Besos distractores

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Nozel estaba trabajando eficientemente intentando no distraerse o al menos eso intentaba hacer con todo su autocontrol, no debió haber aceptado la invitación de su bruja para compartir el tiempo de trabajo, Dorothy insistió al sentir que no estaban pasando tanto tiempo juntos como le gustaría debido a todo lo que sucedía en el reino, por lo que decidió que aprovecharía la ocasión para tener tiempo de calidad.

El problema es que Nozel intentaba leer los informes de su escuadrón, uno de los muchos informes, hasta que un beso de mariposa se poso sobre su oreja derecha, lo ignoro, luego otro cayo sobre su mejilla, lo ignoro nuevamente lo que parecía ser algún tipo de desafío en la mente de la bruja porque empezó a repartir besos por las partes de su rostro que estaban a su alcance, mejillas, frente, orejas, hasta que sus labios recorrieron su cuello desde atrás.

- ¡Dora! – Exclamo sonrojándose cuando sus labios se pusieron en el inicio de su columna, sus brazos pasaron sobre sus hombros para abrazarlo.

- ¿Qué sucede? – Pregunto con inocencia.

- Me estas distrayendo.

- Esa era la idea, querido Nozel. – Sonrió con diversión y una mirada malévola – Pasar tiempo juntos para mi significa que hablemos o compartamos algo.

- Lo entiendo, tienes razón. – Asintió – Pero tengo que terminar mi trabajo ¿Dónde está el tuyo?

- ¿Mi qué?

- Tu trabajo. – Se alejo del escritorio para verla, la mujer aprovecho el movimiento para sentarse sobre su regazo.

- Lo hace Kirsch, las cosas mas importantes las deja sobre mi escritorio para que lo revise así que me lo llevo a mi mundo de ensueño, los firmo y acomodo para luego entregárselos.

- ¿Explotas a Kirsch?

- ¿Te molesta?

- Para nada. – Nozel se inclino para besar en los labios a su pareja, Dorothy se sorprendió durante unos segundos antes de sonreír ampliamente – Es injusto entonces, yo tengo que terminar mi trabajo y tu no tienes nada que hacer.

- ¡Claro que tengo algo que hacer! – Exclamó casi ofendida antes de tomar su rostro entre sus manos y besar la punta de su nariz – Tengo que molestarte.

- ¿Esta es tu forma de molestarme? – Cuestiono con una ceja arqueada a lo que ella asintió efusivamente – No te detengas.

- ¿Me estas dando permiso? – La respuesta a su pregunta tuvo que esperar debido a que sus labios estaban unidos en un beso cálido y lento, sus brazos se cruzaron detrás de su cuello para acercarse todavía más, las manos masculinas acariciaron su cintura y espalda con suavidad – Si me das permiso no es divertido.

- ¿Qué quieres hacer entonces?

- Distraerte, quiero que tus ojos estén en mí en vez de estas hojas.

- Lo siento, no tengo un esclavo que cumpla con la mayoría de mis responsabilidades y... me gusta leer informes. – La mujer hizo un puchero que él intento desaparecer besando su rostro.

- Si no fueras tan lindo, no te perdonaría, querido Nozel. – Se levanto de sus piernas para caminar por la oficina, había cruzado sus brazos por detrás de su cabeza.

- Espérame unos diez minutos.

Nozel regreso su vista a los reportes para terminar la revisión y firmarlos, el que leía en ese momento se trataba de una misión de reconocimiento de Solid, su hermano intentaba explicar de la mejor forma los hallazgos que encontró en la mazmorra pero explicaba poco lo que realizaban sus compañeros de equipo y... un beso se poso detrás de su oreja. 

Cincuenta besos entre las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora