Capítulo 40 (+18)

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Tres días después, Hospital General de Grove Hill:

-Hola- David se detiene  ante la puerta del despacho, recorre el cuerpo de Leire de un vistazo, desde los pies a la cabeza, como si quisiera certificar  que estaba bien.

-¿Puedo pasar? –pregunta con una gran  enorme sonrisa.

-¿Qué te trae por aquí?-le contesta devolviéndole la sonrisa.

-Tú-David rodea el escritorio para darle un beso rudo, cargado de deseo.

Se separa de ella y comienza a caminar de un lado a otra del despacho.

-¿Qué te ocurre?- pregunta inquieta, se levanta y camina hasta él.

-Te extrañaba y no podía esperar-argumentó mientras le arrancaba un beso devastador, se separan y  ella observa en sus ojos el deseo y esa media sonrisa que podría derretir a Alaska junto a todos los glaciales.

-Tengo mucho trabajo-explica haciendo acopio de toda la fuerza de voluntad  para no echarse en sus brazos.

-No te preocupes, ya me he asegurado de que en 1 hora nadie nos moleste- le dice y da  un par de pasos hasta quedar a escasos centímetros de ella.

-¿Qué has hecho qué?-pregunta ella alucinando con lo que él le acababa de decir.

-Shh… no me reprendas y disfruta- le susurra al oído ella se eriza demostrándole así el poder que ejerce sobre ella.

-¿Qué es lo que me estás haciendo, David?-le pregunta ella mientras los dedos de él acariciaran su cabello retirándolo de su cara.

-Te estoy amando-le dice y cierra el espacio que los separaba, ella choca con su escritorio donde él apoya sus manos  a ambos lados de las caderas de ella.

-¿Me amas?-le pregunta ella al oído.

-Te explicaré a besos los mucho que te amo-le dice y le reparte una serie de besos candentes  y de lo más excitante en el cuello hasta llegar a su oreja.

De pronto, era su pasión y amor  ocupaba toda la habitación. Se sentían englobados en su calor, su olor y sus respiraciones convertidas en  ligeros jadeos.
Los labios de David  recorrían la mandíbula de Leire que  no puede evitar echar la cabeza hacia atrás para darle mejor acceso.

-¡No podemos hacerlo aquí!-exclama ella con la voz entrecortada.

-Eso está por verse-le dice y Su boca se apodera de ella en un asalto brutal dejándola sin aliento.

-¡Estás loco!-le dice entre carcajadas.

-Indiscutiblemente loco por ti.

David le deslizar hacia arriba la suave tela de la falda, dejándola  a la altura de las caderas de ella, sus  afanosas manos  la agarraban elevándola hasta dejarla sobre el escritorio.

Leire notaba la respiración ardiente de él que caía sobre sus labios y el fresco de la madera contrastando con la piel ardiente de su  trasero.

-Separa las piernas-le ordena David  con suavidad con la voz ronca, mientras se coloca en el espacio vacío entre los muslos de ella.

-¿Necesitado, señor Rice?-le dice ella provocándolo.

Sin dejar de mirarle a los ojos David desabotonó su camisa, se inclinó sobre la boca de ella   atrapándola en un beso ardiente, casi desesperado que irradiaba pasión y frenesí, de repente sus manos recorrían  un camino  desde las rodillas hasta el interior de los muslos de ella.

-Recuéstate-le volvió a ordenar y su voz retumbó en el silencio del despacho.

Leire enfiló su mirada el verde de los ojos de él, segundos después estaba ahogada en sus gemidos propiciados por la boca de David, quien aumento el ritmo y le regaló  un orgasmo sorprendente  haciéndola morderse los labios para no gritar.

-Te quedó claro cuánto te amo-le dice él incorporándose, mientras observa como el cuerpo de ella deja de estremecerse.

-Hay pecados que saben a gloria-agrega ella.

Con cariño David  la ayuda a levantarse, la estrecha contra su pecho. Luego de algunos minutos se sienta en la silla de ella, seguidamente le pide que se siente en su regazo. Leire lo hace y apoya su cabeza sobre su pecho mientras piensa:

-Este es mi hogar.

-¿David?

-Dime.

-Te amo-le  susurra.

-¿Qué has dicho?-le dice él alzando una ceja.

-Que yo te amooooo…-le responde prácticamente gritando y sonriendo.

David toma el rostro de ella entre sus manos y le  roba un beso fugaz, casi un roce de labios a la vez que sonreí, era la primera vez que ella le decía que lo amaba y esperaba que fuera la primera de muchas.

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Hola mis queridos tormentos les anuncio que solo faltan 5 capítulos para el gran final.

Pronto tendrán las respuestas a sus preguntas.
¿Qué sucederá?
Muy pronto

Los Adorooo gracias por el apoyo.

Mí Abogado ¡mí tormento! ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora