Capítulo 14. INICIO o FIN

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La noche había caído horas atrás, dejando una ola fría provocada por la nieve densa, que se dejaba ver desde el interior a través de las ventanas de la mansión, los jardines estaban cubiertos de nieve. Poco a poco las personas habían desaparecido de la casa, primero Renata y Guillermo, después Eva y Mateo, parejas deseosas por celebrar lo que restaba del día en compañía de las personas que amaban.

Dejando solas a Juliana Valdés y Valentina Carvajal en el pequeño sofá de la sala, frente a la calidez proporcionada por el calor de la chimenea. Juliana estaba nerviosa, varias veces su mano se dirigía a su boca para morder sus uñas en pequeños arranques de nerviosismo, donde instintivamente como siempre las manos de Valentina interceptaban el objetivo tan característico de Juliana.

Para ambas, el frió, la nieve o la noche no importaban. Tenían tanto de que hablar, que el clima o la hora había quedado en el olvido. Por más que sus corazones quisieran tratar aquellos detalles que necesitaban después de meses de separación, fue imposible.

Parecía que su familia, Chivis y hasta los elfos de los Carvajal hubieran confabulado para no dejarlas solas ni un instante. Los elfos adoraban a Juliana notó con satisfacción Valentina, la "Juls de la ama Val" los escuchó llamarla, lo que provocaba que las mejillas de Juliana se tiñeran de un color rosita adorable, que aunado a la sonrisa de la morena, llenaban de amor a su corazón.

Juliana trataba a las pequeñas criaturas con respeto y bondad, causando que Pinky la elfina domestica más joven, trajera constantes regalos a Juliana, primero un calcetín, después una piedra en forma de una pequeña serpiente que en realidad era más un número dos que otra cosa, que Juliana guardó en el interior de su chamarra, después un muffin de chocolate con una cereza, que Valentina sin ningún temor había robado antes que la morena pudiera reaccionar, ganándose un gesto de sorpresa y después una carcajada al ver el pequeño triunfo de Valentina al meter el pequeño fruto en su boca.

La mirada de Juliana era intensa, fija en sus labios que estaban rojos y jugosos por la cereza, también a ella la hicieron sonrojar por la mirada de deseo en los bonitos ojos de su chica. El juego de miradas y el pequeño acercamiento hubiera terminado quizás con un acto similar o más grande que el espectáculo del comedor, si la tos fingida de su padre y la pequeña reprimenda de Lucía hacia su papá no las hubiera interrumpido.

Juliana reaccionó primero, intentando ver a todos lados menos a Valentina. Comió su muffin dejando pequeñas migajas en la comisura de sus labios que Valentina por instinto limpió con su pulgar. Parecía que toda ella reaccionaba instintivamente a Juliana. Se preguntó si siempre había sido así, el cuidado, la atención, la devoción de una con la otra.

La carcajada de Lucía las trajo de nuevo al presente, quien entendiendo a las chicas sacó a su padre del lugar, probablemente a su oficina para una celebración privada que Valentina no quería ni pensar.

Para Juliana era suficiente sentir el cuerpo de Valentina junto al suyo, tenía un brazo sobre sus hombros mientras ella se acomodaba en su pecho, su respiración era calmada y de alguna forma tranquilizante, a pesar que necesitaban hablar, la cercanía y la intimidad del gesto era un aliciente para calmar su corazón. La había extrañado tanto, que el solo hecho de tenerla así, era suficiente, al menos por ahora. Su cabeza era un caldero burbujeante de ideas, de recuerdos y de anhelos, no sabía que sucedería en el futuro, de alguna forma estarían bien.

Renata y Guille se despidieron de ellas tiempo atrás, Juliana estaba segura de que los jóvenes buscarían un lugar especial y privado para celebrar la navidad.

Para ella aquel momento con Valentina entre sus brazos frente a la chimenea, era tan familiar como aquellos últimos años en el colegio.

Esas navidades habían sido especiales. Con la decoración y la soledad del castillo, Hogwarts era testigo mudo de un amor y pasión juvenil más allá de lo imaginable. En lo que a fiestas decembrinas se refería, el antiguo castillo era el lugar donde Juliana y Valentina robaban un poco de amor, felicidad e intimidad en tiempos oscuros.

Recuerdos PerdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora