El que mira sufre

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Astoria

—¡Lo odio! —grito furiosa después de haber lanzado un hechizo para silenciar la habitación.

Mi madre me mira sentada desde un mueble con una revista entre las manos.

—Te lo dije, te dije claramente que esa mosquita muerta estaba haciendo de las suyas con Draco.

Me quito los tacones de golpe y los aviento contra la pared.

—¡Ese imbécil nunca me había hablado así! —estoy tan enojada, que no tengo idea de cómo drenarlo así que aviento un florero chino también contra la chimenea—. Estaba comiendo de mi mano y ahora resulta que de repente le entraron ganas de ser el hombre de la casa. ¿Quien se cree que es?.

—Esto es tu culpa querida mía. Es una pena que no muriera en el atentado —dice volviendo la vista a su revista.

—¿Tuviste algo que ver con eso? —le pregunto con el ceño fruncido.

Ella suspira—No, aunque debo admitir que habría sido una grandiosa idea. No entiendo como no se me ocurrió.

—No, ni que se te ocurra. Lo que menos necesito ahora es que a Granger le pase algo y sea un motivo para culparme. Ya tengo suficiente con la actitud grotesca de Draco.

—Se está quedando en su cuarto.

—Ya sé.

—En su cama.

—Ya sé.

—Y está embarazada.

—¡Que ya sé joder! —grito lanzándome de golpe contra la cama.

Sin embargo la rabia me inunda de nuevo y comienzo a golpear el colchón con las manos y los pies.

—¡La odio! Ella me quitó lo que es mío y espero que lo disfrute mientras pueda.

—¿Y que harás al respecto? —pregunta mi madre.

Me siento sobre la cama fijo mi vista sobre una imagen de Draco y mía de la luna de miel.

—Algo se me va a ocurrir, pero ese niño no va a nacer. Ese niño es la llave y me niego a que la tenga Granger. Draco me a traicionado de la peor manera así que me voy asegurar de recordarle lo qué pasa cuando uno falta a su palabra —digo mirando a mi madre.

Ella sonríe.

—Por fin estas hablando con coherencia —dice poniéndose de pie—, ahora lo que necesitas es seguir intentando quedar embarazada.

—Oh, pero claro que sí. A ver quien ríe al final.

—Es importante permanecer hija, los Malfoy tienen una deuda con nosotros y yo te ayudaré. Narcissa cree que tiene el juego ganado, pero no tiene idea de lo que soy capaz de hacer.

—Por cierto, ¿cuál es el problema que tienes con ella? Nunca haz querido contarme.

Mi madre frunce el ceño como si recordara algo.

—Uno imperdonable. Lo único que necesitas saber es que Narcissa arruinó mi vida y eso nunca se lo voy a perdonar.

Narcissa

Me temo que a partir de ahora debo ser más cuidadosa y astuta. Estoy consciente de que Aileen no debe estar nada contenta, y se de ante mano que tratará de desquitarse con Hermione. Por supuesto en el camino no perderá oportunidad para también incitar a Astoria a hacer lo mismo.

Winky aparece y deja una bandeja con jugo y vitaminas sobre la mesita.

—Mi ama, es hora de su vitamina —dice sacándola del botecito y entregándomela.

—Gracias Winky. ¿Sabes si Hermione a despertado ya? —pregunto mientras me meto la cápsula a la boca y la paso con unos tragos de jugo.

—Sí, pero el amo Draco le dió un calmante que la hizo dormir de nuevo porque estaba muy adolorida. Gracias a Merlín, Winky pudo darle un poco de fruta antes de que volviera a caer.

Asiento agradecida. Me preocupa mucho el estado de Hermione, pero más me preocupa que el culpable siga suelto. Lucius salió al Golden Magic para ver que podía investigar.

—Winky hay un favor especial que quiero pedirte.

Ella mira con sus ojos saltones y atentos.

—Lo que sea mi ama.

—Quiero que cuides mucho de Hermione, quiero que estés pendiente de lo que come, bebe. Quiero saber con quién se topa por los pasillos, quiero saberlo todo —le ordeno—. Es muy importante esto, temo que alguien pueda intentar hacerle daño a ella o a mi nieto. A parir de ahora Hermione tiene prohibido consumir nada que no vaya de tu mano, de la de Draco o mía. ¿Comprendes.

—Por supuesto ama, Winky cuidará celosamente de la señora. ¿Y qué hay del amo Lucius?.

—Sí, Lucius también. Incluso ocúpate de sus antojos y sus malestares. Esta tarea es muy importante, ya cuidaste de mi una vez cuando traje a Draco al mundo. Ahora necesito que hagas lo mismo por Hermione... Confío en ti.

Sus ojos brillan de alegría.

—No la decepcionaré ama. Winky va a cuidar el amo que viene en camino tan bien cómo cuidó del amo Draco.

—Muy bien. Te aseguro que te recompensaré por ello. Que Dios me libre de hacer que ayudes a la mayor defensora de los elfos sin una merecida remuneración.

Ella ríe y toma la bandeja. Y yo asiento para que se pueda marchar. Estimo a Winky, aunque suene mal fue un regalo de bodas de parte del padre de Lucius. Sin embargo me a ayudado tanto que realmente le he tomado cariño. Además cuando Draco era niño en su inocencia solía regalarle frutas y comida ya que los elfos tenían prohibido en ese entonces comer sin permiso. Lo cual a veces por causa del olvido de los amos hacía que no comieran durante días o incluso semanas.

Mi pequeño rubio se escapaba y les alimentaba. Yo solía observarlo desde las sombras, Draco siempre a sido noble. Solo que las circunstancias lo cambiaron en muchas ocasiones para mal.

Ahora a crecido, es hombre y deseo que actúe como tal. Lo único que deseo es lograr separarlo de una vez por todas de la familia Greengrass.

Maldigo el día en que Abraxas Malfoy forjó ese acuerdo. Ahora estamos pagando el peor karma por ello. Siento pena por Astoria, se a dejado envenenar la mente por su madre y hace todo lo que ella le pide.

No es capaz de decidir o ver por si misma sin la autorización de Aileen y lamentablemente esa mujer no está apta para aconsejar a nadie.

Entre nosotras hay una declaración de guerra silenciosa desde aquel día, lo recuerdo con claridad. Desde entonces me odia y aunque yo no la odio claramente no dejaré que me ataque.

Soy una Black, los Black nunca nos quedamos sin luchar.

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