Especial extra

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Flashback

Mientras leía en el desván del salón a pocos metros sus hermanas sostenían una absurda discusión como siempre.

—No sabes lo que hablas Andrómeda, tú siempre dices puras estupideces que a nadie le interesan —dice bella burlándose de su hermana.

—Pues si no interesaran, no te pondrías como te pones, "Hermana" —contraataca la otra.

Narcissa rueda los ojos y cierra su libro con fuerza atrayendo así la atención de sus hermanas mayores.

—Ustedes son una verdadera molestia —dice mirándolas con superioridad.

Con sutileza se pone de pie y les dedica un gesto aburrido a ambas.

—Por eso están solas —caminó dispuesta para irse a leer a otra parte, pero la voz de Bella la detuvo.

—Tú también estás sola —dijo alzando una ceja.

Narcissa se volteó levemente y le bufó.

—Yo soy la menor, todavía tengo tiempo —acotó—, pero ustedes ya son adultas y no han conseguido captar la atención de nadie, no me sorprende. A ningún hombre le gustan las mujeres berrinchudas y con problemas de higiene —dijo esto mirando a Bella—. Ni mucho menos que crea tener la razón siempre y no admita de vez en cuando que está equivocada —eso último lo dijo mirando a Andrómeda.

—¡Yo no tengo problemas de higiene! —gritó Bella.

—Sí los tienes, mamá pelea contigo todo el tiempo para que te des una ducha y laves tu cabello —le contradijo Narcissa.

—Tú siempre crees tener la razón Narcissa, nos hablas como si fueras la más lista siendo nosotras las mayores —le regañó Andrómeda.

—La edad no define la madurez querida hermana. El uso adecuado del cerebro si —habló esbozando una leve sonrisa—. Y ustedes con sus discusiones absurdas y su falta de madurez, no muestran estarle dando un buen uso.

Ambas hermanas dispuestas a defenderse se vieron interrumpidas por la repentina presencia de alguien.

—Narcissa te busqué por todos lados. Es hora de ir a Hogsmeade —una joven castaña casi tan refinada como la rubia sonrió.

—Sí Aileen, vamos —dijo dándose media vuelta dejando a sus hermanas con la palabra en la boca y seguida de la joven.

—¿Tus hermanas siguen discutiendo? —preguntó.

—Sí, no crecen. Ya me tienen harta —respondió la rubia de malhumor.

Ambas chicas tomaron la red flu y aparecieron cerca del pueblo.

—Mira, invité a varios amigos así que por favor quita esa cara y sé amable.

—Dijiste que nada más vendrían Alice, Severus, Sirius, Candice y Gaston —se detuvo Narcissa mirándola con la ceja enarcada. No le gustaban los desconocidos.

—Lo sé, pero hace poco llegó una familia y son amigos de mi padre. Su hijo mayor no conoce a casi nadie ya que estuvieron fuera de Londres por bastante tiempo. Son los dueños de la mansión a las afueras de Wiltshire, así que también incluí a Todd y a Reggé —explicó tomando el brazo de la rubia para seguir caminando.

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