La Favorita

¿Amigas o Enemigas?

Una muy incómoda Astoria se removió en su asiento, deseaba levantarse y largarse de aquel lugar. Si ella hubiese sabido desde antes que asistir a esa reunión con sus amigas iba a provocar tantas burlas y comentarios mordaces, sin duda se abría quedado en su casa.

Maldecía a Draco por haberse comprometido con aquella sangre sucia, ahora ambos eran portada principal en todas las noticias. No existía un periódico que no hablase del tema y por supuesto ahora era el hazme reír en su círculo social.

-Su anillo parece más grande que el tuyo Astoria, ¿o acaso es en la foto que luce así? -preguntó Lydia Zabini señalando el periódico sobre la mesa donde se podía ver claramente una foto de Draco y la inmunda.

-Lógicamente las fotos exageran las proporciones. Tú más que nadie deberías saberlo Lydia, la pequeña cintura que mostraste en las playas de las Bahamas no se ve por ningún lado en persona -contraatacó con burla.

La morena le regresó una sonrisa sarcástica- Oh, estas sensible querida. Es comprensible, yo también lo estaría si mi esposo tuviera otra favorita.

Pansy rió junto con Millicent.

-Lo que ocurre es que a Astoria le encanta molestar, pero no que la molesten a ella -punteó Pansy mientras se metía una uva a la boca.

La chica se puso roja del enojo y su hermana le puso una mano sobre la de ella incentivándola a mantener la calma.

-Técnicamente es imposible que Granger se vuelva la favorita de Draco -comentó Daphne-. Todas sabemos muy bien cuál es el lugar de cada una. Hay una primera y una segunda esposa. Lo más sano es reconocer cuál es tu lugar -finalizó mirando a Pansy con pasividad.

La pelinegra sonrió con malicia antes de atacar- Pues no lo sé Daph, bien hay un famoso y conocido refrán que dice: "el que ríe de ultimo ríe mejor".

Lydia se ahogó con su jugo y comenzó a toser sin poder evitar reír al mismo tiempo. Millicent conteniendo la risa le dió unas cuentas palmadas en la espalda mientras Lydia volvía a recuperar la compostura.

Las hermanas Greengrans se miraron entre sí, claramente disgustadas.

-Estás muy tranquila Pansy. ¿No te preocupa que Potter pueda cambiarte por otra? -preguntó Daphne con una ceja alzada.

La joven negó varias veces- En absoluto, se que no pasará. A diferencia de ustedes yo no amarro hombres y Harry sabe bien que como yo no hay dos, si llegase a fallar me dolería, sí, pero no es el fin del mundo -acotó divertida- ese es el problema de ustedes chicas, se esmeran demasiado por amarrar a los hombres. Y créanme, cuando un hombre quiere irse no hay nada, ni nadie que lo detenga.

Lydia aplaudió a su amiga junto con Millicent.

-Un brindis por la dignidad -propuso a propósito Millicent.

Pansy y Lydia le siguieron el juego.

Las chicas continuaron con juegos y bromas hasta que las Greengrans se hartaron y se fueron.

-Al fin, creí que no se irían nunca -dijo Lydia alzando los brazos dramáticamente- ¿por que las seguimos invitando a nuestras reuniones?

-Porque nos encanta ver sus caras de caniches -agregó Pansy riendo.

-¿Entonces hablabas en serio con respecto a Granger? ¿Realmente la incluiremos en nuestro círculo de amistad? -preguntó Millicent.

-Umm, sí por supuesto. Narcissa y yo tenemos un trato. No pienso fallarle, integraremos a Hermione a nuestro círculo y desplazaremos a ese par de fastidiosas -explicó Pansy maliciosamente.

-¿Por qué Cissa odia tanto a Astoria? -preguntó Lydia con curiosidad.

-El problema no es Astoria del todo. También está su madre, pero no tengo idea de cuál sea la razón.

-Já, yo haré lo que sea con tal de fastidiar a Astoria. La muy estúpida le dijo a Hydra que primero muerta antes que compartir a Draco conmigo -comentó Millicent indignada.

Pansy la miró sorprendida-¿Te gusta Draco? -preguntó incrédula.

-Por Salazar Pansy, obviamente no, pero odié que lo dijera como si yo fuera la peste cuando aquí la única peste es ella, yo quiero a Draco, pero como un amigo.

-La verdad no está ni mal que Granger se nos una. Desde hace tiempo que quiero cobrarme unas cuantas con Daphne -Agregó Lydia recordando algunas cosas del pasado no tan pasado.

Pansy asintió- Me alegra saber que cuento con ustedes, es hora de que ese par reciba un poco de su propia medicina.

Todas rieron con malicia mientras planificaban algunas cosas.