Michael Wyndham III dio un paso desde el coche, nervioso como un novio. Lo cual, él suponía que era. Le había llevado casi tres semanas rastrear a Jeannie, semanas de frustración, culpa y preocupación. Pero ahora iba a verla otra vez. El pensamiento de percibir su esencia, tal vez incluso tocarla, hizo que su pulso golpeara en sus oídos. Ah, él lo tenía mal. Él sonrió abiertamente. Era maravilloso, encontrar a su compañera. ¡Y de un modo tan extraño! Su padre había tratado de decírselo, pero Michael nunca lo había creído, siempre se había figurado que una hembra era como la siguiente. ¡Pero él había encontrado a su compañera por la más pura suerte y, lo mejor de todo, lo más maravilloso de todo, ella era una humana extraordinaria! Y el homo lupus, a diferencia del homo sapiens, se apareaba de por vida. Ahora a persuadir a Jeannie, quién pensaba que su futuro esposo estaba más loco que una cabra. Derik y Jon salieron del coche y los tres examinaron el edifico de apartamentos ante ellos. La mínima seguridad -que no sería un problema para tres hombres lobos en la flor de la vida- y una localización agradable, directamente sobre el lago, con un parque enfrente. Lo mejor de todo, a menos de cuatro horas en automóvil de la hacienda Wyndham. -Recordad -les dijo a sus hombres. Derik y Jonathan eran sus amigos más íntimos, sus protectores más feroces-. Estaba muerta de miedo. La forcé, y ella tuvo que asumir que morí. Estará aterrorizada cuando me reconozca. -Si te reconoce -le recordó Derik. Él era tan rubio y hermoso como Michael era oscuro-. Sus ojos no son tan buenos como los tuyos. Probablemente en el ascensor estaba oscuro como la brea para ella. -Si ella me reconoce -estuvo de acuerdo Michael-. Yo estoy simplemente recordándote, que necesitarás... -Paciencia -Derik y Jon completaron al unísono, luego se rieron de él. Michael puso sus ojos en blanco y golpeó a Jon detrás de la cabeza. -Es verdad -dijo él-, yo podría estar repitiéndome. -Deja de preocuparte, Michael -dijo Derik-. No vamos a luchar con tu compañera. -¿Crees que está embarazada? -preguntó Jon con esperanzadora curiosidad. Él era un pelirrojo de pelo rizado con rasgos infantiles. Aparentaba dieciséis, y tenía el doble-. La manada durante mucho tiempo ha estado esperando que te aparees y proporciones un heredero. Sería maravilloso sí ella... -¿Estuviera embarazada y feliz de ver a nuestro líder de manada, y aceptara nuestro estilo de vida con los brazos abiertos, y se adaptara a la manada como si hubiese nacido en ella? -Derik sacudió su cabeza ante sus amigos-. Nada de esto va a ser fácil, para ella o para nosotros. Mejor que no esté embarazada. Entonces Michael puede dejarla ir. -Suficiente -dijo Michael bruscamente. ¿Dejarla ir? ¿Dejar ir a aquella mujer ingeniosa, hermosa, sensual? En sus sueños, en sus oídos todavía resonaban sus gritos de éxtasis. ¿Dejarla ir? Eso se podía discutir, se consoló él. Ella seguramente estaba embarazada. Su olor había sido todo dulce madurez, como un maduro melocotón. Y bajo él, ella había sentido... -Perdóname, O poderoso rey de los hombres lobos -dijo Derik con sequedad-, pero estás a punto de toparte con ese pilar. -No lo estoy -dijo él, virando bruscamente en el último momento. Él sonrió abiertamente a sus amigos, que pusieron sus ojos. Jon había tomado una compañera el año pasado, y por lo tanto sabía exactamente por lo que su líder de manada estaba pasando. Derik no tenía, y por eso pensaba que su líder estaba siendo estúpidamente sentimental. -Ella estaba asustada -dijo él en voz alta, recordando-, pero nunca lo demostró. -Todavía pienso que esto es una locura -dijo Derik tenebrosamente-. Y mala suerte. Cuántas veces uno se atranca en un ascensor... con una hembra ovulando que no puede rechazarte, quién simplemente resulta ser una humana y no cree en hombres lobos... -Cielos -Jon interrumpió con una sonrisa-, ¿cuáles son las posibilidades? Derik no hizo caso de su amigo. -... quién va a ir directamente a su mente cuando intentemos traerla de su casa. Hombre, espero que no esté embarazada. -Lo resolveremos -dijo Jon, pero ambos oyeron la duda en su tono-. Los humanos se aparean con hombres lobos todo el tiempo, y viceversa. «Todo el tiempo» era una gran exageración (un par de veces en una generación habría sido más exacto), pero ni Derik ni Michael lo señalaron. -Correcto Jon, perdóname si me sofoco con esta frase -dijo Derik, dando a su líder de manada una palmada amistosa en el hombro que habría derribado a un macho humano-. Esto funcionará. Venga, jefe. Vamos a conseguir a tu compañera.
Se que es corto pero el siguiente lo haré mas largo :))
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Prisionera del amor
RandomAtrapada en un ascensor, Jeannie Lawrence no estaba dispuesta a experimentar el placer a manos de Michael Wyndham. Nunca esperó que ese hombre diabólicamente apuesto volviera a aparecer en su vida, ¡o que resultara ser un hombre lobo! ¿Aceptará ella...