Repugnante

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La casa ya había vuelto a vivir, el olor a madera quemada inundaba el lugar, la sopa con especias y pollo volvía locos a los gatos, quienes maullaban a un lado de Nines, pasando sus cuerpos por su pierna mientras este picaba algunas verduras para verterlas al caldo.

-Hey, androide -Llamó Gavin haciendo que Nines volteara al instante.

El humano tomaba su camiseta olisqueándola como un animal, tenía el ceño fruncido y la mirada fija en aquella prenda que tanta curiosidad le daba.

-¿Pasa algo?

-¿Con qué lavas esto? -Preguntó levantando la mirada y apuntando a la prenda en sus manos.

El androide ladeó la cabeza viendo como el humano estiraba la camiseta y la colocaba en su cuerpo sin mucho cuidado.

-Lavo a mano -Respondió viendo como la cabeza de Gavin se asomaba por el cuello, tirando de la camiseta y acomodándosela.

-Pero ¿Qué le echas? -Insistió ahora acercándose mientras pasaba ambas manos por su cuerpo como si quisiera limpiarlas en su ropa.

-Venden pastillas para limpiar la ropa...

-No huele a pastillas para limpiar la ropa -Interrumpió deteniéndose a un lado del androide para ver lo que cocinaba- ¿Y mi café?

Nines sonrió, volvió la mirada a su cacerola, tomó la tabla para picar y vertió las verduras cortadas ahí.

-No me gusta el olor de las pastillas para lavar ropa y algunas veces debo lavar las mantas ya que los gatos suelen subirse ahí -Explicó con calma- Por lo que hago una mescla con cascaras de naranja, sólo cuando traen, y las dejo fermentar con agua por una semana, luego enjuago la ropa con ello, queda más suave y huele muy bien. Y ya son las doce del día, el café quedará para después del almuerzo, puede acompañarlo de algún pastel ¿Le gustaría algo en particular?

-¿Sabes hacer tarta de manzana? -Preguntó con una media sonrisa en el rostro.

-No hay manzanas, Gavin, la fruta es escasa y vienen a dejar una vez por mes, algunas veces viene manzana, naranja, fresas. El mes pasado trajeron mucha frambuesa, así que pude comprar un poco y dejar fuera para que se congelaran, puedo hacerle algún bizcocho con frambuesas.

-Suena delicioso -Susurró suave volteando para alejarse haciendo que Nines volteara para seguirlo con la mirada.

Sin darle muchas vueltas al asunto, Nines volvió la mirada a su caldo viéndolo burbujear, ladeó la cabeza al pensar en el comportamiento amable de Gavin y volvió a voltear para verlo salir con su chaqueta de CyberLife, algo que había adoptado como suyo.

-Ya no me duele mi pie, iré a ver a Sombra -Explicó mientras se apresuraba en salir de la casa casi corriendo, como un niño que se escapaba de su madre antes de ser regañado.

-Ese pie no debe sanar aún -Susurró bajo mientras volteaba una última vez hacia su caldo para revolver.

Gavin avanzó por el lugar, sonrió ampliamente ya que no sentía dolor en su pie, apenas y una molestia, pero nada que no pudiera soportar. Avanzó apresuradamente y entró al galpón en donde estaba su yegua, se detuvo un momento al no ver su cabeza asomarse como siempre, por lo que frunció el ceño y avanzó rápidamente para asomarse por su corral. La yegua estaba echada, al verlo se levantó al instante, avanzó sin problema y tiró de la ropa de su humano cuando llegó a su lado.

-Tonta, me asustaste -Regañó con voz juguetona y subió sus manos para acariciar el cuello del animal, quien se sacudió y miró hacia la entrada, como si esperara la visita de alguien más- ¿Buscas al androide? ¿Ya me vas a cambiar? Todas las mujeres son iguales -Bromeó y abrió el corral para que el animal pudiera salir a estirar las patas.

Brisa de InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora