Un beso acompañado de un abrazo fuerte (Yamichar)

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Charlotte se sentía mal.

No tuvo la intención de seguir a Yami, sino que casualmente lo encontró en el mercado del Reino Común durante su patrulla, estaba acompañado de la mujer de cabello rosado de su equipo, quien le sonreía con facilidad, tomándolo del brazo y conversando alegremente.

Su corazón se estremeció ante la visión por lo que dio un paso atrás y se marchó en dirección al centro de la ciudad, intentando evitar el dolor que sentía, estaba siendo tonta, él no le pertenecía.

- Hermana. – Sol apareció con una sonrisa agitando su mano – ¿Patrullamos juntas?

- Esta bien. – No pudo concentrarse en la conversación mientras caminaba junto a la muchacha, repitiendo la escena una y otra vez en su mente.

- ¿Hermana? – Se sobresalto cuando Sol la toco en el brazo.

- ¿Dónde tienes la cabeza? – Pregunto Yami arqueando una ceja y con una mano levantada a modo de saludo – Sé que me odias, pero ignorarme de esta forma es doloroso.

- ¿Yami? ¿Qué sucede?

- Te estaba intentando preguntar si podías acompañarme un momento.

- ¿A dónde?

- A dar una vuelta, necesito discutir algunas cosas contigo. – Explico con tranquilidad.

- De acuerdo ¿Puedes terminar la patrulla por tu cuenta? – La chica asintió con un puchero en su rostro, no le gustaba demasiado perder la compañía de la mujer.

- Ella te admira tanto, me alegra mucho ver que has podido apoyarte en otros. – Comento una vez que estuvieron lejos.

- Mi equipo es preciado para mí.

- Quería hablar contigo por lo que está sucediendo, debido a que mi escuadrón ha sido asignado para investigar a los demonios y las maldiciones estamos exponiéndonos a mayores peligros, bueno al menos mis chicos, no puedo dejar el reino tan fácilmente.

- Lo sé.

- Por supuesto. – Yami levanto su mano pidiéndole con la mirada que la agarrara, cosa que no hizo, le dedico una mirada desconfiada – No te voy a morder solo quiero llevarte a un lugar, cierra tus ojos.

- ¿A dónde?

- ¿No puedes confiar en mí? Han abierto una nueva tienda y quiero mostrártela.

- Está bien. – A pesar del gran nerviosismo que sentía por estar a solas con el hombre que amaba decidió dar un pequeño salto de fe, coloco su mano sobre la de él cerrando los ojos, aceptando una tira de tela para cubrirlos.

- No te arrepentirás.

Fue más tosco de lo que debería arrastrándola por la ciudad, considero la posibilidad de hacer trampa para ver el camino, sin embargo, Yami le advirtió que no lo hiciera, que lo sabría gracias al ki, esa extraña habilidad que tenía para leer a las personas, a todos menos a ella.

- Pienso que estamos estresados por lo que sucede y lo que pasara en el futuro así que pensé que podíamos pasar un rato agradable – Escucho el sonido de una puerta abrirse, un aroma dulce lleno sus sentidos y música suave – Vanessa me ayudo a encontrar este sitio.

- ¿La bruja?

Una vez que sus ojos fueron descubiertos pudo ver un pequeño local muy colorido y animado, había niños jugando con grandes sonrisas mientras la música sonaba alegremente, varias mesas estaban repartidas aleatoriamente, las paredes estaban decoradas con peluches, frascos llenos de dulces y globos que flotaban libremente, parecía una tienda para niños.

Cincuenta besos entre las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora