Besos en el rostro

603 42 30
                                    

Apenas habían pasado un par de días desde que confeso sus sentimientos por el campesino musculoso tonto, Asta no supo como contestar a su declaración casi pudo ver quemarse su cerebro con sus pensamientos, pensando que estaba siendo rechazada le dijo que no se preocupara.

Lloró.

Esa misma noche se encerró en su habitación y lloro profundamente por su corazón roto, Nero entro volando por la ventana para posarse en silencio sobre un costado de su almohada, consolándola con su presencia, paso los siguientes días evitando al chico de todas las maneras que le fue posible.

- Noelle.

Su mano detuvo su movimiento sujetando su muñeca, él la estuvo siguiendo a través del bosque que rodeaba la base tratando de hablar con ella, sin embargo, lo ignoro adrede para no tener que enfrentarlo.

- Suéltame.

- Necesito decirte algo, Noelle. – Se apresuro a contestar, el ki de su acompañante gritaba lo desolada que se sentía, su tristeza era casi dolorosa.

- ¿Qué quieres?

- Tu también me gustas, Noelle. – Una sonrisa muy amplia se extendió por los labios del muchacho al ver como se giraba con sus mejillas ruborizadas.

- ¿Qué?

- Dije que: Tu también me gustas. – Asta soltó su muñeca con suavidad – No pude contestarte cuando me dijiste por que estaba muy sorprendido.

- ¿Y ahora?

- Ahora sé que es lo que siento por ti.

- ¿Y la monja?

- La Hermana Lily siempre tendrá un lugar en mi corazón, pero ella realmente nunca me ha dado esperanzas de querer algo conmigo. – Admitió con un suspiro – Solo estaba intentando poner en ella mis deseos egoísta.

- ¿Y yo?

- Eres increíble, Noelle. Tienes un poder mágico sorprendente, eres amable, leal y digna de confianza. Además, eres hermosa, tu piel es muy tersa. – Comento con una sonrisa que se desvaneció a una pequeña expresión tímida – No soy nada comparado contigo.

- Eres idiota. – Negó Noelle a pesar de que paso de un rostro enojado a una sonrisa suave – Eres fuerte, valiente, leal y realmente amable con las personas a tu alrededor, no vacilas en tus metas y sin importar quien este frente a ti no bajas la cabeza.

- ¿En verdad piensas eso de mí, Noelle?

- Si.

Ambos permanecieron en silencio durante unos breves momentos pensando en las palabras del otro, Asta decidió hacer el primer movimiento con el conocimiento de que no seria rechazado, extendió su mano para acariciar su mejilla con delicadeza, después acerco sus labios hasta besar la comisura de su boca, Noelle respiro con fuerza ante el contacto, solo que él no se detuvo ahí, paso a su mejilla, la punta de su nariz y sus parpados, envalentonada por su audacia ella le regreso el gesto repartiendo besos pequeños por su rostro, atrapados en el ambiente terminaron por compartir un beso tierno, juguetón y dulce. 

Cincuenta besos entre las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora