. Quizás había sido demasiado imprudente mandarle esos recuerdos, quizás no había visto ninguno, ya sea por no querer recordarla o porque ella ya no significara nada para Valentina. Quizás había pasado algo mucho peor, no quería ni pensar en que por su estupidez, por su ilusión, le había causado un daño mucho mayor. Se volvería loca si otra vez la lastimaba.

Tenía tantas dudas dentro de su corazón que pedía a gritos ir tras ella y rogarle que la amara de nuevo, que hiciera un intento por recordarla, que Juls no era nada sin ella.

Valentina era su universo. Un universo donde Juliana Valdés no era nada sin Valentina Carvajal, solo un envase vacío e inerte.

Eva intuyó el dolor de la joven, tomó su mano en un claro gesto de apoyo, Juliana la observó regalándole un rostro afligido, el mismo que la había acompañado por meses. Eva en un principio desconfiaba de ella pero después de un tiempo y de observar como Juliana hacia lo que fuera por proteger a su hermana y a la familia, era imposible que la morena no le importara. Si fue una sorpresa enterarse del tipo de relación de las chicas, la rápida aceptación la sorprendió aún más.

Recuerdos PerdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora