Volver a casa fue un martirio, ver al humano caminar encorvado, gruñendo y maldiciendo lo hacía sentir que retrocedía todo aquello que había avanzado con él. No había palabras en su boca para disculparse o excusarse, sólo sentía dolor y malestar.
Gavin entró a la casa gruñendo, se quitó los zapatos y pasó su brazo bajo su nariz para quitar la sangre que aún goteaba.
-¿Le ayudo...?
-Tu ayuda ya fue suficiente –Interrumpió el humano, avanzó por la casa hacia el baño y cerró de golpe haciendo crujir las viejas tablas de la casa.
Nines bajó la mirada para ver su mano en donde sostenía las pinturas rotas envueltas en parte de aquella bolsa de papel que le había dado la chica. Tras un suspiro dejó la bolsa con las cosas que traía de aquella feria sobre la mesa y tras ello deslizó sus pasos por la casa hacia su cuarto, se sentó en la cama escuchándola crujir y dejó sus pinturas sobre la mesa de luz que adornaba su cuarto.
Miró con melancolía el cristal roto de un brillo para el rostro, no sabía lo que era, pero la mescla de colores le fascinaba y ahora estaba roto y arruinado, pero lo que más dolía dentro de él era la indiferencia de Gavin luego de aquella pelea. Admitía que fue error suyo por no ayudarlo en cuanto Connor se cruzó en su camino, pero no creyó que aquello escalaría tan rápido y terminaría así.
El sol iluminaba fuera de la casa, sus rayos derretían la nueve que había caído en la noche y traía calor a aquel interminable invierno, pero Nines se sentía frío y vacío, dolía dentro de él y no sabía exactamente qué era.
-Yo soy quien debería tener ese rostro.
El androide levantó la cabeza para ver a Gavin en la entrada del cuarto, tenía el rostro sonrojado y levemente amoratado bajo sus ojos, parecía congestionado pero no era más que el fuerte golpe recibido.
-Lo siento.
-Yo lo siento –Dijo el humano, avanzó hacia Nines y tomó una de las pinturas dañadas limpiándola descuidadamente con su propia camiseta- Debí ser más cuidadoso con esto.
-No importa –Susurró el androide mientras bajaba la mirada hacia sus manos manchadas con barro.
-Sí importa.
Gavin bajó su cuerpo hasta quedar en cuclillas frente a Nines, sonrió y giró la tapa de aquel pequeño frasco de cristal que contenía una pigmentación carmesí.
-Mira, sólo estaba sucio ¿Lo ves? –Preguntó y sacó un poco de aquel labial con su dedo acercándolo al rostro del androide quien simplemente lo observó- Abre la boca –Pidió con amabilidad y con delicadeza pasó su dedo por los labios del androide.
La yema de su dedo acarició los labios de Nines, pigmentándolos de aquel rojo que hizo resaltar la piel pálida de Nines.
-No lo defendí como debí...
-Yo puedo defenderme solo –Interrumpió Gavin, cerró el pequeño frasco y lo dejó sobre la mesa de luz para luego ver al androide- No necesito de un guía, un protector o un androide que cubra mi espalda, puedo solucionar mis propios problemas.
-Pero quiero hacerlo, quiero guiarlo y protegerlo.
-Quítate los zapatos –Pidió Gavin antes de tomar postura.
Nines subió la mirada para verlo algo desconcertado, frunció el ceño mientras Gavin hacía un movimiento con su cabeza para incitarlo, por lo que bajó la mirada nuevamente y con cuidado se quitó los zapatos dejándolos a un lado.
Gavin tomó las manos del androide, tiró de él hasta que se levantó y luego subió a la cama tirando nuevamente de él para que lo siguiera.
-¿Has saltado alguna vez en la cama? –Preguntó Gavin con una enorme sonrisa en el rostro.
ESTÁS LEYENDO
Brisa de Invierno
FanfictionUniverso alterno. Tras una guerra civil, más un atentado nuclear por parte del gobierno, gran parte del país y sus alrededores resultó devastado, la comida escasea y las aguas están contaminadas, por lo que los sobrevivientes han creado pueblos a lo...