Un beso que lleva a más, pero es interrumpido por un tercero.

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Un beso que lleva a más, pero es interrumpido por un tercero.

Zora miro el claro con tranquilidad, retiro su máscara para sentir el viento que movía su cabello suavemente mientras el sonido de las aves cantando en la mañana lo arrullaba, le impresionaba lo increíble que era estar en paz durante unos minutos a pesar de toda la situación apremiante que tenía a todo el reino en alerta constante.

- Llegaste primero. – Sonrió al girarse hacia la mujer de cabello plateado que permanecía todavia en el aire usando su magia de niebla – Siempre soy la primera.

- ¿Te molesta? – Extendió sus manos hacia su dirección para que ella entrara en ellos, Nebra hizo una mirada arrogante antes de finalmente dejarse caer suavemente en sus brazos con una leve sonrisa.

- No, pero si es extraño, no te gusta madrugar, eres demasiado vago. – Contesto abrazándolo acariciando su cuello con su rostro afectuosamente, para los dos seguía siendo extraña la forma en que parecían haberse unido– Siempre te digo una hora más temprano por que sé que si lo hago más tarde no tendremos mucho tiempo juntos.

- Sería más fácil si tuviéramos misiones que nos permitieran salir. – Añadió a sus palabras colocando sus manos en sus hombros para alejarla un poco, ella no soltó su agarre sobre su espalda. – ¿Cómo estás?

- Aburrida. Hermano Mayor Nozel está ocupado como para entrenar conmigo y Solid, simplemente es él mismo además esta tan ofuscado que es molesto intentar practicar. – Comento encogiéndose de hombros – Estoy practicando con Kirsch, mi tía quiere que me asegure de que su precioso hijo no muera.

- No morirá y tú tampoco. – Dijo seriamente colocando su mano sobre su cabeza para desordenar su cabello. – Eres mala hierba.

- ¡Oye! No he dicho nada malo, has comenzado esta vez. – Gruño presionando su dedo contra su pecho ofuscada– Estaré bien, soy de la realeza después de todo, me mantendré cerca de Solid y Kirsch, Hermano Mayor Nozel piensa dejarme como defensa, después de todo mi magia no es ofensiva. – Su expresión se tornó preocupada al buscar su mirada azul – En cambio, tú...

- ¿Qué pasa conmigo? – Cuestionó colocando sus manos sobre sus caderas.

- No tienes la misma cantidad de magia que la realeza, y tampoco tienes magia ofensiva, no quiero que mueras. – Atropello las palabras intentando no ofender a su pareja.

- Deberías confiar un poco más en mí, te recuerdo que fui yo quien salvo tu trasero y el de tu hermano. – Zora sabía que sus intenciones eran buenas y solo estaba preocupada por él, pero todavia no podía expresarse sin sonar arrogante – Así que preocúpate por qué no te atraviese nada.

- No seas malo, eso solo paso una vez. – Chilló ruborizándose de vergüenza lo que lo hizo reír, la sujeto de la muñeca para atraerla hacia su cuerpo besando su mejilla.

- Una vez es más que suficiente. – Zora se inclinó para besarla suavemente, ella se removió unos instantes para soltarse de su mano y poder pasar sus brazos por sus hombros – Tengo confianza en que todo saldrá bien, por eso nos estamos preparando, preferiría poder tener un respaldo para ti.

- Lo sé. Eres demasiado quisquilloso. – Sonrió – Te pareces a Solid, no puedo salir a una misión sin él porque piensa que voy a morir, es frustrante que piensen que soy tan débil.

Zora había aprendido mucho sobre las inseguridades de su pareja, por lo que ambos estaban trabajando en la mejor manera de que se sintiera más segura consigo misma, la guerra que se avecinaba pondría a todos a prueba ya que la probabilidad de la destrucción de su mundo estaba sobre la mesa.

Cincuenta besos entre las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora